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Economía Moral

A 30 años del estudio de Coplamar sobre necesidades esenciales/ VI

Nueva Canasta Normativa Alimentaria de Evalúa DF y los salarios mínimos

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n el procedimiento innovador de la investigación para definir la Canasta Normativa Alimentaria (CNA) en Evalúa DF, descrito en la entrega del 9/11/12, se obtuvieron costos individualizados por edad y sexo, así como por grupos de edad. Esto constituye el primer paso para construir líneas de pobreza individualizadas para cada hogar. Se calculó, primero, el costo de los alimentos crudos (Alimentos CNA-DF) que requiere cada persona según su edad y sexo. Las curvas de los costos de las canastas individuales por sexo se presentan en la gráfica.

Ahí se aprecia, en primer lugar, que la curva masculina está por arriba de la femenina desde el nacimiento, porque como dijo Abelardo Ávila, investigador del Instituto Nacional de Nutrición y responsable central de la investigación, en la presentación de la CNA la semana pasada, la especie humana se caracteriza, como muchas otras especies, por el dimorfismo sexual, que se refiere a las variaciones en la fisonomía externa (forma, coloración o tamaño) entre machos y hembras. Entre los mamíferos el macho suele ser de mayor tamaño, algunas veces de modo muy notable. En el documento Construcción de una canasta Normativa Alimentaria para el DF, por él escrito, se presentan los pesos y tallas observados en adultos en el DF y los normativos para los menores de 18 años. En ambos casos se aprecia que los hombres adultos son (y los menores de edad deberían ser) más altos y pesan más que las mujeres. Un ejemplo normativo: a los 18 años los varones deberían pesar 68.5 kilos y las damas 56.7 kilos; deberían medir 1.76 y 1.63 metros, respectivamente. A mayor peso mayor es el requerimiento de nutrientes y, por tanto, el costo de la dieta.

En segundo lugar, los costos de la dieta aumentan desde el nacimiento hasta los 19 años, donde se alcanzan los máximos y después decrecen casi linealmente. Sin embargo hay varios puntos de inflexión: el primero entre los 14 y los 15 años donde los costos sufren una baja muy leve en varones y más notable en damas; los otros puntos de quiebre se observan a los 50 y a los 70 años. Estos quiebres se derivan del diseño de las dietas que se hizo para seis grupos de edad; al terminar uno de ellos y comenzar el otro hay un cambio en la composición de los nutrientes, la fibra, los irritantes, etcétera para lograr una salud óptima a lo largo del ciclo vital. Esos cambios se reflejan en los costos, por lo que resulta lógico que se produzcan esos quiebres.

En tercer lugar, el costo de la dieta individual de la población masculina adulta fluctúa entre 42 y 50 pesos al día y de la femenina adulta entre 30 y 36.5. Estos son costos muy altos si consideramos que éste no es todavía el costo de alimentar a una persona.

En el cuadro se muestra cómo se van transformando los costos promedio de los seis grupos de edad, para los cuales se diseñó la dieta sana, al agregar otros costos de alimentarse: a) agua de garrafón; b) especias para condimentar los alimentos; c) alimentos consumidos fuera del hogar (en dos modalidades: una comida familiar semanal y la comida de quienes trabajan fuera de casa o estudian preparatoria o universidad), y d) el requerimiento nutricional adicional del embarazo (el costo adicional de la lactancia se calcula como el costo de alimentar al bebé y está incluido en los primeros seis meses de vida). Como se aprecia, los costos en el grupo de edad más numeroso (de 14 a 50 años) el costo en hombres pasa 50 a 68.3 pesos y en mujeres de 35.5 a 52.3. El agua de garrafón y las especias (incluida la sal) son iguales entre hombres y mujeres, lo mismo que el costo adicional de la comida familiar semanal; el costo del embarazo se calculó con base en su probabilidad de ocurrencia, dadas las estadísticas de fecundidad, en las mujeres en edad fértil. La mayor parte del aumento en los costos registrados proviene del costo adicional de los alimentos consumidos fuera del hogar por trabajo o estudio. En el grupo de 14 a 50 años, el incremento de los dos rubros de alimentos fuera del hogar es de 14.2 y 12.2 pesos diarios, que representan incrementos de 18 y 35 por ciento del costo inicial de la dieta. El consumo de alimentos fuera del hogar es, como se aprecia, suficientemente importante para describir en una entrega próxima la investigación que permitió su cálculo. El costo del agua de garrafón, como se aprecia, es muy sustancial y podría eliminarse con políticas adecuadas. Por lo pronto, la necesidad sentida de agua de garrafón, muy generalizada, identificada como en las encuestas y grupos focales realizados como parte de la investigación, es una realidad con la que hay que vivir. Por lo pronto, pero todavía sin incluir los costos de preparación y consumo de alimentos en el hogar (gas, estufa, instrumentos de cocina, mesa y sillas, cubiertos y vajilla), que como vimos en la entrega anterior, sí se incluyeron en Coplamar, el costo por persona en el hogar promedio del DF (formado por 3.6 personas; 2.85 de ellas de 14 años y más) en noviembre de 2011 era de 52.78 pesos; el costo total para este hogar ficticio era de 190 pesos, lo que representa 3.18 salarios mínimos vigentes en el DF. Pero en la entrega anterior vimos que lo no incluido hasta ahora por el Evalúa y que es parte del costo de alimentarse, podría elevar esta cifra hasta 3.5 salarios mínimos o más. El salario mínimo es, como se aprecia, totalmente insuficiente no sólo para vivir dignamente, sino incluso para comer dignamente.

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