Opinión
Ver día anteriorViernes 18 de enero de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Rudeza en Migración e Inmujeres

Ardelio represor

Lorena: más Edomex

Al estilo Al Qaeda

Clase Política

Al PAN le faltaron pactos

Julio Hernández López
Miguel Ángel Rivera
Dinero

Los ingresos de Peña Nieto

Nueva residencia de Calderón en Virreyes

El Dreamliner de la Presidencia

México SA

EPN, funcionario ahorrativo

Transparencia de mentiritas

Gabinetazo: casi proletarios

Enrique Galván Ochoa
Carlos Fernández-Vega
Economía Moral

La medición de la pobreza en el mundo/ III

Críticas a las mediciones de la OCDE y de la Unión Europea

Penultimátum

La tortura y Hollywood

Julio Boltvinik
Malí, Argelia y los riesgos del intervencionismo
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l intento de rescate, por parte del ejército de Argelia, de un grupo de secuestrados en una planta productora de gas en el sur de ese país, derivó ayer en la muerte de una treintena de rehenes –entre ellos, ciudadanos estadunidenses y europeos– y de varios de sus captores, pertenecientes a una célula islamista que estuvo ligada a Al Qaeda. De acuerdo con un comunicado difundido por los secuestradores, el hecho se produjo en represalia por la ofensiva militar que Francia emprendió hace unos días en el vecino Malí, con el supuesto fin de ayudar a su gobierno a contener la violencia asociada con grupos integristas islámicos y a recuperar localidades ocupadas por éstos, particularmente en el norte del país.

El Correo Ilustrado

Corredores piden rescatar el Cerro de la Estrella

S

omos un grupo de corredores que desde hace más de 25 años vamos a ejercitarnos al Cerro de la Estrella. En todo este tiempo, nunca se nos ha atravesado ningún perro asesino, aunque sí tenemos contacto con algunos, que son los que llevan sus dueños.

¡Todos somos ratas de laboratorio!
E

n su aclamado libro sobre la historia ambiental del siglo XX, publicado en el año 2000, J. R. McNeill concluyó que el mundo, y por supuesto los seres humanos, estaban viviendo un gran experimento sin control. En realidad el historiador estadunidense lo único que hacía era documentar con un detallado alud de estadísticas lo que otros pensadores como Erich Fromm, Edgar Morin y Arthur Koestler habían advertido años atrás. En especial, este último, uno de los gigantes del pensamiento crítico del siglo pasado, había señalado en su obra The ghost in the machine (El fantasma en la máquina, 1967) que el mundo se dirigía hacia el colapso (la era clímax, le llamó), con todas las curvas de los indicadores disparados hacia el cielo. McNeill derivó su conclusión del crecimiento exponencial, aparentemente indetenible, de la población humana, las ciudades, el uso de la energía, los minerales y el agua, la contaminación industrial, el PIB global y otros indicadores.

Chihuahua: nuevo año, nuevos y viejos problemas
T

al vez la única buena noticia para Chihuahua estos días es que ahora sí hay invierno. Esto quiere decir que ha habido fuertes heladas, acompañadas de nieve y aguanieve, cosa que no deja de ser un buen augurio en medio de tanta sequía y tantos signos de cambio climático. Por acá es bienvenida el agua en cualquiera de las formas que llegue: líquida, sólida o gaseosa. Aunque el otro lado de la moneda es que las muertes por hipotermia están aumentando.

