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Cumbre Iberoamericana

Se invierten los papeles
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Catalanes se manifiestan contra los bancos y los desahucios, el jueves pasado en calles de BarcelonaFoto Ap
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Los presidentes Felipe Calderón, Sebastián Piñera, Juan Manuel Santos y Ollanta Humala –de México, Chile, Colombia y Perú– durante su reunión en Cádiz como parte de la Alianza del Pacífico, formada el año pasadoFoto Xinhua
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Periódico La Jornada
Martes 27 de noviembre de 2012, p. 29

El 16 y 17 de noviembre, España fue anfitriona de la 22 Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno. La reunión anual, instituida en 1991, apunta a fortalecer la cooperación entre las 22 economías que integran la comunidad iberoamericana. La cumbre de Cádiz ilustró la naturaleza cambiante de la relación entre España y Portugal, por un lado, y los países latinoamericanos por la otra, a la vez que mostró el creciente poder económico y político de AL y su cada vez mayor enfoque hacia otras regiones del planeta, Asia en particular.

Las cumbres iberoamericanas se efectúan desde 1991, pero el interés en ellas ha comenzado a disminuir en AL, la mitad de cuyos líderes no asistieron a la reunión de 2011, en Paraguay. La celebrada en Cádiz tuvo mayor participación latinoamericana (aunque los gobernantes de Argentina, Guatemala, Uruguay, Paraguay, Nicaragua, Venezuela y Cuba no asistieron), pero confirmó la tendencia de la región de alejarse de Europa al mismo tiempo que aumenta su peso político y económico.

La cumbre se desarrolló en un entorno muy distinto de las anteriores. Mientras España y Portugal están empantanados en la peor recesión desde que se creó el mecanismo (estimamos que sus economías encogerán 1.5 y 3%, respectivamente, en 2012), AL ha estado creciendo de manera constante en los años pasados (prevemos que crecerá 3.1% en promedio este año), con lo que millones de personas han salido de la pobreza para sumarse a la clase media. En tanto 25 y 16%, respectivamente, de las poblaciones española y portuguesa están sin empleo, las tasas de desocupación en AL están en mínimos históricos (alrededor de 6.5%).

En consecuencia, el equilibrio de poder entre los miembros europeos y latinoamericanos de la comunidad iberoamericana ha cambiado de modo evidente: la cumbre confirmó que España y Portugal ya no son el vínculo más fuerte en la relación iberoamericana y que, lejos de continuar con su papel tradicional de mentores, son ahora los menesterosos. Los dos países peninsulares ven sus vínculos con AL como un activo estratégico en sus esfuerzos por resurgir de la recesión y crear crecimiento y empleo en su propio territorio: ya subsidiarias de compañías españolas en los sectores bancario y de telecomunicaciones en AL ayudan a sus casas matrices a compensar enormes pérdidas en el país de origen.

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, dijo: La inversión latinoamericana es recibida con los brazos abiertos y España está más abierta que nunca a América Latina, al apremiar a los países de la región a comerciar e invertir más en la Unión Europea.

Pero mientras AL se vuelve una socia cada vez más importante para Europa en su apremiante situación actual, la primera mira más allá de sus socios comerciales y económicos tradicionales, incluida Europa, para redefinirse como un jugador global al desarrollar vínculos con Asia y dentro de su propio territorio. De hecho, los presidentes de Chile, Mexico, Colombia y Perú se reunieron por separado en Cádiz como parte de la Alianza del Pacífico que formaron el año pasado, para destacar el progreso logrado hasta ahora en integrar sus economías (que representan un mercado de más de 200 millones de personas) y el creciente dinamismo de la región en crear e impulsar negocios y alianzas comerciales.

Resultados principales

Si bien la cumbre no ha producido ningún cambio significativo en las relaciones entre ambas regiones, ha sido notable por varios sucesos y ha producido algunos resultados económicos concretos.

Entre los rasgos notables se contaron los repetidos ataques desde el campo latinoamericano a las políticas de austeridad adoptadas en Europa. Tanto el presidente de Ecuador, Rafael Correa, como la mandataria brasileña Dilma Rousseff apuntaron que la austeridad por sí misma no es solución, y que aplicar en todas partes la consolidación fiscal exagerada no ayudará a la economía mundial a recuperarse y tal vez incluso exacerbe la recesión. A raíz de ello se incluyó en la Declaración de Cádiz una cláusula que aboga por la aplicación de políticas contracíclicas que permitan a la comunidad iberoamericana mantener e incrementar la actividad económica, en marcado contraste con las políticas de austeridad adoptadas por España y Portugal, y como muestra adicional del peso creciente de AL en las relaciones bilaterales.

Otro aspecto interesante fue el enfoque en el sector privado, en particular en las empresas pequeñas y medianas, y el consenso sobre la función esencial que debe desempeñar como motor del crecimiento en ambos lados del Atlántico. En relación con esto se dieron algunos de los resultados concretos de la reunión, entre ellos una línea de crédito por 420 mdd del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para dar apoyo a empresas (en especial pequeñas y medianas) que busquen comerciar y expandirse en el extranjero, y de 200 a 300 mdd en préstamos de la Corporación Andina de Fomento a ese mismo sector empresarial. La creación de un Consejo Iberoamericano de Competitividad y la luz verde dada a la instauración de un mecanismo de arbitraje para disputas entre entidades privadas completan la lista de resultados principales de la cumbre.

En un esfuerzo por hacer más efectivo el mecanismo de cumbres y la cooperación entre las dos regiones, se designó al ex presidente chileno Ricardo Lagos al frente de un grupo de trabajo encargado de reformar el sistema. Las cumbres serán bianuales a partir de 2013 (la de ese año se realizará en Panamá), para coordinarlas con las cumbres bianuales EU-AL. Otro desafío será encontrar un remplazo para el actual titular del secretariado latinoamericano, Enrique Iglesias, cuyo mandato expira en octubre del año próximo.

Es de esperarse que el grupo de trabajo logre hacer una reforma significativa del mecanismo de cumbres, de modo que la alianza iberoamericana siga siendo relevante para sus miembros, especialmente los latinoamericanos.

Traducción de textos: Jorge Anaya