Los resultados de la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) 2011 están listos desde hace un año, pero su difusión se ha pospuesto porque no responde a las expectativas de las autoridades que quisieran decir que el problema ya se detuvo y eso no es cierto. Se encontró, señalaron expertos en el tema del tabaquismo, una reducción en el número de cigarros por día que consumen los fumadores, un descenso del hábito entre los hombres, pero se mantiene el crecimiento entre las mujeres.

Entonces, en el balance el indicador sigue al alza, contra lo que quisiera informar el gobierno federal conforme a los deseos del presidente Felipe Calderón, quien el 11 de enero de 2011 ordenó que se adelantará el levantamiento de la ENA, pues dijo que no vale la pena esperar más para tener nuevos datos sobre el comportamiento del consumo de drogas en el país.

Durante la inauguración de la Unidad de Investigación Biosicosocial en Adicciones en el Instituto Nacional de Siquiatría, el jefe del Ejecutivo enfatizó que una prioridad de su gobierno era la prevención y el tratamiento de adicciones, como parte de un abordaje integral. Dijo que ya se trabajaba para ofrecer alternativas, tratamientos médicos y científicos a las víctima de la dependencia al alcohol o a las drogas. Enseguida, dio la instrucción para que los expertos se pusieran a trabajar en la nueva ENA, la que originalmente tenía que haberse realizado en 2012, con la finalidad, entre otros, de que sus hallazgos fueran comparables con el estudio previo de 2008.

Los especialistas consultados señalaron que esta decisión obligó a los investigadores a diseñar la nueva encuesta a toda prisa, pero no es tan fácil y menos si los resultados tienen que responder a los deseos de las autoridades.

Por el tiempo que ya transcurrió desde la conclusión del estudio y lo que falta para que termine el sexenio, los entrevistados estimaron que no sería raro que cualquier día se difundan los resultados; digan cualquier cosa y ya, adiós.