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Tres cuartos de madera que tenían fueron insuficientes; maestros y padres consiguen clave oficial

Usan casas abandonadas como jardín de niños en Matamoros

Lamentan docentes nulos apoyos de autoridades de Tamaulipas a escuelas de escasos recursos

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Foto Julia Le Duc
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En cuartos de madera y casas abandonadas en el municipio de Matamoros, Tamaulipas, más de 200 niños de entre cuatro y seis años reciben clases desde julio de 2012, tras la iniciativa de un grupo de maestros y padres de familiaFoto Julia Le Duc
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 20 de enero de 2013, p. 27

Matamoros, Tamps., 19 de enero. En tres cuartos de madera adaptados como salones de clases, y en viviendas abandonadas vueltas a pintar, con hules en lugar de ventanas para mitigar el frío, 226 niños de entre cuatro y seis años de edad aprenden los apelativos de los colores, a deletrear sus nombres y a contar del uno al 10 sin equivocarse, entre otras lecciones.

En los tres salones de madera que tenemos no caben los niños, por eso los papás arreglan las casas cercanas que fueron abandonadas (por miedo a la delincuencia) y ahí llegan los maestros y los niños a tomar sus clases, hasta que nos dejan, porque luego en la tarde llegan personas a ocupar esas casas que no tienen dueño, dice Mónica Cecilia Rosas López, la directora del plantel.

Hasta julio pasado, Las Brisas, un conjunto habitacional de 8 mil viviendas, ubicado al poniente de Matamoros, carecía de un jardín de niños. Un equipo de siete maestros, encabezados por Mónica Cecilia Rosa, organizaron a los padres de familia y juntos consiguieron de la Secretaría de Educación de Tamaulipas la clave para empezar el ciclo escolar 2012-2013.

Fue así como nació el jardín de niños Rodolfo Torre Cantú, nombre del candidato del PRI a la gubernatura del estado asesinado en la capital del estado días antes de las elecciones de 2010.

“Pero (la clave) es lo único que la secretaría nos ha dado, todo lo demás lo hemos conseguido con el apoyo de los padres de los alumnos, con pedir acá, con gestionar allá; es un esfuerzo muy grande porque pensábamos que los recursos iban a fluir y al ver a los niños sentados en ladrillos, en banquitos, nos hemos encontrado con que no, y ni modo de decirle a los padres ‘muchas gracias, ahí nos vemos’”.

En Matamoros hay más de 650 escuelas públicas, entre prescolares, primarias y secundarias. Las estadísticas indican que al menos 5 por ciento presentaba carencias graves: falta de salones, letrinas en lugar de verdaderos sanitarios, piedras en vez de bardas, entre otros.

Héctor Sánchez Díaz, maestro de la primaria de nueva creación Las Brisas, que en condiciones similares al jardín de niños se fundó en el verano de 2009, califica de frustrante ver cómo la Secretaría de Educación de Tamaulipas escatima los apoyos a escuelas que tienen escasos recursos.

En nuestro caso, yo lo platico, recio y quedito: el crecimiento se da por la participación de los padres de familia. Ni cómo olvidar que fue un grupo de 10 madres el que estuvo a cargo de construir nuestra barda perimetral, porque la parte oficial no mandaba nada; por eso cuando vemos el esfuerzo de compañeros para fundar nuevas instituciones no es sólo reconocérselo. sino ayudarlos porque sabemos por las que están pasando.