Opinión
Ver día anteriorJueves 29 de noviembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Desempleo real, 15.1%

Empleo informal, 58%

FC: gobierno fallido

C

oncluye el sexenio de para vivir peor y, como en tantos otros renglones, el balance en materia laboral resulta espeluznante. Como bien documenta el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM, con Felipe Calderón en la residencia oficial ni empleo, ni mejora para los trabajadores: 58 por ciento de los puestos de trabajo se generan en la economía informal, sin recursos de los empresarios ni del gobierno mexicano.

En su más reciente reporte analítico sobre la situación económica del país (El desempleo y el empleo informal en el sexenio de Felipe Calderón, México 2006-2012, recién salido del horno), el CAM indica: “en el sexenio de quien en campaña se autonombró “presidente del empleo’, sólo dos cosas resultaron claras: el crecimiento del desempleo a niveles nunca antes vistos, por una parte y, por la otra, que lo poco que creció la ocupación en México fue debido principalmente a la economía informal y no a algún otro tipo de impulso, ni empresarial ni estatal. Hoy la tasa de desempleo en México es de 15.1 por ciento, y la población desempleada suma 8 millones 671 mil personas, 2 millones 137 mil más respecto al inicio del sexenio calderonista, lo que representa un aumento de 32.7 por ciento en los seis años”.

La tasa de empleo informal es de 54.5 por ciento, y la población empleada informalmente suma 26 millones 574 mil personas, 3 millones 411 mil más que a finales de 2006, lo que significa que la informalidad se incrementó 14.7 por ciento en el sexenio. La ocupación en general, a lo largo de ese periodo, sólo creció 13.7 por ciento, menos que el aumento del sector informal y mucho menos que el aumento del empleo, por lo que ningún programa del gobierno contribuyó significativamente a uno de las mayores problemas que deja la administración saliente. “Al realizar un mapeo de los niveles de desempleo en México, aunque existen altos niveles de manera generalizada, los estados del norte del país son los más afectados en este aspecto, lo que contrasta con el empeño del gobierno de Felipe Calderón por militarizar esta zona en lugar de atender los grandes problemas económicos y sociales”.

Ante el grave panorama económico y la caída salarial, anota el citado centro de análisis, las familias mexicanas han tenido que buscar alguna actividad que mejore sus ingresos en la economía informal, siendo ésta la de mayor peso en la generación de empleos durante el sexenio, por lo que Calderón “no fue ni será reconocido como el ‘presidente del empleo’”, y señala que tomando como base una metodología acorde a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se tiene que para el tercer trimestre de 2012 la tasa de desempleo es de 15.1 por ciento y la población desempleada es de 8 millones 671 mil 62 personas. Para este mismo periodo, el Inegi calcula una tasa de desocupación de 5.2 por ciento y una población desocupada de 2 millones 646 mil 675 personas.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, que levanta el Inegi, la tasa de desocupación excluye a las personas que aunque tengan interés en trabajar no buscaron activamente un empleo en el último mes ya que, o no creen encontrarlo o se cansaron de buscar trabajo. Es decir, el Inegi excluye de la desocupación a quienes tienen un panorama laboral incierto y a quienes sufren una situación crónica de desempleo; el problema es que esta población desempleada constituye más del doble de la población que el propio instituto reporta como población desocupada. Cuando el gobierno habla de desempleo y utiliza esa tasa de desocupación, el Inegi oculta a 69 por ciento de la población que en realidad está desempleada.

Por lo anterior, indica el CAM, puede observarse fácilmente la proporción de desempleo que se encubre cuando no se utiliza un procedimiento adecuado. Durante todo el periodo descrito existe una diferencia de al menos diez puntos porcentuales entre ambas cantidades. Por ejemplo, mientras la desocupación (oficial) llega a su punto más alto durante el tercer trimestre de 2009 con 6.2 por ciento, para el mismo periodo el desempleo (real) es de 16 por ciento. Análogamente, la tasa de desocupación (oficial) en el cuarto trimestre de 2010 reportaba apenas 5.3 por ciento, mientras la tasa de desempleo (real) llegaba a su nivel más alto con 16.4 por ciento, cifra que refleja la situación de deterioro en el mercado laboral durante ese año no sólo por el nivel en términos absolutos, sino además considerando que el cuarto trimestre es siempre el que debería reportar menores niveles de desempleo, debido a que se encuentra la temporada de fin de año y con ello el incremento generalizado de la actividad económica. Aun con ello, el cuarto trimestre de 2010 llegó a un nivel de desempleo que afectó a una sexta parte de la población que se encontraba disponible para trabajar y sin embargo no conseguía empleo.

Al cierre del tercer trimestre de 2012 en México había 8.7 millones de desempleados, lo cual contrasta fuertemente con los 2.6 millones de desocupados reportados por el Inegi. La otra cara del desempleo y los bajos salarios es el empleo informal. Este se ha mantenido durante todo el sexenio en niveles altos, oscilando entre 53.5 y 55.8 por ciento. Ante un escenario como el de México, donde la industria sólo es capaz de absorber una proporción relativamente baja de trabajadores, y con las remuneraciones y condiciones laborales que ofrece, la gente prefiere el camino de la informalidad, que le permite ingresos de la misma magnitud pero sin tener que someterse a las restricciones del trabajo formal, pero igualmente precario. En el sexenio que concluye el empleo informal ha constituido más de la mitad de la población ocupada. Aún el valor más bajo de esta tasa (53.5 por ciento en el cuarto trimestre de 2008 y 2010) muestra claramente cómo en nuestro país el panorama dominante es el de la informalidad.

Concluye el CAM que lo anterior contrasta con los de por sí elevados indicadores reportados por el Inegi sobre la población ocupada en el subsector informal de los hogares, pues sus cifras excluyen a los ocupados en los negocios no constituidos en sociedad, que también forman parte del empleo informal. Así, cuando el gobierno informa utilizando las series del Inegi, oculta 50 por ciento del nivel de empleo informal.

Las rebanadas del pastel

Un fuerte cuan solidario abrazo para el distinguido guerrerense Raúl Reducindo por la lamentable pérdida de su señora madre, doña Amelia Mejía Cuevas.