Sociedad y Justicia
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Vamos al desastre en materia de agua, advierten expertos

Inconclusas, 3 grandes obras inauguradas por Calderón

Critican los proyectos arrogantes que corresponden al siglo pasado

 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de enero de 2013, p. 40

Durante los dos pasados sexenios panistas el gobierno federal apostó a la construcción de obras en materia hídrica y aunque no se concluyó la construcción de grandes proyectos, como la presa El Realito, la primera fase del Túnel Emisor Oriente (TEO) y la planta de bombeo El Caracol, fueron inaugurados por el ex presidente Felipe Calderón.

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en el reciente estudio Hacer posible la gestión del agua en México, reconoció que los niveles de inversión en infraestructura hidráulica han sido altos, pero los servicios de agua, sobre todo de saneamiento, siguen siendo deficientes en grandes áreas del país.

En un recuento que hizo la actual dirección de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) sobre el estado de las principales obras, se indica que varias quedaron inconclusas, por ejemplo el TEO –que desalojará las aguas residuales del valle de México–, que en total contará con 62 kilómetros y tiene un avance de 26 por ciento en la excavación y de 7 por ciento en el revestimiento. La primera fase de esta obra fue inaugurada el 29 de noviembre por Felipe Calderón, un día antes de concluir su gestión.

Ese mismo día el mandatario inauguró la planta de bombeo El Caracol, a cuyo túnel le faltan 5 kilómetros de ser revestidos con cemento, por lo cual tampoco está en funcionamiento. La presa El Realito, que abastecerá de agua a San Luis Potosí y Guanajuato, fue inaugurada el 9 de octubre, pero no opera porque el acueducto no se construyó.

La gestión anterior de la Conagua entregó a la nueva administración proyectos para abastecer de agua potable al valle de México con recursos de la cuenca del río Tecolutla, de donde se traerían nueve metros cúbicos por segundo de agua; de la cuenca del Río Tula, 6.5 metros cúbicos por segundo, e incrementar la dotación del Sistema Cutzamala en 3.5 metros cúbicos por segundo.

Sobre las políticas de la administración panista en el sector, Elena Burns, investigadora del centro de sustentabilidad Incalli Ixcahuicopa, del proyecto UAM Sierra Nevada, indica que tan sólo en el TEO se invirtieron 22 mil millones de pesos, pero “no se concluyo, fue una asignación directa, sin licitación, la más grande en las historia de las obras hidráulicas de México. Es una obra que no previene inundaciones porque Valle de Chalco –una de las zonas más inundables del valle de México– está a la entrada del TEO”.

Agrega que la política de exportación de agua de la cuenca de México no tiene sentido, porque el líquido se necesita aquí; donde se sufre un gran déficit, no se requiere tirar dinero, malgastarlo, es tiempo de reorientarlo. Se requieren plantas de tratamiento en el Distrito Federal para reutilizar el agua, recargar acuíferos, almacenar agua de lluvia; no se puede seguir viviendo del agua que se extrae, es muy costoso.

En cuanto a los planes de traer agua de otras cuencas, indica que son proyectos arrogantes que corresponden al siglo pasado. No nos damos cuenta del cambio climático. Se requiere más integralidad para ver el tema agua; no es sólo de túneles y bombas, sino de trabajar bien con la naturaleza,

Señala que las obras del sexenio pasado fueron mal concebidas desde el inicio; convencieron a pocos, hay grandes cuestionamientos. Se impusieron, sin justificarlas, sin consenso. La política hídrica del país se debe discutir, porque vamos a un desastre.

La OCDE recomienda a México prestar más atención a la eficiencia del gasto público y a las decisiones de inversión relacionadas con la gestión del agua. Reconoce que en el país se ha incrementado sustancialmente el gasto público relacionado con el agua, así como su nivel de inversión.

Agrega que para que el futuro gasto esté bien orientado y sea rentable se debe asegurar que las inversiones estén bien coordinadas entre departamentos y órdenes de gobierno, que se tenga acceso a otras fuentes de financiamiento, incluidos los ingresos de los servicios relacionados con el agua, y que se establezcan incentivos adecuados para un uso eficaz del líquido.