Economía
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Refiere investigación de Canacintra disparo en ingesta de pan y pastelería industrializada

Se desplomó a la mitad consumo de tortilla en el país en 3 décadas

En 1980 cada mexicano comía en promedio 144 kilos 972 gramos al año; ahora, 78.498 kilos

Las personas con menores ingresos destinan 55.8% de sus percepciones a comprar alimentos

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Tortillería en Toluca, estado de MéxicoFoto Agencia MTV
 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de diciembre de 2012, p. 28

El consumo de tortilla en México se desplomó durante las tres últimas décadas a la par que se disparó la ingesta del pan y la pastelería industrializada, advierte una investigación de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).

En 1980 cada mexicano consumía al año un promedio 144 kilos 972 gramos de tortilla, pero 30 años después dicha cantidad se redujo a 78 kilos 498 gramos per cápita. La diferencia es de 66 kilos 474 gramos menos en el periodo (una disminución anual de 2.2 kilos) o bien una reducción de 45.8 por ciento, precisa el estudio a cargo de Pedro García Urigüen, vicepresidente del sector de alimentos, bebidas y tabaco del organismo empresarial.

Fuera del llamado pan artesanal, hasta 1993 los mexicanos no consumieron ni siquiera un gramo de panes o pasteles industrializados, pero a partir de 1994 (fecha que coincide con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio para América del Norte) el promedio de ingesta per cápita a nivel nacional se elevó a 13 kilos 297 gramos y llegó hasta 18 kilos en 2008, cantidad similar a la carne de res que un mexicano consume al año y menor a los 14 que ingiere de carne de puerco.

Titulada La alimentación de los mexicanos. Cambios sociales y económicos, y su impacto en los hábitos alimenticios y difundida a través de disco compacto o libro, la investigación de Canacintra está basado en datos de las secretarías de Agricultura y Economía, Banco de México, Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado (AMAI) y la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias (Canainca).

Abarca diversos aspectos de la alimentación, como los cambios y tendencias registrados entre los mexicanos a raíz de que en el periodo analizado se invirtió la proporción entre población urbana y rural al grado de que la primera representa 77 por ciento del total, como el gasto en alimentos que hacen los hogares de cada estrato socioeconómico en relación con sus ingresos.

Así, destaca que las familias que tienen el nivel de ingresos más bajos en el país, calculado en 3 mil 130 pesos o menos por mes, destinan hasta 55.8 por ciento de sus percepciones económicas a comprar alimentos.

Eso representa más del doble a nivel nacional y 9.3 veces más que lo que erogan para el mismo fin las familias del estrato socioeconómico más alto, calculado en 98 mil 500 pesos o más en promedio mensual y que representan sólo 7.2 por ciento de toda la población.

El principal alimento en el que gastan los hogares más pobres, detalla la investigación de Canacintra, son los cereales al concentrar 21.8 por ciento del total. En segundo lugar se ubican las verduras con 16 por ciento, las carnes con 15.4 por ciento, la leche con 8.4 por ciento y bebidas diversas con 7 por ciento. El resto de los alimentos, como pescado, huevo, frutas, aceites, café o azúcar implica una erogación de menos de 5 por ciento en cada caso.

En el otro extremo de la escala social, los hogares con los más altos ingresos destinan 10.6 por ciento de su gasto en alimentos a las carnes; 7.4 por ciento, a la leche; 5.2 por ciento, otras bebidas; 5 por ciento, cereales; 4.6 por ciento, frutas e igual porcentaje para verduras; los demás alimentos están por debajo del punto porcentual.

Otra diferencia entre ambos tipos de hogares es que los de mayor ingreso gastan más de la mitad de su presupuesto de comida en la calle, pero en los de menores ingresos sólo 8.2 por ciento fuera del hogar.