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La explosión

Quedó en evidencia la opacidad con que se maneja la paraestatal

Del Estado, la responsabilidad de aclarar lo ocurrido: expertos

Más de 48 horas después no sabemos nada, destacan académicos

 
Periódico La Jornada
Domingo 3 de febrero de 2013, p. 3

El Estado mexicano tiene la más alta responsabilidad en el esclarecimiento de los hechos ocurridos el pasado jueves en la torre B2 de Pemex, no sólo porque se trata de una institución pública, sino porque lo ocurrido es tan grave que hace evidente la total falta de transparencia con que se ha manejado por décadas la paraestatal, afirmaron expertos en el sector energético y de seguridad de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En entrevistas por separado, Guillermo Garduño, profesor-investigador en temas de seguridad, y Gregorio Vidal Bonifaz, catedrático y especialista en el campo energético, coincidieron en que, en general, se desconoce el estado de infraestructura y la inversión en mantenimiento de Pemex, porque es un tema del que no se rinden cuentas, como tampoco lo hacen sobre los contratos que suscriben para la venta de petróleo o la compra de gasolina.

Destacaron que luego de transcurrir más de 48 horas desdde la explosión, con un saldo de 33 muertos y 101 lesionados, de acuerdo con cifras oficiales, en realidad no sabemos nada. Sólo tenemos los indicios que están dando testigos y sobrevivientes de que se trató de una explosión muy potente, y alguien tiene que dar una explicación clara, veraz y oportuna.

Garduño apuntó que hasta el momento tenemos conocimiento de los efectos de lo ocurrido, pero en modo alguno de las causas.

Sabemos –dijo– el número de heridos, muertos, de los daños, e incluso de los testimonios de sobrevivientes, algunos dantescos, que dicen que se trató de una explosión que prácticamente los levantó del suelo, los proyectó a los plafones, y de ahí fue caer.”

Llama la atención –agregó– que al lugar de los hechos se presentaron las más altas autoridades a escalas local y federal, lo que habla de un hecho de primera magnitud. A esto se suma –indicó– que tampoco se ha evaluado en qué sector de Pemex se ocasionó el daño, es decir, en qué área administrativa y qué se perdió, porque en los años 80 del siglo pasado se quemó un archivo en ese mismo inmueble. Tampoco se ha dicho nada sobre el daño a la estructura del edificio, pues si se afectó gravemente debe ser demolido.

Por su parte, Vidal Bonifaz destacó que tras los hechos del pasado jueves, es evidente que Pemex es una institución del Estado mexicano que debe ser transparente e informar de manera regular, clara y precisa el estado que guardan sus instalaciones, así como los fondos que destina a mantenimiento, porque si le faltan debería informar.

Sobre la posible pérdida de archivos, aseguró que sería insostenible que se quiera justificar su desaparición, pues desde hace varios años los contratos de Pemex son también en formato electrónico.