Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 9 de diciembre de 2012 Num: 927

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora bifronte
Jair Cortés

Dos poemas
Lukás Theodorokópoulos

La fiesta del teatro
Mariana Domínguez Batis

Puebla, nuevo espacio nacional para el
teatro internacional

Miguel Ángel Quemain

Héctor Azar, el
hombre y el teatro

Jorge Galván

El tío vania de
David Olguín

Enrique Olmos de Ita

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Cinexcusas
Luis Tovar
Galería
Ilan Stavans
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Felipe Garrido

Domingos

Nada era peor, cuando papá andaba fuera, y eso era seguido, que despertar el domingo. Los demás días, como fuera, nos íbamos al colegio y ella se iba al salón con su amiga. El domingo no. Nos repartíamos alrededor de la mesa; mi hermano, las niñas; podíamos bromear tantito, vacilar, reírnos... hasta que la oíamos bajar. Los domingos eran mamá, como le decíamos, refundida en su bata, mirándonos desde el fondo de todo lo que no tenía, deseando que nos muriéramos todos. Apenas entraba dejábamos de hablar. Si alguien tocaba un tema que le molestara podía cachetearlo. Teníamos que entender que también ese día estaba de malas. Que lo que dijéramos no le iba a caer bien y mucho menos nos iba a hacer bien a nosotros. Íbamos quedando cada vez más quietos, en derredor de la mesa, mirándonos, en silencio, sin atrevernos a respirar, para adivinar qué quería. Y lo que quería era jodernos mientras el desayuno se alargaba, se alargaba... Yo me acuerdo bien.