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Músicos arrestados niegan ser los responsables de la conflagración

Sepultan a víctimas del incendio en discoteca de Brasil; detenidos, los propietarios del club
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Miles de personas, convocadas mediante redes sociales, marcharon ayer cerca de la discoteca Kiss, en Santa María, Brasil, para exigir justicia para las víctimas del fatal incendio ocurrido la madrugada del domingo en ese club de la ciudad sureñaFoto Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 29 de enero de 2013, p. 27

Santa María, 28 de enero. La policía brasileña detuvo hoy a los dos propietarios de la discoteca Kiss, además de a dos integrantes de una banda cuyos fuegos artificiales habrían provocado el incendio en el que murieron 231 personas en la sureña ciudad de Santa María, donde hoy se llevaron a cabo los sepelios de las víctimas del siniestro.

La policía arrestó al vocalista y a otro miembro de la banda, así como a uno de los propietarios del lugar, identificado por la prensa como Elissandro Sphor. Mauro Hoffmann, el segundo dueño, se entregó en forma voluntaria.

“Tenemos que descubrir quién trajo el fuego de artificio. Se usaron dos Sputniks (una especie de volcán que lanza llamas) para arriba y dos que apuntaban para abajo”, declaró el jefe de la policía, Randolfo Vieira, en conferencia de prensa.

En declaraciones a la policía, Sphor admitió que el permiso de la discoteca estaba vencido pero rechazó haber ordenado a los agentes de seguridad bloquear la salida y haber retirado del local la computadora que almacenaba imágenes grabadas por las cámaras de seguridad, la cual desapareció, según el comisario Sandro Meinerz.

El guitarrista Rodrigo Lemos Martins, de 32 años, indicó que la banda no fue responsable por el incendio. Había muchos cables (en el techo), quizás fue un cortocircuito, sostuvo el músico citado por el diario Folha de Sao Paulo.

Queremos justicia. No tenemos la culpa de nada. No queríamos perder a un compañero, indicó Martins.

El acordeonista del grupo, Danilo Jaques, de 30 años, fue uno de los muertos. Los otros cinco integrantes de la banda lograron salir con vida.

Varios sobrevientes denunciaron que había puertas bloqueadas por los agentes de seguridad, los cuales pretendían cobrar la entrada pese al fuego y que al menos un extintor no funcionó. La policía señaló que la única puerta de salida es demasiado estrecha para permitir el escape en una emergencia.

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Mauro Hoffmann, copropietario de la discoteca Kiss, es escoltado por la policía luego de entregarse voluntariamente en una comisaría de policía ayer, en la ciudad de Santa María, en BrasilFoto Foto Ap

La presidenta Dilma Rousseff pidió este lunes a los alcaldes asegurarse que jamás volverá a ocurrir una tragedia terrible como la de Santa María.

La mandataria, quien interrumpió el domingo su visita a Chile para viajar a esa ciudad sureña, dijo que el dolor que presenció es indescriptible.

Por lo pronto, varios ataúdes, algunos envueltos en las banderas de los equipos de futbol de las víctimas, fueron alineados en la morgue improvisada en el gimnasio municipal de Santa María.

Desde las primeras horas, los habitantes conmocionados comenzaron a enterrar a sus muertos, muchos de ellos estudiantes universitarios.

Además, miles de personas marcharon en silencio por las calles de Santa María para exigir justicia. Vestidos de blanco, los manifestantes se reunieron en la céntrica plaza Saldanha Marinho, luego que fueron convocados en las redes sociales por estudiantes universitarios.

Bajan a 231 la cifra de fallecidos

La cifra de fallecidos fue revisada a la baja de 233 a 231, pues las autoridades dijeron que algunos nombres fueron contados dos veces. De 82 personas, al menos 30 se encuentran en estado grave y continúan hospitalizadas, declaró el ministro de Salud, Alexandre Padilha.

Son pacientes que se encuentran en cuidados intensivos, con ayuda mecánica para respirar. Estos pacientes están en estado crítico, afirmó el ministro, en una rueda de prensa en Brasilia.

Según Padilha, el gobierno brasileño contactó bancos de piel de Argentina, Uruguay y Perú para que apoyen al país en caso que sea necesario realizar injertos en pacientes con quemaduras graves.