jornada


letraese

Número 198
Jueves 3 de Enero
de 2013



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate


Reconocimiento a la labor pastoral
de religiosos comprometidos
con la justicia social

En Católicas por el Derecho a Decidir admiramos y respetamos la misión pastoral de obispos, sacerdotes y religiosos, que rompieron esquemas para crear y recrear nuevos caminos de esperanza para defender los derechos humanos, basados en una ética de justicia para la humanidad. Su Ministerio es testimonio vivo de la Iglesia de Jesús: una Iglesia solidaria y testimonialmente pobre, comprometida con la liberación de los empobrecidos, excluidos y excluidas del mundo; una Iglesia con igualdad de derechos para mujeres y hombres; una Iglesia comprensiva, que no amenaza ni excluye a nadie, abierta a todas las personas y grupos sociales que luchan por la justicia social, la paz, la libertad y la felicidad; una Iglesia que respeta la diversidad en su interior, participativa, democrática.
Por ello, reconocemos la vocación de servicio y compromiso con la justicia de sacerdotes y obispos que, en congruencia con su labor pastoral, se han convertido en Defensores de Derechos Humanos, en pescadores de la verdad que, sin importar etnia, religión, condición social y de género o preferencia sexual, –enfrentando serios prejuicios sociales y culturales, represión y hostigamiento– han asumido valientemente la defensa pública de diversos sectores sometidos a la explotación, la discriminación y la injusticia.
Un ejemplo de congruencia con el Evangelio es el compromiso de vida de Monseñor Raúl Vera, quien a lo largo de 25 años de caminar episcopal, ha buscado que su pastoral sea cercana a la vida de Jesús, quien renunció a su condición divina para nacer como pobre y perseguido, como se narra en el libro Ovejas Negras. Rebeldes de la Iglesia mexicana en el Siglo XXI, de Emiliano Ruiz Parra. Durante su trayectoria como pastor y defensor de derechos humanos ha emprendido algunas luchas por la reivindicación de los derechos de los indígenas en Chiapas, motivado por labor y autoridad moral de Don Samuel Ruiz; por los derechos laborales de los trabajadores de las minas de carbón; por la no discriminación de homosexuales y lesbianas; por la defensa de los migrantes indocumentados; por la justicia de las sexoservidoras violadas por militares en Castaños, Coahuila; y por la búsqueda de los desaparecidos en la guerra contra el narcotráfico, emprendida por Calderón, que ha violentado impunemente los derechos humanos.
Otro caso meritorio es el del Padre Alejandro Solalinde, quien afirma que "Jesús decía que la prioridad no es el culto, sino el reino de Dios y su justicia."1. Él ha defendido arduamente los derechos de los migrantes, fundando el albergue Hermanos en el Camino en Ixtepec, Oaxaca. Ahí ha constatado el dolor y sufrimiento que viven los migrantes centroamericanos al cruzar la frontera con México: "… los migrantes me han enseñado que la Iglesia es peregrina y que yo mismo soy migrante. Me han enseñado esa fe tan grande: la esperanza, la confianza, la capacidad de levantarse, rehacerse y seguir el camino. Sería fantástico que como católicos tuviéramos la capacidad de los migrantes de levantarnos de tantas caídas y seguir caminando en la ruta de Jesucristo"2.
En la defensa que han emprendido Fray Raúl Vera y el Padre Alejandro Solalinde, entre otros, han respondido a su comunidad y han dado respuesta al llamado que hizo hace 50 años el Concilio Vaticano II por una Iglesia que escuche a su feligresía y que sea sensible a los signos de los tiempos; una Iglesia comprometida con la justicia social y los derechos humanos, una Iglesia amorosa, incluyente y donde lo diferente no sea motivo de discriminación, sino de renovación. Una Iglesia que reconozca y respete la libertad de conciencia y la autoridad moral de las personas.

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1 Ruiz Parra, Emiliano. Ovejas Negras. Rebeldes de la Iglesia Mexicana en el Siglo XXI. México: Editorial Océano, 2012.
2 Ídem

 


S U B I R