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Bajo la Lupa

Reconexión de Rusia y China

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Chuck Hagel, nominado para secretario de Defensa por el presidente Barack Obama, y John Brennan, propuesto director de la CIA, el pasado lunes 7 en la Casa BlancaFoto Reuters
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as coordenadas multipolares de la geoestrategia no han variado –incluso, se han acentuado conforme se agudiza la grave crisis del neoliberalismo–, pero la reciente nominación del ex senador Chuck Hagel, del Partido Republicano (en espera de su aprobación por el Congreso), ha impreso una dinámica vertiginosa a las relaciones internacionales cuyas dos piedras de toque están constituidas por el contencioso nuclear de Irán y las disputas territoriales en el Mar del Sur de China: las dos mayores fracturas de la geopolítica.

Según Brendan O’Reilly (Asia Times, 11/1/13), Pekín ha recibido cálidamente (sic) la nominación de Hagel al Pentágono, con quien consideran pueden llegar a acomodamientos fructíferos, aunque no pasan por alto ciertos malentendidos sobre la posición de China en los asuntos internacionales cuando no desea tomar el lugar de Estados Unidos en el mundo. Habrá que ver.

Durante la reunión de los consejeros de Seguridad Nacional de los BRICS en Delhi (ver Bajo la Lupa, 9/1/13), China clamó por el reforzamiento de las relaciones en el seno del bloque pentapartita (Xinhua, 11/1/13).

El consejero de Seguridad Nacional chino Dai Bingguo puntualizó el resurgimiento de las nuevas economías emergentes que se han convertido en un fuerza relevante para empujar por la transformación de la estructura internacional y su impacto determinante en la formación de un mundo multipolar (sic) y la democratización (sic) de las relaciones internacionales con el consiguiente cambio de los mapas político y económico.

Existen cierto tipo de relaciones cuyas dinámicas son muy difíciles de detener, como es el caso de Rusia y China, que reanudaron su extraviada conectividad mediante el Grupo de Shanghai (constituido a instancias chinas) a raíz de los atentados del 11/9 que gestaron el montaje hollywoodense de la guerra contra el terrorismo islámico y que llevó al ejército de Estados Unidos a las fronteras del RIC (Rusia, India y China), que cuenta con pletóricas poblaciones mahometanas.

La fusión del triángulo geoestratégico del RIC al bloque geoeconómico de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), hoy cada vez más geofinanciero y geopolítico, ha sido función de la decadencia inexorable de Estados Unidos en su economía y finanzas, pero que, paradójicamente, conserva aún su omnipotente panoplia militar, al unísono de su propagandístico oligopolio multimediático global, su control de Internet y sus redes sociales, además de otras cartas tecnológicas ocultas.

Las consultas en materia estratégica entre Rusia y China iniciaron formalmente en 2005 y es justamente el rubro militar de Estados Unidos lo que preocupa a Moscú y Pekín, quienes se han vuelto a reconectar, como aduce Robert Bridge, de Russia Today (10/13/13).

Rusia es motivo del desprecio por Estados Unidos de la perezagruska (reajuste) que siempre no fue, mientras China es objeto de la doctrina Obama del pivote (ver Bajo la Lupa, 4 y 18/12/11).

Robert Bridge puntualiza que cuando los países vecinos de Rusia y China han empezado a sentir el calor militar de Estados Unidos, parece más que natural que Moscú y Pekín comiencen a sembrar las semillas de una relación estratégica de largo plazo (sic).

El flamante mandarín uncido Xi Jingping manifestó que una asociación estratégica integral (sic) representa la mayor prioridad de la política exterior de Rusia y China, como ha compartido con el presidente Vlady Putin.

Las tensiones escalan en las islas Diaoyu entre China y Japón (Global Times, 11/1/13), lo cual se ha exacerbado con el arribo al poder del chovinista nipón Shinzo Abe –que los círculos chinos aseveran es azuzado por el Pentágono y la doctrina Obama del pivote (ver Bajo la Lupa, 23/11/12)–, mientras el mandarín comunista Xi Jingping coloca a la reconexión entre Rusia y China como uno de los más importantes factores en el ámbito de las relaciones internacionales. Sin duda.

Según Global Times, China necesita prepararse para lo peor. China y Japón es muy probable que se vuelvan rivales y aun enemigos en el largo plazo. Japón se ha vuelto la vanguardia de la estrategia de Estados Unidos que tiene como objetivo contener a China.

Robert Bridge da a entender que el fracaso de la perezagruska, que los circuitos rusos culpan a Estados Unidos del deterioro, alentó a la reconexión entre Rusia y China: Mientras China es un país tradicionalmente aislacionista (sic) que evita las relaciones bilaterales y raramente revela sus cartas políticas, Rusia realizó un salto de fe (¡súper sic!) cuando trató de reajustar sus relaciones con Washington.

Como que frente al unilateralismo consuetudinario de Estados Unidos no funcionaron la legendaria prudencia china ni la intempestividad amigable de Rusia.

Robert Bridge considera que gran parte de la culpa del deterioro del reajuste se debe a los planes de Estados Unidos de instalar un escudo misilístico balístico en Europa oriental en las inmediaciones de Rusia, lo cual ha detonado una carrera armamentista y ha propiciado el esbozo de una “nueva guerra fría” (ver Bajo la Lupa, 6/1/13).

A juicio de Robert Bridge, la perezagruska parece haber sido una trampa para que la administración Obama ganase el tiempo necesario con el despliegue de tecnología militar amenazante contra Rusia.

China, igual que Rusia, sufre el despliegue militar de Washington cuando 60 por ciento de la armada de Estados Unidos estará en el océano Pacífico en 2020.

Las notas en los multimedia rusos sobre el cerco de Estados Unidos a China son abundantes. Según Russia Today (27/12/12), China estará rodeada por aviones furtivos de Estados Unidos en 2017.

Otra nota ominosa con previsión de guerra (Russia Today, 14/8/12): Planes militares de Estados Unidos contra China, según el think tank Centro de Estudios Internacionales Estratégicos (CSIS, por sus siglas en inglés).

Evgeny Bazhanov, presidente de la Academia Diplomática del Ministerio del Exterior ruso, comenta que Moscú y Pekín tienen posturas similares en los puntos calientes globales que incluyen Siria, Norcorea, Afganistán e Irán y ambos tienen profundas (sic) sospechas del sistema misilístico de defensa de Estados Unidos.

La alarmante preocupación de Rusia y China sobre las intenciones geopolíticas de Estados Unidos comporta otras motivaciones nada desdeñables, como los hidrocarburos de Siberia, cuando Pekín necesita de un abastecedor creíble y seguro de sus energéticos en medio de su crecimiento económico espectacular.

¿Como digerirá la OTAN cuando entre 2015 y 2016 China supere tanto a Estados Unidos como a la Unión Europea para colocarse como la primera superpotencia geoeconómica mundial? El golpe sicológico será devastador.

A mi juicio, más que Rusia –a quien los estrategas de Estados Unidos dan por derrotada biológicamete debido a su demografía negativa en su vasto territorio difícil de defender de la invasión virtual de migrantes chinos–, la debilidad relativa de China frente al acoso de Estados Unidos es militar y cuenta con dos alternativas que pueden ser complementarias: 1) recurrir a la defensiva guerra asimétrica, y 2) contar con el paraguas protector nuclear de Rusia.

El verdadero pivote no es la doctrina Obama frente a China, sino la postura decisiva que adopte Rusia respecto de China cuando sus relaciones con Washington han entrado a la zona fría. China sólo se reconecta.

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