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Inaugura la exposición Ciudad portátil en la Casa del Virrey de Mendoza, en Tlalpan

Emilio Payán rinde tributo al yo no busco, encuentro de Picasso

La muestra reúne pinturas y objetos intervenidos por el artista

“Cada vez es más abstracta mi pintura, uso mucho collage”, manifiesta a La Jornada el también impresor

Cuanto más difícil es el Distrito Federal, más humano y colorido lo vuelve él, dice la escritora colombiana Laura Restrepo

Foto
Emilio Payán con uno de sus trabajos, emplazado en el jardín de la Casa del Virrey de Mendoza, predio recuperado por Tequio, grupo de vecinos que defiende el patrimonio histórico, cultural y natural de TlalpanFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Jueves 22 de noviembre de 2012, p. 3

Un homenaje a la frase de Picasso, Yo no busco, encuentro, viene a ser Ciudad portátil, exposición de pintura y objetos intervenidos, que el pintor, editor de artes gráficas e impresor Emilio Payán inaugura hoy jueves a las 19 horas en la Casa del Virrey de Mendoza, en Tlalpan.

Para la escritora colombiana Laura Restrepo, cuanto más difícil es el DF, más humano y colorido lo vuelve Emilio Payán. No por nada nació y vive en la urbe más grande y poblada del planeta, la que día a día se devora a sí misma para disolverse y volver a empezar. Al pasar por las manos de Emilio se vuelve vivible, reconocible, respirable; las formas son ahora amables, el abigarramiento ya no es hostil. Ciudad transparente: por cada uno de sus millones de habitantes, el artista ha abierto una ventana.

Como bien señala la también periodista, en Ciudad portátil el artista muestra los objetos que la urbe le depara y que él transforma para ir apropiándose de ella, pieza a pieza, para domesticarla hasta convertirla en amiga, en mascota, en compañera de viaje. La exhibición de objetos surgió de las muchas pláticas sobre su trabajo que el artista ha sostenido con su padre, Carlos Payán, y con Restrepo.

Jugar, divertir y sorprenderse

El recorrido ha comenzado por el gran jardín y huerto del predio recuperado por Tequio, un grupo de vecinos que defiende el patrimonio histórico, cultural y natural del lugar. En la inmensidad, de repente se hacen visibles los objetos encontrados e intervenidos por Payán. De allí que aparece un semáforo; una parte del Metrobús en la que escribió: no encontrarás países, no encontrarás mares, la ciudad te seguirá, frase de Italo Calvino; una serie de señalamientos para el peatón convertidos en tótem urbano; una pequeña nopalera cuyos frutos son tapas de Gerber; un conglomerado de ruedas de bicicleta; una lámina que advierte el cruce de indocumentados, y un sillín de bicicleta montado sobre una barda, coronado con cuernos/ramas de venado.

Se trata de objetos que el entrevistado lleva años encontrando en la ciudad, luego trasladados a su taller para ser retocados. Es pura diversión, puro entusiasmo de trabajar con los objetos, hacer la ciudad un poco más vivible, de hacerla más mía. Jugar, divertir y sorprenderse con lo que te encuentras. Si no, no tiene chiste la vida, expresa.

El predio que en un tiempo perteneció al Virrey de Mendoza, tiene una edificación restaurada por el Gobierno del Distrito Federal, explica la pintora Ilse Gradwohl, integrante de Tequio y encargada de las actividades culturales de la Casa del Virrey de Mendoza. Allí continúa Ciudad portátil ahora con objetos más pequeños o delicados, así como pintura.

“Cada vez es más abstracta mi pintura, uso mucho collage”, señala Emilio Payán. Aunque pinto siempre mi ciudad, mis casitas, mis triángulos, mi cuadradismo como le llamo, porque hago puros cuadritos. Empecé pintando ventanas. Son ventanas también de cuartos de miles de ciudades que hay.

Exhición de tres jóvenes alemanes

En otros tres espacios del recinto se exhibe el trabajo de un trío de jóvenes artistas berlineses que han pasado este año en México con motivo de sus estudios. Lou Hoyer (1985) obtuvo la beca Frida Kahlo en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda. En Tradicus est ad mortem presenta tintas chinas sobre papel, cuyos temas hablan del cuerpo y cómo éste se transforma. Son como expresiones de sentimientos de lo corporal para mí, dice Hoyer.

Marie Strauss (1981), por su parte, recibió una beca para trabajar la obsidiana. Al estudiar con Kiyoto Ota en la Escuela Nacional de Artes Plásticas conoció al antropólogo y arqueólogo Felipe Bate, quien le enseñó a trabajar este material de origen volcánico. Su muestra, Lagartija, también incluye una intervención sobre el muro que utiliza motivos geométricos que vio en la iglesia de Amecameca, estado de México.

Maximilian Thiel (1984), también estudiante de la Universidad de Bellas Artes, en Berlín, vino aquí por su cuenta y ha estado en Oaxaca y Chiapas. Sus grabados recientes están influenciados por la estética maya tras un viaje a Bonampak. Para su muestra No encuentro: busco, ha realizado una especie de xilografía sobre la pared, quizá un homenaje al dibujo azteca.

El conjunto de exposiciones se puede visitar de jueves a domingo, de 11 a 17 horas, en el recinto ubicado en la calle Juárez 15, esquina con Guadalupe Victoria, Centro Histórico de Tlalpan. La clausura será el 15 de diciembre.