Víctor M. Toledo
Víctor M. Quintana S.
La magia de Capulálpam de Méndez, Oaxaca
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e los 83 considerados pueblos mágicos por la Secretaría de Turismo (Sectur) en toda la República Mexicana, Capulálpam de Méndez es la única cabecera municipal en el estado de Oaxaca que ostenta este reconocimiento desde 2008, limitado, por cierto, a localidades: “que tiene (n) atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes, cotidianidad, en fin MAGIA que emana en cada una de sus manifestaciones socio-culturales…” (Pueblos mágicos, reglas de operación, Sectur). Pero Capulálpam –un municipio indígena ubicado en la sierra Zapoteca del norte de Oaxaca– no sólo cumple con creces los criterios del programa en cuanto a riqueza arquitectónica (en este caso, con una iglesia construida en los siglos XVII-XVIII, con retablos antiguos de los estilos neoclásico y salomónico), ordenamiento del comercio, entornos urbanos y naturales de gran impacto para el turismo, festividades, gastronomía, tradiciones y compromisos de la sociedad local, entre otros, que en su conjunto debieran producir una suerte de encantamiento en el visitante. La magia de esta comunidad va más allá de los afanes neoliberales que offrece Sectur en sus programas. Radica en la indeclinable voluntad de sus habitantes y sus autoridades –elegidas según las formas colectivistas del comunalismo– en defender a lo largo de su accidentada historia, sus territorios ancestrales, sus recursos naturales, como el agua y el bosque, sus estructuras y mecanismos con base en la autonomía; se fundamenta en la experiencia histórica de comuneros y comuneras –y de todos los ciudadanos del municipio–, asociada a batallas políticas por el control de la propiedad comunal, en contra de empresas forestales privadas que por décadas arrasaron los bosques de los pueblos de la sierra, para alimentar a la insaciable fábrica de papel Fapatux, que durante 25 años, desde 1954, extrajo una considerable cantidad de pino selecto; se encuentra en el imaginario de las luchas centenarias en contra de la antigua compañía minera La Natividad, enquistada en territorio comunitario desde la Colonia y asociada desde 2002 a la empresa canadiense Continuum Resources para realizar trabajos de exploración. Entre 2003 y 2007, el gobierno federal asignó más de 50 mil hectáreas de concesiones mineras a esta corporación, incluyendo territorio de Capulálpam y de varios municipios de las sierras Mixe y Zapoteca, por lo que la comunidad, como otras en Oaxaca, en el país y en el continente, se ha declarado en alerta roja de rebeldía y movilización –por las vías legales y por las políticas pacíficas–, para oponerse a una reactivación de la explotación minera, que ya en el pasado ocasionó graves daños ecológicos y divisiones entre comunidades, que perviven hoy en día y es posible observar en el terreno.

Nueva comisión de diálogo para los pueblos indígenas
L

a noche del 31 de diciembre de 1993, todo México dormía soñando en las falsas promesas que le habían hecho sus gobernantes de entonces. Le habían prometido con engaños que despertaría feliz al día siguiente, como nuevo país del primer mundo. Pero los pueblos indígenas, los últimos en la marginación, se hicieron presentes en la madrugada del día primero de enero de 1994 en el corazón de la gran ciudad de San Cristóbal de Las Casas, y con su grito ¡Basta! nos despertaron a todos e hicieron volver a México y a sus gobernantes a la verdadera realidad. Decididos a inmolar su vida para vencer la muerte muriendo, tuvieron la osadía de desafiar a los grandes poderes que venían dirigiendo los destinos de la patria y, con generosidad y esperanza, les declararon la guerra. Para ellos, decían, no había otro camino.

Gilberto López y Rivas
Joel Padrón González*
Argelia: una matanza predecible
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l ejército argelino, según nos dijeron la tarde de este jueves los sospechosos de costumbre –en la televisión francesa, al igual que en la estadunidense– no es blando con los terroristas y tiene experiencia en combatir el terrorismo. Demasiado cierto, pero sólo a medias. Porque tampoco es blando con los rehenes. Es tan despiadado con los cautivos como con los captores.

Memoria, historia y olvido
E

l grito desesperado y colérico de las mayorías discriminadas, el clamor enfurecido de los países explotados y su secuencia lógica la violencia que llama a más violencia y la repetición de nuestra historia, me llevan a escribir estas notas y a reflexionar sobre el ya clásico libro Memoria, historia y olvido, de Paul Ricoeur (FCE, primera reimpresión, México 2011, 670 páginas). Libro que deja una preocupación pública y perpleja por el espectáculo inquietante que da el exceso de memoria aquí, el exceso de olvido allá. ¿Cómo encontrar la justa memoria como idea política?

Robert Fisk
José Cueli
Adicciones
La búsqueda del olvido
Foto
Mezclando y amasando opio en Calcuta, 1900. Las imágenes fueron tomadas del libro
Richard Davenport-Hines*