Sociedad y Justicia
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Se convirtió en mecanismo para premiar maestros y México sigue entre los niveles más bajos

Cuestiona la OCDE enfoque dado a evaluación de la enseñanza

En un informe, elaborado por un equipo revisor del organismo, reconoce como motivo de preocupación los efectos perjudiciales derivados de Enlace y plantea reducir su peso de 50%

 
Periódico La Jornada
Viernes 9 de noviembre de 2012, p. 40

Por primera vez, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) cuestionó el enfoque con el que el gobierno de Felipe Calderón ha implementado la evaluación en el sistema de enseñanza nacional, pues lejos de ser una herramienta para la mejora del aprendizaje se convirtió en un instrumento de medición y rendición de cuentas y sostuvo que el logro educativo en México sigue entre los más bajos de los países miembros, pues sólo 35 por ciento del grupo entre 25 y 64 años de edad terminó el bachillerato en 2009, en contraste con 73 por ciento del promedio del organismo. Esto es, nuestro país está 38 puntos atrás.

Además, los estudiantes mexicanos de 15 años se desempeñan por debajo de aquellos pertenecientes a los demás países de la OCDE en las áreas evaluadas: lectura, matemáticas y ciencias y la elevada proporción de alumnos que desertan demasiado pronto con bajas calificaciones continúa siendo un problema importante.

Así, concluye que los componentes clave de un método exitoso de evaluación de las escuelas no están presentes en México, por lo que emitió una serie de recomendaciones, entre ellas regresar a la motivación original de la evaluación en términos formativos; certificar cada cuatro años a los docentes como aptos para la profesión, reducir los efectos no deseados de la Evaluación Nacional para el Logro Académico en los Centros Escolares (Enlace) como el hecho de que ahora en las escuelas se enseña para resolver la prueba, con lo que se corre el riesgo de que ésta se convierta en el currículo nacional. Por ello, planteó reducir el peso de 50 por ciento que ahora tiene esa prueba en la evaluación de maestros.

En el informe Revisión de la evaluación y estado de la educación en México, que el organismo dio a conocer ayer, destacan otras sugerencias como las de alejarse de la política que vincula la entrega de incentivos económicos a partir de la aplicación de las pruebas Enlace o PISA; crear un órgano independiente para regular la profesión docente; elaborar un plan estratégico de la evaluación que dé coherencia a los objetivos, ampliar la autonomía del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) para que asuma el liderazgo de esta tarea; así como la creación de agencias estatales para la evaluación de la escuela y de un sistema integral de evaluación de los centros escolares.

Elaborado con base en la visita de ocho días que realizó un equipo revisor de la OCDE a nuestro país, advierte que en el sistema educativo mexicano aún se tiene una limitada comprensión de los propósitos de la evaluación en educación y su alcance potencial. En México, la evaluación todavía se percibe principalmente como un instrumento de rendición de cuentas para supervisar el cumplimiento de las normas y como instrumento de medición. Por lo que uno de los retos del sistema educativo es concebir la evaluación como una herramienta de auténtica mejora.

El organismo reconoce como motivo de preocupación los efectos perjudiciales derivados de Enlace y del enfoque que ha prevalecido en la evaluación, lo cual ya había sido advertido desde hace varios años por especialistas consultados por este diario, como Ángel Díaz Barriga, Hugo Casanova y Olac Fuentes Molinar.

Si bien la OCDE señala que el gobierno ha realizado esfuerzos notables para garantizar el lugar prominente de la evaluación en la política educativa, sostiene que ésta no aparece como un todo coherente y la evaluación docente es, sobre todo, un mecanismo para premiar maestros.

La evaluación de los profesores no está incrustada en una estructura de carrera docente claramente definida; no ofrece las mismas oportunidades a todos los educadores, además de que faltan vínculos entre la evaluación de maestros, el desarrollo profesional y el de la escuela; existe una limitada participación de las autoridades educativas estatales y los líderes escolares, como directores y supervisores, desarrollan más tareas de tipo administrativo que de carácter académico; es decir, de aquellas prácticas que tengan mayor efecto en la mejora de la enseñanza.

El organismo también cuestiona que la evaluación de los profesores no es obligatoria y no existan consecuencias aún y cuando los maestros tengan bajo rendimiento en sus evaluaciones. Por otra parte, destaca que los factores socioculturales siguen influyendo fuertemente en los resultados de los estudiantes en México.