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El volumen de negocios por 450 mil mdd anuales hace fácil esconder el dinero

El comercio con EU, autopista para que narcos laven ganancias

En México falta personal de supervisión en entidades financieras y reguladoras, mientras en la economía abunda el efectivo y los cárteles de la droga usan estrategias cada vez más sofisticadas

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Armas y dólares en efectivo son presentados por las autoridades mexicanas cuando se logra la captura de algunos capos del narcotráficoFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Martes 20 de noviembre de 2012, p. 24

México ha construido barreras legales para cerrarle el paso al dinero del narcotráfico, pero a pesar de los sofisticados controles financieros miles de millones de dólares se siguen colando por la puerta grande: el comercio con Estados Unidos. La cruzada mexicana para atacar el lavado debe lidiar con sistemas automáticos de detección que fallan, falta de personal de supervisión en entidades financieras y reguladoras, una economía donde reina el efectivo y, para rematar, el poder corruptor y la creatividad de los cárteles de la droga.

El comercio se ha convertido en una autopista para las organizaciones de narcos, que limpian ganancias en compraventas con firmas de Estados Unidos a las que envían cargamentos de productos lícitos sobrefacturados a través de empresas fachada.

Con un creciente intercambio bilateral de 450 mil millones de dólares anuales, el volumen de negocios hace fácil esconder el dinero en un país socio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Estados Unidos y Canadá.

Unas 200 empresas de México figuran en la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro estadunidense por supuestos lazos con el narcotráfico, desde firmas comercializadoras y exportadoras hasta compañías de servicios aéreos y de lavado... de autos.

El dinero que blanquea el narcotráfico va de 4 mil a 10 mil millones de dólares anuales, según dos cálculos distintos del gobierno mexicano. Washington cree que puede trepar hasta 29 mil millones y hay legisladores mexicanos que suben la cuenta hasta 45 mil millones. Esa catarata de recursos es el combustible que aviva la macabra violencia que ha dejado más de 60 mil muertos en el país desde que Felipe Calderón lanzó una cruzada tras asumir la presidencia en 2006.

Para intentar bloquear los caminos al dinero ilegal, el Congreso aprobó en octubre una ley antilavado. Es un buen paso (pero) no creo que sea suficiente, dijo Jorge García-Villalobos, socio de asesoría financiera en Deloitte, especializado en antilavado de dinero. Aunque restringe las compras de bienes en efectivo, impone penas de cárcel para los actores del sistema financiero y amplía los sectores obligados a reportar operaciones sospechosas, la norma no hace referencia al problema comercial.

Hay que salir de la visión estrecha de que el lavado de activos se ha hecho solamente a través de las instituciones financieras, añadió Antonio Mazzitelli, jefe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en México. Hay multiplicidad de actividades económicas que pueden facilitar el lavado de dinero, y en eso seguramente más el comercio, agregó.

Sin embargo, controlar el comercio sin lastimar la vital corriente de mercancías legales implica para México negociar con sus socios un cambio de protocolos y aguzar la lupa fiscal, cuando Washington ha sido reticente a modificar el TLCAN.

Lento de reflejos

Aunque la estrategia de Calderón llevó a abatir o arrestar a docenas de capos, no puso el mismo cuidado en las finanzas de los cárteles durante sus primeros años de combate al narco.

Los cárteles se embolsan por la venta de cocaína, mariguana y metanfetaminas en Estados Unidos unos 60 mil millones de dólares anuales, según Naciones Unidas. Y la mitad de eso volvería a casa. Los narcotraficantes limpian su dinero mediante mecanismos cada vez más sofisticados, que van desde inversiones bancarias o tarjetas prepagadas hasta seguros e instrumentos financieros.

Apenas dos años atrás México impuso requisitos y límites para el uso de dólares en efectivo. La medida hizo que el monto de dólares que circulaba por la economía se redujera 70 por ciento.

Pero en una actividad tan subterránea es muy difícil, aun para los mayores expertos, calcular si el lavado de dinero se ha incrementado o ha disminuido en los últimos años. Parte del problema es la falta de capacidad para revisar transacciones en un sistema como el mexicano, que cursa más de 4 millones de cheques y transferencias diarias, según promedios calculados por Reuters con datos del banco central.

El volumen de operaciones es descomunal; no hay gente que te pueda rastrear al ciento por ciento todas las operaciones, agregó Jorge Torres, coordinador de Contraloría del Banco Base.

Cuando las entidades financieras detectan cualquier operación fuera de lo común, se cubren la espalda reportándola a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, lo cual genera un efecto contraproducente por la cantidad abrumadora de transacciones que los reguladores deben revisar.

De las 45 mil operaciones inusuales que reportan bancos y entidades financieras en promedio al año, 5 por ciento son las que realmente traen indicios de lavado de dinero, según cifras oficiales. Incluso detectando las transacciones es difícil comprobar que es dinero sucio.

Mecanismo imperfecto

La mejor forma de cerrar el grifo del dinero sucio es atajarlo antes de que entre al sistema, aseguran autoridades. Pero cuando se trata de prevención, las manos disponibles que tiene el gobierno son pocas. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) tiene que supervisar a más de 2 mil 600 entidades financieras, desde bancos, casas de bolsa y sociedades de inversión hasta cooperativas de crédito y pequeños centros cambiarios con menos de 100 personas. Son equipos muy, muy pequeños, indicó Viviana Garza, vicepresidenta de procesos preventivos de la CNBV.

Para detectar el dinero de procedencia oscura, México depende de sistemas bancarios, del buen juicio de las entidades financieras y del conocimiento que tienen de sus clientes. Esos mecanismos ya han fallado. Y en grande. HSBC fue acusado el año pasado en un reporte del Senado estadunidense de no haber frenado el flujo de dinero sucio en sus operaciones mexicanas, apuntando a 7 mil millones de dólares enviados desde México a Estados Unidos entre 2007 y 2008. HSBC admitió defectos en sus controles antilavado y pagó una multa de 28 millones de dólares a la CNBV, que desde 2002 le había avisado que ciertas operaciones olían mal.

Las fallas son tan básicas que alguien debería haber sido atrapado por eso, comentó Jorge Guerrero, consultor de antilavado para Optima, empresa de Compass Group. Pero nadie terminó preso. Y la tentación de los bancos por conservar sus volúmenes de negocios y a los grandes clientes patrimoniales los expone a este tipo de situaciones.

Adiós al cash

La extendida economía informal de México, que incluye desde vendedores ambulantes hasta puestos callejeros de tacos, es aprovechada por los criminales para lavar dinero y por otros muchos para evadir impuestos. Con la nueva ley el gobierno espera atacar el problema que acarrea la economía cash.

Pero la creatividad que presumen los narcotraficantes para limpiar su dinero no tiene límites. Las preocupaciones de los reguladores ya no están sólo en las transferencias bancarias y en los cuantiosos y pequeños centros cambiarios a los que es difícil seguirles la pista. Además sospechan que los criminales también blanquean dinero con apuestas en casinos y rifas, con tarjetas de afinidad de tiendas y hasta dando dinero en efectivo a estudiantes para que los depositen en sus cuentas.

El problema ahora es que los mecanismos financieros del crimen organizado ya no son lo que eran, un tipo sin educación con una bolsa llena de millones de dólares, reconoció Gonzalo Vila, director de operaciones para Latinoamérica de la ACAMS, la asociación de especialistas certificados en antilavado.

Ahora son tipos sofisticados financieramente, en oficinas en el distrito financiero de México, Miami o Buenos Aires, moviendo el dinero con instrumentos sofisticados y usando todas las herramientas que el sistema financiero les proporciona, agregó.