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No da un beneficio adicional comparada con su antecesora, apuntan investigadores

Decepciona la primera vacuna contra la tuberculosis en 90 años

Conocida como MVA85A, es la más avanzada de más de una docena de inmunizaciones que son evaluadas

Indagan por qué falló y cómo los resultados pueden influir en estudios futuros

 
Periódico La Jornada
Martes 5 de febrero de 2013, p. 2

Chicago, 4 de febrero. Un estudio sobre la primera vacuna contra la tuberculosis (TB) en 90 años mostró que la inmunización no brindaba un beneficio adicional a la ya existente a la hora de proteger a bebés de la infección, resultado decepcionante pero no totalmente inesperado, dijeron investigadores el lunes.

La vacuna, conocida como MVA85A, es la más avanzada de más de una docena de inmunizaciones que son evaluadas en personas. Los científicos indagan en los resultados para saber por qué falló el ensayo y cómo los resultados pueden influir en estudios futuros.

MVA85A fue desarrollada por investigadores de la Universidad de Oxford, en Gran Bretaña, con el apoyo de Aeras, Wellcome Trust, la Comisión Europea y el Consorcio de Tuberculosis Emergente de Oxford, iniciativa conjunta de Oxford y Emergent Biosolutions Inc.

Obviamente, a todos nos hubiera gustado ver una mayor protección, dijo la doctora Ann Ginsberg de Aeras, entidad biotecnológica sin fines de lucro con sede en Rockville, Maryland, y financiada en gran parte por la Fundación Bill & Melinda Gates.

La actual vacuna contra la TB, conocida como Bacille Calmette-Guérin o BCG, fue desarrollada en 1921 y se administra rutinariamente a los bebés en los países con altas tasas de tuberculosis para evitar que la enfermedad se vuelva severa.

No obstante, la protección desaparece en unos años y la BCG no protege contra la forma más común de tuberculosis que invade los pulmones de los adultos y adolescentes, y que puede contagiarse mediante la tos y los estornudos.

Para el estudio, publicado en la revista médica The Lancet, expertos probaron la vacuna en casi 3 mil bebés saludables de Sudáfrica que habían recibido la BCG. La mitad también recibió la nueva vacuna y la mitad sirvió de grupo de control mediante la recepción de placebo.

Luego de un periodo de seguimiento de alrededor de dos años, 32 bebés en el grupo que recibió la MVA85A desarrolló TB, frente a 39 que lo hicieron en el grupo de control, lo que implica una mejora modesta pero estadísticamente insignificante.

Los investigadores dijeron que la protección observada en los bebés era mucho menor que la que habían registrado en adultos a los que se había aplicado la vacuna, y que planean observar más detenidamente el estudio para comprender por qué.

El equipo no brindó estadísticas de cuán bien funcionó en los adultos.

Es el primer ensayo de eficacia de una nueva vacuna contra la TB desde la Bacille Calmette-Guérin; un paso importante en sí, y hay mucho de lo que nosotros y otros podemos aprender del estudio y de los datos generados, señaló en un comunicado Helen McShane, de la Universidad de Oxford, quien creó la vacuna.

En muchas otras enfermedades infecciosas, los científicos pueden apelar a modelos animales e indicadores en la sangre, conocidos como correlatos de protección, para predecir si una vacuna funcionará en las personas. Ese no es el caso de la TB, enfermedad ancestral que se esconde en las células de sus huéspedes humanos.

Como resultado, la tuberculosis debe ser evaluada en amplios ensayos clínicos sobre seres humanos, una apuesta costosa.

Aeras sigue comprometida. Respalda seis vacunas contra la TB en investigación, incluidas otras dos en ensayos a gran escala, una de la unidad de Crucell de Johnson & Johnson y otra de GlaxoSmithKline.

Ginsberg dijo que sería un gran error para el mundo estar desilusionado por esto y abandonar la causa. Agregó que la TB es un problema demasiado urgente y que las herramientas actuales son demasiado inadecuadas para paliar la epidemia.