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El compositor alemán, marxista declarado y luchador social, murió ayer a los 86 años

Falleció Hans Werner Henze, autor de partituras libertarias

Harto del ninguneo por su postura de izquierda se autoexilió en Italia

Libró una batalla de resistencia frente al dominio de Stockhausen en el siglo XX

Su orientación comunista es clara en gran parte de sus piezas

En su impresionante catálogo resaltan 40 óperas, 10 sinfonías y 14 ballets

 
Periódico La Jornada
Domingo 28 de octubre de 2012, p. 2

El compositor alemán Hans Werner Henze, marxista declarado y luchador social desde sus partituras, así como último representante del esplendor creativo del siglo XX, falleció ayer a los 86 años en un hospital de Dresden, luego de casi 60 años de exilio en Italia.

El abandono de su patria ocurrió en 1953, harto del ninguneo y el rechazo generalizado en Alemania debido a sus convicciones políticas de izquierda y su condición homosexual.

A pesar de que el corpus de su obra es monumental, variado y rico en aportaciones a la evolución del arte de la ópera, la construcción de sinfonías, música escénica, coral y de cámara, la difusión de su obra ha sido limitada en las décadas recientes.

Sin embargo, sus obras fluyen con naturalidad en las salas de concierto y en las de ópera, no exentos esos acontecimientos de polémica y conmoción, como fue el caso hace cuatro años cuando la OFUNAM estrenó en México, bajo la batuta de Alun Francis, su impresionante Ensayo sobre los cerdos, donde Henze recurre a medios expresivos violentos, como la imitación del gruñido de esos animales.

Tal estreno contó con la participación como solista del Patrick Rohbeck, a partir de un texto del chileno Gastón Salvatore (sobrino de Salvador Allende), mismo autor del guión de la ópera, también de Henze, El tedioso camino al apartamento de Natasha Ungeheuer.

Fiel a sus principios de presentar lo óptimo y la actualidad de la cultura del mundo, en la Universidad Nacional Autónoma de México se han programado con frecuencia las obras de este autor a lo largo de los años recientes.

Hans Werner Henze nació en Westfalia el 11 de julio de 1926. En sus distintos periodos composicionales abundan las siguientes constantes: vocación por los temas históricos y sobre todo los asuntos relacionados con el marxismo y el comunismo; citas históricas, referencias sociales y apuntes sonoros de contexto geográfico y coyuntural en sus obras; influencia notoria de la música popular, del rock, de la música árabe, asimilación de la obra de Igor Stravinsky, la música italiana y el jazz.

La crítica musical alemana y la de prácticamente todas las nacionalidades mantienen a Henze en un apartado sepia. Su condición de iconoclasta, outsider, autor inclasificable, pero sobre todo la potencia magistral de su obra, lo mantienen empero entre los grandes creadores del arte sonoro del siglo XX.

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Hans Werner Henze, autor inclasificableFoto Ap

El pensador Theodor W. Adorno reconoció en Henze a un libertario en busca del escape del determinismo, aunque ese reconocimiento no fue lo suficientemente amplio, pues enseguida criticó el compromiso, uno de los valores máximos del músico.

Compromiso con los movimientos libertarios que causaron escándalo en los estrenos de sus obras, entre ellas el Oratorio La Balsa de Medusa (escrita como un gran Réquiem por el Che Guevara), a regañadientes, porque Henze colocó en el escenario un gran retrato de Ernesto Che Guevara y una bandera roja.

Su sexta sinfonía, su Segundo concierto para violín, su partitura para narrador y orquesta de cámara El cimarrón, a partir del libro del mismo nombre del cubano Miguel Barnet, entre muchas de sus obras, tienen una clara orientación comunista.

Hans Werner Henze escribió 40 óperas, 10 sinfonías, 14 ballets, entre un catálogo impresionante donde figura otra lista larga de obras de gran formato, así como música de cámara, coral y solista para voz y diversos instrumentos.

Dominada la escena alemana del siglo XX por Karlheinz Stockhausen, reconocido por doquier como el autor alemán más importante de esa centuria, y controlado el panorama europeo por el francés Pierre Boulez, la figura y obra de Hans Werner Henze resultan una batalla admirable de resistencia, tenacidad, confianza en sí mismo y hondura de pensamiento.

Muchas de sus obras más célebres están escritas en los arduos sistemas dodecafónico y atonal, y aún así gozan de una popularidad impresionante.

Vivió un año impartiendo sus enseñanzas en Cuba, de cuya experiencia surgieron varias de sus partituras célebres.

Relevantes sus colaboraciones con Benjamin Britten y la pareja de éste, el tenor Peter Pears. También, con Luchino Visconti, quien escribió para Henze el libreto de su ballet Maratona di danza.

Escribió Cinco canciones napolitanas para el legendario barítono austriaco Dietrich Fischer-Dieskau y recurrió a textos de Yukio Mishima, Heinrich von Kleist, Anna Seghers, así como de la poeta Ingerborg Bachmann, quien fue su libretista de ópera.

El valor mayor de la obra de Hans Werner Henze consiste en su hondo sentido espiritual.