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Tratos con Pemex, usados de argumento en la campaña por la relección de Núñez Feijóo

Los comicios de hoy en Euskadi y Galicia, marcados por la severa crisis española
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Los candidatos a lehendakari Íñigo Urkullu (PNV) y Laura Mintegi (Bildu)Foto Reuters
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Periódico La Jornada
Domingo 21 de octubre de 2012, p. 27

Donosti, 20 de octubre Dos regiones en las antípodas políticas, Galicia y el País Vasco, vivirán este domingo una jornada electoral que determinará el resto de la legislatura, marcada por la severidad de la crisis económica que vive España y por los durísimos recortes adoptados por el gobierno conservador de Mariano Rajoy.

En Euskadi se dan cita en las urnas dos grandes proyectos: el nacionalista, tanto el conservador como el progresista, frente al españolista, tanto de derechas como el socialdemócrata. La balanza se inclina hacia las fuerzas que pugnan por más autonomía. Mientras, en Galicia el derechista Partido Popular (PP) está obligado a reditar la mayoría absoluta para lograr la relección en uno de sus feudos históricos.

El País Vasco tendrá los primeros comicios en los que no ha estado presente la violencia de la organización armada ETA, que precisamente hoy hace un año decretó un cese definitivo de la lucha armada.

El gobierno de la región había estado en manos del hegemónico Partido Nacionalista Vasco (PNV), pero hace tres años –en lo que algunos califican de elecciones anómalas– se logró por primera vez la alternancia, cediendo el poder al Partido Socialista de Euskadi (PSE), que contó con el inédito apoyo de su principal adversario en el resto del país, el PP. Esa extraña coalición permitió que el actual lehendakari, Patxi López, formara gobierno en uno de los momentos cruciales en la historia reciente de la región, tanto por el incipiente proceso de paz como por la delicada situación económica y el aumento del desempleo en una zona tradicionalmente rica y productiva.

Estos años de gobierno socialista también fueron posibles porque hace tres años no concurrió a los comicios ninguna formación de la izquierda nacionalista vasca. La antigua Batasuna, considerada por décadas brazo político de ETA, fue ilegalizada hasta en 13 ocasiones, con la proscripción de sus listas electorales, candidaturas y siglas.

En estos comicios sí concurrirá la izquierda nacionalista, integrada en una coalición, Bildu, formada a su vez por cinco partidos que comparten la pugna por más autogobierno, más independencia, una visión progresista de la economía y crítica con las medidas adoptadas por Madrid y por Bruselas para salir de la crisis.

Dos ganadores, según encuestas

Todas las encuestas coinciden en que en estos comicios habrá dos ganadores: el PNV, favorito para recuperar el poder con su candidato, Íñigo Urkullu, para recuperar la presidencia de la región; y Bildu, que parte de cero y según todos los pronósticos será la segunda fuerza en votos. Los sondeos confirman además la debacle del PP y el PSE.

A las urnas están llamados a votar un millón 775 mil ciudadanos, que decidirán el reparto de los 75 escaños del Parlamento (25 por cada una de las tres provincias, Álava, Vizcaya y Guipúzcoa).

López ha insistido durante la campaña en dos de las virtudes de su gestión: que en estos años se logró el hito histórico de la declaración de ETA y que, a pesar de los severos recortes impuestos desde Madrid, en el País Vasco se ha mantenido la inversión en servicios básicos y no ha habido como en el resto del Estado español grandes mutilaciones a la sanidad o a la educación.

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Alberto Núñez Feijóo busca relegirse como presidente de GaliciaFoto Reuters

El candidato del PP, Antonio Basagoiti, ha hecho una campaña con un discurso duro y apelando al voto del miedo, al insistir en que de ganar el PNV se iniciará una senda independentista parecida a la iniciada en Cataluña, y al denunciar que votar a Bildu es votar a ETA.

Donde estarán puestas todas las miradas será en el coalición de Bildu y en su candidata Laura Mintegi, escritora y ex presidenta del Pen Club en Euskadi, quien explicó que el fin de la violencia de ETA es definitivo. No hay manera de volver atrás, pero ahora hace falta trabajar para que también termine la violencia de los estados francés y español y recuperar así un clima que propicie el diálogo.

Bildu y su candidata son conscientes de que podrían ser determinantes en el futuro, por lo que también abogan por medidas anticrisis más cercanas al ciudadano y que no solamente saque de la quiebra a bancos o instituciones financieras.

En Galicia, Peña Nieto y Calderón en la campaña

Los 2 millones 500 mil gallegos que están convocados a la urnas para renovar su Parlamento y elegir así a sus próximos gobernantes han visto cómo en la campaña electoral se introducían elementos ajenos a la habitual refriega política regional: Petróleos Mexicanos (Pemex), Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto han resultado ser decisivos para el futuro política de esta zona remota de México.

El actual mandatario gallego, el conservador Alberto Núñez Feijóo, decidió en abril pasado iniciar una maniobra político-empresarial para intentar salvar su relección, en serio peligro por los recortes impuestos desde Madrid y la grave crisis económica y de empleo que vive la región.

En un viaje de Estado con su paisano Rajoy, Feijóo logró gracias a la intermediación del empresario español afincado en México Olegario Vázquez Raña que Calderón diera el visto bueno a una inversión millonaria de Pemex con los astilleros gallegos.

El contrato que se firmó unos meses después del encuentro, con la aprobación del director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, por más de 380 millones de dólares, se convirtió en el principal argumento electoral de la derecha gallega en busca de la relección.

Fue una maniobra político-empresarial que además de salvar de la quiebra al sector naviero gallego –que no firmaba un contrato desde hace tres años–, también sirvió para que el PP y Feijóo advirtieron que esto sólo era el principio de más acuerdos con Pemex y el Estado mexicano, lo que supondría la salida de la crisis económica y la creación de empleo.

El único riesgo que tienen el PP y Feijóo es que finalmente no alcancen la mayoría absoluta de un Congreso de 61 escaños, una vez que el PSOE gallego ha hecho una campaña centrándose en criticar los recortes y el secretismo de las cuentas públicos y los acuerdos comerciales con Pemex, al igual que los nacionalistas de izquierda del Bloque Nacionalista Galego.

Son, como dijo Rajoy, dos elecciones, las de Euskadi y Galicia, que están en las antípodas, pero que en cualquier caso serán determinantes para el futuro inmediato de España y para la estabilidad de un país al borde del rescate por parte de la Unión Europea y muy cuestionado por la fragilidad de sus cuentas públicas.