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Las autoridades sanitarias afirman que los métodos de la investigación son inadecuados

Rechazan comisiones francesas estudio que vincula maíz de Monsanto con cáncer

El ACB propone que se realice otro análisis independiente y con recursos públicos

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Gerard Lasfargues (derecha) y Dominique Gombert, director general adjunto de Asuntos Sanitarios y director de evaluacón de Riesgos de la Agencia de Seguridad sanitaria, respectivamente, durante la conferencia de prensa donde anunciaron la resolución respecto de la investigación de SéraliniFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Martes 23 de octubre de 2012, p. 4

Dos comisiones científicas francesas rechazaron ayer un estudio realizado por investigadores franceses donde se asegura que las ratas alimentadas con maíz transgénico sufren cáncer y mueren antes, y pidieron una investigación independiente.

El Alto Consejo de Biotecnología (ACB) y la Agencia de Seguridad sanitaria se pronunciaron ayer contra el estudio realizado por el equipo de Gilles-Eric Séralini, profesor de biología molecular de la Universidad de Caen, cuyas conclusiones alertaban sobre los riesgos para la salud de los organismos genéticamente modificados.

El primero en pronunciarse fue el ACB, el cual afirmó que no halló una relación de causa entre los tumores de las ratas y el consumo de maíz transgénico, como asegura el estudio de los investigadores de la Universidad de Caen, publicado en septiembre en una revista científica.

Los métodos utilizados por el equipo de Séralini, donde se concluye que las ratas alimentadas con un maíz transgénico producido por el gigante estadunidense de agroquímica Monsanto sufren tumores cancerígenos y mueren antes, son inadecuados, aseguró el ACB, que realizó su investigación a pedido del gobierno francés.

El ACB recomendó que se haga un estudio a largo plazo, independiente y transparente sobre la seguridad sanitaria del maíz transgénico NK603, con auspicio del poder público.

Esa investigación debe tomar en cuenta visiones contradictorias, para responder a las interrogantes de la sociedad sobre la toxicidad o inocuidad del maíz transgénico, resaltó el comité económico, ético y social del Alto Consejo de Biotecnología.

El estudio de los científicos de la Universidad de Caen –que analizaron durante dos años los efectos en 200 ratas del maíz transgénico NK603 y del herbicida Roundup, el más utilizado en el mundo, producido también por Monsanto– reavivó la polémica sobre los organismos genéticamente modificados (OGM).

Durante el estudio el maíz formaba parte de una dieta equilibrada de las ratas, en proporciones equivalentes al régimen alimenticio en Estados Unidos.

El estudio de la Universidad de Caen concluyó que en las ratas alimentadas con transgénicos aparecen tumores hasta 600 días antes que en las ratas indicadoras (no alimentadas con transgénicos), lo que incrementó los temores sobre los riesgos para la salud de los OGM.

La agencia sanitaria francesa también rechazó ayer las conclusiones del estudio del equipo de Séralini, las cuales estimó, no permiten cuestionar las evaluaciones reglamentarias procedentes sobre el maíz transgénico NK603 y el Roundup.

Esa agencia llamó también a la movilización de finanzas públicas nacionales y europeas dedicadas a la realización de estudios e investigaciones sobre este tema.

El profesor de la Universidad de Caen dijo que los estudios de Monsanto que posibilitaron la comercialización se mantienen en secreto, mientras los nuestros se desmenuzan hasta la médula. Por ahora, mis pruebas no se han usado para autorizar o prohibir productos, añadió.

Los estudios de Monsanto son claramente insuficientes, con una potencia estadística (...) inferior a la nuestra.

La publicación, en septiembre pasado, de la investigación del equipo de Séralini dio lugar a numerosos llamados pidiendo la suspensión de la autorización de cultivo de estos productos, y llevó al gobierno francés a lanzar un procedimiento rápido para verificar la validez científica de ese estudio.

Francia declaró también que si se confirmaba que los transgénicos agrícolas son peligrosos para la salud, pediría su prohibición a escala europea, y presentó además el tema ante la Agencia de Seguridad Sanitaria.

Al anunciar este lunes los resultados que invalidaban el estudio de los investigadores de la Universidad de Caen, el ACB resaltó que la nueva investigación independiente debe ofrecer respuestas a las interrogantes de la sociedad sobre los OGM.

La meta del nuevo estudio es tranquilizar a la opinión pública, que ya no sabe qué creer, dijo a la prensa Christine Noiville, presidenta del comité económico, ético y social del ACB.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) deploró ayer que científicos franceses hayan rechazado proporcionar la información solicitada sobre su polémico estudio.

La EFSA le escribió dos cartas, el 4 y el 18 de octubre, para pedirle más información, y hasta ahora no hemos obtenido respuesta, se quejó la organización europea al referirse al estudio encabezado por el equipo de Séralini.

Esta documentación es necesaria para la segunda fase del proceso de evaluación, precisó.

A comienzos de mes, la EFSA rechazó por insuficiente el estudio sobre la toxicidad de los OGM de Seralini y le pidió más información para poder adoptar una posición sobre el tema.

Tras el estudio no se puede llegar a ninguna conclusión sobre qué provocó los tumores en las ratas examinadas, precisó la EFSA en ese momento.

El estudio ha sido rechazado por científicos estadunidenses.