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El director y pianista celebra con un concierto acompañado de la Filarmónica de Berlín

Daniel Barenboim, músico del mundo y activista por la paz, cumple 70 años

Lucho contra la ignorancia de los israelíes y palestinos, dice el titular artístico de la Staatsoper

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Daniel Barenboim, al frente de la West Eastern Divan Orchestra, fundada por el músico argentino-israelí y el intelectual de origen palestino Edward Said (1935-2003)
 
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de noviembre de 2012, p. 8

Berlín, 13 de noviembre. Director de orquesta, pianista y apóstol de la conciliación, Daniel Barenboim cumple 70 años este jueves, y celebra con un concierto con la Filarmónica de Berlín.

Cuando irrumpe en su oficina, un vaso de agua está ya listo y un cigarro arderá en breve: a Daniel Barenboim no le gusta perder el tiempo, tampoco entre el primero y el segundo actos de la ópera Siegfried.

Una carta, una llamada; sin embargo, esta tarde no quiere dar la imagen del maestro sin descanso. Barenboim se sienta en una silla, toma un Cohiba y revive aquella tarde en la que Arthur Rubinstein lo indujo en Tel Aviv a fumar su primer cigarro. Entonces tenía 14 años y llevaba pantalón corto.

El tiempo se congela en ese momento en la Staatsoper de Berlín y sólo vuelve a correr cuando el director de orquesta recuerda que tiene que continuar con la ópera de Wagner.

Ni siquiera en su 70 cumpleaños Barenboim tomará un respiro. Hacer música es para mí la mayor diversión, comenta. Me autorregalo un concierto.

Con la Filarmónica de Berlín tocará el concierto para piano de Beethoven Nr. 3 y el primer concierto para piano de Chaikovsky. Su amigo Zubin Mehta será el encargado de dirigir la Staatskapelle de Berlín. La recaudación irá a las escuelas de música para niños que Barenboim fundó en 2005.

Única estrella mundial de Berlín

Argentino nacido en Buenos Aires y con nacionalidades israelí y española, así como ciudadanía palestina, Barenboim es, en definitiva, un músico del mundo. Desde hace más de 10 años dirige la orquesta de la Staatsoper de Berlín. Para el alcalde de la ciudad, Klaus Wowereit, Barenboim es la única estrella mundial que tiene la capital alemana.

El artista compagina ese trabajo con la dirección de la orquesta del Diván Este-Oeste, formada con músicos de Israel, países árabes y España, que se ha convertido en un símbolo mundial de la conciliación en el conflicto de Medio Oriente.

A Barenboim la pasión por el piano le viene de lejos. A los siete años maravillaba sobre el escenario en Buenos Aires con obras de Beethoven. “No conocía a nadie que no tocara el piano. Mi percepción de aquellos tiempos era que todo mundo lo tocaba.

Con 10 años ya había tocado en Viena, Roma y Tel Aviv. Después en París, Londres y Nueva York. Y con 17 estuve de gira en Sudáfrica, rememora.

Para Barenboim, la clave del entendimiento humano mundial es la música. Las personas deberían escucharse unas a otras, como en una orquesta en la que cada quien hace lo que debe, pero debe escuchar a sus compañeros.

Lucho contra la ignorancia de los israelíes y de los palestinos, comenta sobre el conflicto en Medio Oriente y sus compromisos adquiridos en la zona.

Barenboim exige desde ambos lados comprensión para las dos formas de ver la historia. Sin embargo, a veces le decepciona lo poco que avanza. Es un conflicto profundamente humano en el que las dos partes exigen el derecho de querer vivir en los mismo lugares, indica.

Un pasado como nieto de inmigrantes rusos y nacido en 1942, en Buenos Aires, conforma el mundo de Barenboim y su entendimiento del ámbito musical. No soy ni sólo judío ni argentino o músico afincado en Alemania. Una persona moderna se define, sobre todo, por la posibilidad de tener más de una identidad, explica.

Si dirijo una sinfonía de Bruckner seré, consciente o inconscientemente, centroeuropeo. Pero si toco tango al piano, soy argentino, agrega.

En 1952 se mudó con sus padres a Israel. Tras sus estudios de dirección en Italia y sus clases de composición con Nadia Boulanger, en París, Barenboim tocó en 1954 para su ídolo Wilhelm Furtwängler.

Sin embargo, no pudo aceptar la invitación de la Filarmónica de Berlín por la oposición de su padre, que consideraba que nueve años desde el final de la Segunda Guerra Mundial no era tiempo suficiente para que un judío pudiera pisar de nuevo Alemania.

Fue en 1964, en el décimo aniversario de la muerte de Furtwängler, cuando Barenboim pudo tocar su concierto de piano.

En los años 50 y 60 viajó por el mundo interpretando al piano música de Beethoven, de la mano del director Otto Klemperer. En esa época empezó a fraguarse su segunda carrera: director de orquesta.

Barenboim perdió a su mujer, la violonchelista británica Jacqueline Du Pré, quien murió de esclerosis múltiple en 1987.

Luego se casó con la pianista rusa Elena Bashkirova, con la que procreó a Michael, quien toca el violín, y David, hip-hopero con el nombre KD-Supier.