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El gobierno y la guerrilla de Colombia sostienen diálogo de cara a la reunión del próximo día 15

Las FARC exigen garantías para civiles que participarán en mesa de paz en Cuba

Podría ser virtual la intervención del líder Simón Trinidad; cumple en EU condena de 60 años de prisión

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La holandesa Tanja Nijmeijer, integrante de las FARC, izquierda, ayer, durante una conferencia de prensa en la sede de Prensa Latina, la agencia cubana de noticias. Al centro, Iván Márquez, miembro del equipo negociador de la guerrilla, y Jesús Santrich. Representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo consideraron ayer en La Habana que un alto al fuego en ese país ayudaría en el proceso de búsqueda de la pazFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de noviembre de 2012, p. 33

La Habana, 6 de noviembre. A punto de iniciar aquí el diálogo de paz, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pidieron al gobierno del presidente Juan Manuel Santos ofrecer garantías públicas para el traslado de grupos sociales que vendrían a Cuba a incorporar sus demandas al proceso.

Las FARC y el gobierno de Santos tuvieron este martes una reunión preparatoria del diálogo, cuyos trabajos formales empezarán el próximo 15 de noviembre, según el calendario previsto.

La sesión trató sobre todo asuntos técnicos, informó a La Jornada una fuente enterada, que pidió el anonimato. Ninguna de las dos partes ofreció de inmediato versiones del encuentro.

Pero horas antes de esa reunión, las FARC movieron los reflectores hacia un punto que hasta ahora tenía un bajo perfil: la presencia de civiles en el cuarto de al lado de las negociaciones.

En un comunicado, la guerrilla pidió a Santos que defina de manera pública los procedimientos de traslado de los grupos sociales colombianos. Que precise las garantías de amplitud, respeto, financiación y seguridad para los contingentes de la paz que han de llegar hasta La Habana a traer sus aportes a favor del proceso.

El acuerdo para la negociación, que las dos partes dieron a conocer en septiembre pasado, reconoce este flanco, al considerar que la construcción de la paz es un asunto de la sociedad en su conjunto que requiere de la participación de todos, sin distinción.

Pero hasta ahora no hay precisiones sobre este variante. Es hora de que también en la mesa de La Habana se le dé su lugar a la sociedad colombiana, agregó el pronunciamiento de las FARC.

La propuesta de la guerrilla abre un escenario distinto al conocido al principio, que parecía limitarse al encuentro de las dos delegaciones en algún lugar de la capital cubana fuera del alcance de la prensa.

Hasta ahora se sabe que las comitivas se alojan en El Laguito, un fraccionamiento cerrado, bajo control militar, reservado para huéspedes selectos del gobierno cubano, a unos metros del Palacio de las Convenciones, en el poniente de la ciudad.

El diálogo, cuya negociación se llevó seis meses, quedó instalado en Oslo el 18 de octubre, pero se desarrollará en esta capital, con Cuba y Noruega como garantes y Venezuela y Chile como acompañantes.

Los cinco puntos de agenda son el conflicto agrario, garantías para la participación política de la guerrilla, narcotráfico, abandono de las armas y situación de las víctimas.

Entre las cuestiones operativas del diálogo aún sin definir está la forma en que participaría en la mesa el líder guerrillero Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, conocido como Simón Trinidad, quien purga en Estados Unidos una condena de 60 años de prisión.

Las FARC lo designaron como uno de los cinco delegados plenipotenciarios a la mesa y el gobierno de Santos aceptó. Ahora se trata de precisar cómo se garantizarían sus intervenciones, que según fuentes conocedoras del proceso podría ser virtual.