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Algunos proyectos de su nuevo mandato, provocados por fuerzas externas al debate político

Inmigrantes, armas y cambio climático, en la agenda de Obama

En el rubro militar se prevé que Estados Unidos continúe la lucha contra el terrorismo

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Activistas de CeaseFirePa, organización de Pensilvania que lucha por reducir la violencia por armas de fuego, se manifestaron ayer frente al Congreso local para pedir leyes más restrictivas en la materiaFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 24 de enero de 2013, p. 25

Nueva York, 23 de enero. El segundo periodo de Barack Obama en la Casa Blanca arranca con tres proyectos políticos, dos de ellos inesperados aun por él, y la continuación de una batalla frontal sobre la función y dimensión del gobierno en el ámbito social y económico, así como el asunto de las guerras, todo lo cual definirá los primeros meses de su segundo mandato.

Inmigración, armas y cambio climático están sobre la mesa, junto a la aparentemente infinita batalla por el gasto federal que ya pasó por un abismo fiscal y ahora enfrenta un techo de deuda, pero que en el fondo tiene que ver con un combate entre la defensa de programas de bienestar social y un tipo de neoliberalismo radical que busca desmantelar lo que queda del New Deal (Nuevo Trato).

Algunas de estas iniciativas han despertado nuevamente expectativas entre fuerzas liberales y progresistas que se diluyeron durante sus primeros cuatro años. Todos señalan que un presidente en su segundo y, por ley, último periodo, tiene mayor margen de maniobra ya que no tiene que preocuparse por la relección, como también por buscar su legado.

Obama una vez más ha prometido promover una reforma migratoria integral, algo que se elevó a prioridad en parte por la participación del electorado latino en su relección. Lo mencionó de nuevo en su discurso inaugural, y sus asesores han indicado que será algo que se impulsará en este primer año.

Promotores de una reforma migratoria nuevamente están tratando de generar presión política convocando a la muy variada coalición de agrupaciones nacionales empresariales, sectores religiosos (sobre todo la Iglesia católica), sindicatos, defensores de inmigrantes, organizaciones latinas y más que han formado parte de estos intentos a lo largo de la última década. Aunque antes fracasaron, líderes de estos sectores subrayan que esta vez las fuerzas antimigrantes, sobre todo al interior del Partido Republicano, están debilitadas por la derrota en la elección nacional.

De hecho, varias prominentes voces republicanas alertaron que su derrota se debe, en parte, directamente a estas posiciones que enajenaron al voto latino, y por lo tanto, varios legisladores republicanos ahora están dispuestos a participar de nuevo en negociaciones sobre una reforma.

Dos temas que pocos pronosticaban que estarían sobre la mesa al inicio de un segundo mandato de Obama fueron puestos ahí por fuerzas externas al debate político en Washington, uno producto de fuerzas naturales, otro por un joven armado que asesinó a 20 niños: el cambio climático y el control de armas de fuego.

El huracán Sandy cambió algo más que la geografía. La súper tormenta provocó no sólo decenas de miles de millones en destrucción sobre una vasta región en el noreste, sino que hizo imposible que la cúpula política continuara pretendiendo que el cambio climático simplemente no existe o que pueda evadirse.

El primer periodo se destacó por la falta de acción a nivel nacional e internacional sobre este tema, ante la desilusión de ambientalistas, supuestamente porque las dinámicas político-electorales no lo permitían. Pero ahora el tema fue mencionado en su discurso de inauguración y su equipo indica que hay nueva voluntad para proceder en este ámbito.

El incidente en el pueblo de Newtown, Connecticut, el mes pasado cuando un joven empleó armas semiautomáticas compradas legalmente para aterrorizar una escuela y dejar muertos a 20 niños de primaria, colocó al tema de control de armas al centro del debate nacional. Obama ya ha impulsado dos iniciativas de ley y 27 medidas ejecutivas para imponer mayores restricciones a la compra de armas por ciudadanos y sus estrategas y aliados consideran que esta es tal vez la mejor coyuntura política en años para abordar el tema y enfrentarse con los poderosos intereses de los promotores del descontrol de armas, o lo que llaman una libertad sagrada, en más de dos décadas. Su causa parece estar siendo ayudada cada semana por nuevos incidentes de matanzas con armas de fuego en diversos puntos del país.

En el ámbito de política económica se espera que continuará la pugna por el gasto federal y Obama ha tomado la ofensiva contra el liderazgo republicano para defender algunas partes del sistema de bienestar social. Sin embargo, Obama y sus opositores continúan definiendo el debate como si la prioridad fuera la reducción de déficit presupuestal, cuando economistas destacados como los premio Nobel, Paul Krugman y Joseph Stiglitz insisten en que la prioridad debe ser mayor gasto social, sobre todo para generar empleo, como la mejor receta para superar la crisis económica y, a mediano plazo, el déficit fiscal. Sin embargo, aun con el cambio del secretario de Tesoro (sale Timothy Geithner y Obama ha nominado a su hasta ahora jefe de gabinete Jack Lew), no se espera un gran giro en la política económica por el momento.

En el ámbito internacional, hay un cambio del personal encargado de las políticas diplomáticas, militares y de inteligencia lo cual despierta especulación sobre si eso se traducirá en cambios de política, o por lo menos en nuevos giros. Si sus nombramientos son ratificados, el senador John Kerry será el próximo secretario de Estado, el ex senador republicano (moderado y no muy querido por sus ex colegas por sus críticas a la guerra de Irak) Chuck Hagel se encargará del Pentágono y el ahora asesor antiterrorista del presidente, John Brennan, regresará a la CIA donde tuvo una carrera de 25 años.

Por ejemplo, sobre América Latina, se renuevan expectativas de un giro con Kerry, quien figuró al denunciar e investigar las políticas encubiertas de Ronald Reagan en Nicaragua, ha favorecido mayor protección de trabajadores en el contexto de los tratados de libre comercio y ha votado para aflojar alguna restricción en la relación con Cuba. Hagel también ha apoyado, como senador, algunas medidas para desmantelar el embargo, considerando que la política bilateral era anticuada.

En el frente militar, el fin de las guerras en Irak y Afganistán no implican el fin de las políticas bélicas explícitas ni encubiertas, sino una continuación, bajo el rubro de la lucha antiterrorista, de un mayor uso de drones y otras nuevas tecnologías en los campos de batalla junto con mayores acciones militares y de inteligencia clandestinas en varios puntos del planeta.

A la vez, en su segundo periodo Obama continúa enfrentando la disputa con Irán, el deterioro del eterno conflicto de Israel-Palestina, la evolución poco previsible en el mundo árabe y nuevos conflictos como los que brotan ahora en partes de África. Mientras tanto, Obama procederá con su objetivo ya anunciado de ampliar la presencia militar estadunidense en la región Asia-Pacífico.

Está por verse si el segundo periodo es sólo más de lo mismo, o si hay ese cambio que se prometió hace cuatro años. Mucho dependerá no de Obama, sino de las fuerzas políticas y sociales fuera de Washington en este país.