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Mursi convoca a la oposición al diálogo; no tolerará llamados a golpe de Estado, advierte

Ejército desaloja alrededores del palacio presidencial de Egipto

Enfrentamientos dejan siete muertos y más de 770 heridos

Incendian sedes de la Hermandad Musulmana en El Cairo y otras ciudades

Obama señala que la violencia es inaceptable

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El presidente Mohamed Mursi propuso a opositores dialogar mañanaFoto Ap
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Militares resguardan el palacio presidencial en El Cairo, mientras observa un detractor del mandatario egipcioFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 7 de diciembre de 2012, p. 35

El Cairo, 6 de diciembre. Tanques y tropas fueron desplegados este jueves para hacer guardia en las afueras del palacio presidencial Al Ethadeys de esta capital, mientras el ejército egipcio ordenó a los manifestantes reunidos desde el miércoles en las inmediaciones del edificio retirarse, después de una serie de enfrentamientos que dejaron siete muertos y más de 770 heridos.

El presidente islamita, Mohamed Mursi, en un mensaje a la nación, invitó a la oposición a un diálogo, que se realizaría el sábado, y aseguró que respeta la libertad de expresión, pero advirtió que no tolerará llamamientos a un golpe de Estado, sabotajes y asesinatos. A pesar de las multitudinarias protestas, ratificó que el referendo constitucional se realizará el 15 de diciembre, tal como y está previsto.

El ejército ordenó a los manifestantes desalojar los alrededores del palacio presidencial, donde desplegó tanques después de los violentos enfrentamientos entre partidarios y adversarios del mandatario.

Prohíben manifestaciones

La guardia republicana, unidad del ejército encargada de proteger a la presidencia, decidió desalojar el perímetro que rodea el palacio presidencial y prohibirá las manifestaciones en los alrededores del complejo, según un comunicado.

Sólo los partidarios del presidente se mantuvieron cerca de Al Ethadeys tras los enfrentamientos en los que siete personas perdieron la vida y más de 770 resultaron lesionadas, lo que fue calificado como los peores enfrentamientos desde la elección de Mursi en junio pasado.

Después del ultimátum del ejército, muchos manifestantes empezaron a recoger sus pertenencias para irse. Muchos islamitas durmieron en el lugar en tiendas de campaña o envueltos en mantas.

En la tarde, el ejército instaló vallas de alambre de púas a 150 metros de la sede del gobierno, tras haber ordenado a los manifestantes abandonar el lugar.

Los partidarios de Mursi, quien el pasado 22 de noviembre aumentó considerablemente sus poderes, se retiraron, pero varios miles de opositores se congregaron de nuevo en una plaza a unos 300 metros del palacio, gritando el pueblo quiere la caída del régimen.

Durante la noche del jueves ocurrieron peleas con palos, bmbas molotov y pedradas con sólo breves periodos de tranquilidad. También se escucharon disparos.

El general Mohammed Zaki, jefe de la guardia republicana, subrayó que el ejército no usará la fuerza contra los manifestantes.

Por la noche, el presidente emitió un mensaje a la nación, en el que invitó a los grupos políticos y a otras figuras a reunirse el sábado para sostener un diálogo nacional sobre una hoja de ruta política tras el referendo de la nueva constitución.

Llamo a una reunión de diálogo completo, productivo con todas las figuras y jefes de partidos, juventud revolucionaria y altas figuras legales para este sábado, declaró Mursi.

El mandatario –cuyas decisiones no pueden ser revocadas judicialmente en virtud del decreto del 22 de noviembre– señaló que se discutirá la suerte de la cámara alta del Parlamento después que la cámara baja fue disuelta en junio, sobre la ley electoral y otros temas.

Afirmó que los planes para el referendo del 15 de diciembre van bien encaminados y que luego de esa consulta el pueblo debe seguir su voluntad.

En caso de que la mayoría de los ciudadanos vote en contra del borrador, señaló que estaría dispusto a convocar a una asambela constitucional.

Mursi se mostró dispuesto a renunciar al artículo 6 del decreto, que posibilita al presidente tomar todas las medidas necesarias para proteger al país y los objetivos de la revolución. Pero no dijo nada sobre el artículo que pone sus decisiones al abrigo de cualquier recurso ante la justicia.

Golpeadores pagados

El presidente acusó a los opositores por los enfrentamientos ocurridos en El Cairo.

Sostuvo que grupos violentos armados –que la policía detuvo después– tienen contacto con aquellos que se definen a sí mismos como fuerzas políticas.

Entre los detenidos también hay golpeadores pagados, y consideró que son seguidores del antiguo régimen del depuesto presidente Hosni Mubarak.

Mursi destacó que no responsabiliza a todos los opositores que criticaron la declaración constitucional de los islamitas. Eso es libertad de expresión. Eso es normal. Tenemos que diferenciar, añadió.

Miles de opositores que se reunieron cerca del palacio mostraron sus zapatos en señal de desafío tras el discurso de Mursi y gritaron: asesino, asesino y nosotros no nos iremos; él se irá.

Después estallaron combates cerca de la sede de la Hermandad Musulmana –el partido político religioso que llevó a Mursi al poder en las elecciones de junio pasado– en El Cairo entre manifestantes y las fuerzas del orden, que usaron gases lacrimógenos.

Los opositores prendieron fuego a la sede principal de la Hermandad Musulmana en la capital luego de tomar por asalto el lugar.

Doscientos bandidos llegaron a la sede. Los miembros de la seguridad trataron de impedir que entraran, pero algunos penetraron por la puerta trasera, saquearon el lugar y le prendieron fuego. Todavía está en llamas, declaró el vocero Mahmud Ghozlan.

Sin embargo, la policía dijo que el incendio no era tan grave y que las fuerzas del orden contuvieron a los manifestantes.

En Islamilla y Suez los inconformes con el gobierno de Mursi tambien prendieron fuego a sedes de la Hermandad Musulmana.

El guía supremo del partido religioso, Mohamed Badie, hizo un llamado a la unidad y afirmó que las divisiones entre egipcios sólo sirven a los enemigos de la nación.

Egipto está inmerso en una grave crisis política desde el pasado 22 de noviembre, cuando Mursi, el primer presidente islamita, firmó un decreto que amplíó sus poderes y los exime de control judicial.

La oposición, que denuncia su autoritarismo, protesta también contra el proyecto de la nueva constitución, que se someterá a referendo el 15 de diciembre.

La nueva carta magna, según la oposición, ofrece pocas garantías a las libertades de expresión y religiosa y abre la vía a una aplicación más amplia de la ley islámica o sharia.

La comisión constitucional dominada por los islamitas, que adoptó rápidamente este proyecto, también estaba eximida de cualquier recurso ante la justicia.

Mohamed Mursi alega que sus poderes ampliados son temporales hasta la adopción de la nueva constitución.

El presidente estadunidense, Barack Obama, expresó vía telefónica a Mursi su honda preocupación por la muertes ocurridas durante las protestas, así como por quienes han resultado heridos, y sostuvo que la violencia es inaceptable, afirmó la Casa Blanca en un comunicado.