Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 3 de febrero de 2013 Num: 935

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Saki, el cuentista
Ricardo Guzmán Wolffer

Kafka en la obra
de Ricardo Piglia

Erick Jafeet

Narradores
desde Argentina

Raúl Olvera Mijares entrevista
con Ricardo Pligia

Samurái
Leandro Arellano

Las mascadas de San Bartolomé Quialana
Alessandra Galimberti

La banalización, epidemia de la modernidad
Xabier F. Coronado

Spinoza y la araña
Sigismund Krzyzanowski

Cuando…
Mijalis ktasarós

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Columnas:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
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Jair Cortés
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Fernando Valverde y la mirada del pelícano

Cuenta el poeta español Fernando Valverde (Granada, 1980) que en un viaje que realizó por mar en su adolescencia pudo percatarse de la forma en la que los pelícanos cazaban peces: alzaban el vuelo y, al divisar a su presa desde las alturas, se dejaban caer como lanzas sobre su objetivo saliendo del agua, casi siempre, con un pez en el pico. Valverde relacionó esa compleja forma de la cacería con la actividad del poeta: mirar y dar en el blanco con la precisión de la palabra. Un marinero complementaría la revelación que a Valverde se le había manifestado:  “con el tiempo, los pelícanos pierden la vista a fuerza de tanto golpear sus rostros contra el agua y, al quedar ciegos, mueren”. La crudeza del hecho hizo que el poeta se estremeciera y comprendiera que el poeta también sacrificaba, en muchos casos, su visión para poder alcanzar el prodigio de la experiencia poética. De esa percepción surgió el título del libro Los ojos del pelícano (publicado recientemente en México por Círculo de Poesía y el Consejo de Cultura de Puebla), en donde Fernando Valverde nos muestra el mundo que mira desde su temprana madurez poética: “Hay tanta dignidad en el vacío,/ tanto amor en sus vuelos,/ que en el último instante escogen el silencio./ Sólo queda/ el golpe de sus cuerpos/ contra el agua/ como un rumor de viento imperceptible.”

Los ojos del pelícano es un conjunto de poemas cuya temática varía pero que se relaciona con el tema del mar y la forma en la que el hombre se relaciona con él. El mar visto como un símbolo, como la metáfora de lo insondable. El poeta y sus palabras como un marinero y su barca, recorriendo el misterio continuo e inagotable de esa fuerza salada que el hombre ha querido descifrar a lo largo de una historia construida por puertos, faros y escolleras, como en el poema “El faro”:  “Aquel niño soñaba con mirar desde el faro/ lo que había detrás del horizonte,/ el lugar al que iban los barcos que zarpaban/ bajo la luna quieta.”

Fernando Valverde es un poeta que nos conmueve desde un tono confesional y un estilo bien pulido: “Hay un lugar en mí que reconoce el fuego/ pero empiezo a temer/ los labios con sabor a madrugadas,/ el frío inevitable de los vientos.” Elige sus palabras y las coloca de manera precisa en la estructura de cada uno de sus poemas en donde los temas siempre se corresponden con la marea que nos habita al leerlos. Por ello no creo exagerar al decir que la poesía de Valverde se inscribe, con Los ojos del pelícano, en una tradición poética consciente de su peso verbal, de su transparencia y su oscuro abismo. Sólo la poesía es capaz de librarnos de las terribles crueldades de nuestro tiempo y como ejemplo se alza, en medio de tantas voces, la escritura de Fernando Valverde.