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El bailarín, considerado de talla mundial, ya había recibido varias amenazas desde 2011

Echan un ácido a la cara de Serguei Filin, director ruso del ballet Bolshoi

Celos amorosos y su labor en la compañía, las posibles causas

Necesitará más de un año de recuperación, estiman médicos

En dos semanas se sabrá si el daño en sus ojos es irreversible

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Nunca pensamos que la guerra por los papeles podría llegar a este nivel criminal, dijo Katerina Novikova, portavoz del teatroFoto Ap
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Filin con Yuri Grigorovich, coreógrafo del Teatro Bolshoi.Foto Ap
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El bailarín en un hospital de MoscúFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 19 de enero de 2013, p. 6

Moscú, 18 de enero. Rivalidades y envidias siempre han existido en el mundo de la danza, pero es la primera vez que el prestigiado Teatro Bolshoi no es noticia por su enésimo éxito artístico, sino por un crimen de vileza incalificable: Serguei Filin, su director de ballet, sufrió anoche una agresión al llegar a su casa cuando un desconocido le arrojó al rostro un ácido que le provocó quemaduras de tercer grado y el riesgo de perder la vista.

La vida de Filin, considerado un bailarín y coreógrafo de talla mundial –comenzó a estudiar ballet a los siete años de edad, ingresó a la compañía del Bolshoi en 1998 y, durante dos decenios, fue una de sus principales estrellas hasta su retiro–, no corre peligro, después de haber sido operado este viernes en Moscú, pero tendrán que pasar dos semanas para saber si sus ojos tienen daños irreversibles.

Los médicos estiman que el maestro, de 42 años y padre de tres niños, necesitará al menos medio año para recuperarse de las quemaduras, aparte de que requerirá –probablemente– un trasplante de córnea en ambos ojos y deberá seguir un prolongado tratamiento posoperatorio en el extranjero. La dirección del Bolshoi sopesa opciones en Alemania, Israel y Bélgica.

Katerina Novikova, portavoz del teatro, reveló que Filin había recibido amenazas desde su nombramiento como director de la compañía de ballet del Bolshoi en marzo de 2011, en sustitución del famoso coreógrafo Aleksei Ratmanski, entre críticas por su designación.

Desde que asumió el cargo, Serguei (Filin) se encontraba bajo permanente amenaza, igual que sus predecesores, declaró a la televisión local.

Pero nunca pensamos que la guerra por los papeles podría llegar a este nivel criminal. Siempre nos pareció, y siempre quisimos creer que la gente del mundo del teatro tenía un mínimo de moral. Esta agresión es terrible, afirmó la portavoz del Bolshoi.

La víspera, recuerdan los allegados del coreógrafo, su coche apareció con las cuatro llantas ponchadas, al tiempo que durante los meses recientes no cesaban las amenazas e insultos por teléfono. Incluso su página en una red social resultó hackeada.

El ataque a Filin conmocionó al ámbito de la cultura en Rusia, acostumbrado a que los éxitos artísticos del Bolshoi solían acompañarse de otro tipo de escándalos, sin llegar nunca a la agresión personal, como la presunta malversación de fondos públicos durante la multimillonaria remodelación del teatro, que estuvo cerrado seis años y reabrió en octubre de 2011.

También se mueve mucho dinero en la reventa de entradas, la práctica de los aplausos pagados y otros vicios que acompañan el Bolshoi.

Como un ataque contra la cultura rusa calificó la agresión a Filin el Ministerio de Cultura de Rusia, cuyo titular, Vladimir Medinsky, solicitó a la procuraduría esclarecer cuanto antes este crimen.

Sin embargo, no todos creen que el ataque fue por motivos profesionales, principal línea de investigación de la procuraduría.

Para Irina Gorbunova, portavoz del Teatro Musical Stanislavsky y Nemerovich-Danchenko, donde Filin trabajó, desde 2008, tres años como director de ballet antes de pasar al Bolshoi, es difícil creer que alguien pudiera vengarse de ese modo brutal por no recibir un papel protagónico o por no ser incluido en una gira.

En el mundo del ballet las venganzas se limitan a una tachuela colocada dentro de una zapatilla o cosas por el estilo. No creo que el crimen esté relacionado con su trabajo en el Bolshoi. Me parece que tiene que ver más con celos, estima Gorbunova.

Es de la misma opinión del siquiatra Mijail Vinogradov, convencido de que en el caso de Filin hay una motivación amorosa. Sostiene que cuando se echa en el rostro un ácido existe un deseo de venganza personal. Creo que Filin dejó a una persona o no respondió con reciprocidad a los sentimientos de alguien, afirma.