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Los de Abajo

El agua y la tribu yaqui en Sonora

O

cupada en la liberación de Florence Cassez, la Suprema Corte postergó la discusión de la impugnación que el gobierno federal impuso contra un amparo otorgado a la tribu yaqui, en contra de la construcción del Acueducto Independencia, obra con la que los quieren despojar de su agua para llevársela a la capital de Sonora.

El amparo concedido a los yaquis es contra el Manifiesto de Impacto Ambiental realizado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, por no consultarlos ni considerarlos para otorgar los permisos de construcción.

Desde Vícam, Sonora, Mario Luna, secretario de las autoridades tradicionales de la tribu yaqui, advierte que su pueblo enfrenta la amenaza más grande contra su existencia en los tiempos recientes: el despojo de las aguas que les dan sustento, tanto económico como cultural.

El río Yaqui es parte estructural de nuestra vida y con el robo de agua nos están condenando a la muerte como pueblo. El acueducto, con una longitud de 175 kilómetros, se llevaría un volumen de 75 millones de metros cúbicos de un territorio que ya padece sed, hacia Hermosillo, Sonora. Todo esto pese a que los yaquis son titulares de 50 por ciento del agua, no concesionarios.

Actualmente, advierten desde el desierto de Sonora, 40 por ciento del agua potable de Hermosillo se desperdicia, por lo que no es probable que la necesiten para consumo humano, sino que están usando este argumento para asegurar la construcción de una obra cuyos principales beneficiarios seguramente serán los empresarios. Abona a este planteamiento la reciente instalación en Hermosillo de industrias con alta demanda de agua, como ensambladoras, cerveceras y refresqueras.

En estos momentos, pese a que hay un amparo en favor de los yaquis para detener la construcción, la maquinaria sigue trabajando, en clara violación a una disposición legal que en Sonora, al parecer, no tiene valor. Las otras demandas contra el acueducto tienen que ver contra la venta de derechos de la cuenca del río. El agua ya está totalmente concesionada a los distritos de riego y los derechos se tendrían que quedar dentro de la misma cuenca, no para afuera, señala Luna en entrevista concedida a Adazahira Chávez.

Actualmente los ocho pueblos yaqui (Vícam, Tórim, Pótam, Rahum, Huirivis, Belem, Loma de Bácum y Loma de Guamúchil –Cócorit–) sobreviven con un mínimo de la tierra y los recursos que les corresponden. Debemos ser congruentes con nuestra historia y asegurarle un futuro promisorio a las generaciones futuras y al mismo pueblo yaqui, dicen desde Vícam.