Opinión
Ver día anteriorSábado 9 de febrero de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Los de abajo

Devastación ecológica

N

o importa que haya videos e imágenes que demuestran la devastación ecológica que llevan a cabo las empresas inmobiliarias en el bosque Nixticuil, el pulmón verde más grande de la zona metropolitana de Guadalajara. No importa la verdad, pues el alcalde de Zapopan, Héctor Robles Peiro, se atreve a declarar que no hay proyectos inmobiliarios que lo estén invadiendo o amenazando. Las fotos de un antes y después de que llegaran los invasores, la maquinaria trabajando, los anuncios de los fraccionadores, los videos promocionales, todo debe ser pura ilusión.

De acuerdo con el alcalde, no se construyen los fraccionamientos La Cima y Cañada San Lorenzo, dos de los proyectos denunciados desde hace más de cuatro años por el Comité Salvabosque, integrado por familias que ponen el cuerpo en defensa de un nicho en el que crecen encinos, robles, pinos, tepames y huizaches, y sobrevuelan aves en peligro de extinción, además de las provenientes de Canadá.

La Cima y Cañada San Lorenzo, advierten desde Zapopan, son dos de los siete proyectos inmobiliarios que están ocasionando daños irreversibles al bosque, ya que flanquean una zona de cañadas de bosque de pino que dan cobertura al Arroyo Seco (catalogada en el Atlas de Riesgo de Zapopan como zona de inundación).

La trampa de las declaraciones oficiales de que no se afecta el Nixticuil con los proyectos de la familia García Ponce y de la inmobiliaria Coben –denuncia el comité– es que la zona invadida se ubica al sur del Nixticuil; es decir, en la zona más cercana a la ciudad, eliminada del decreto de Área Natural Protegida en 2006, por Arturo Zamora. Consideramos necesario insistir en esto porque con el argumento de que son zonas del bosque que no están protegidas (no forman parte del ANP), el alcalde Héctor Robles se empeña en engañar a la sociedad declarando que no hay invasiones.

El Comité Salvabosque, que defiende su patrimonio natural desde hace más de siete años, advierte que los fraccionadores han comenzado los trabajos de urbanización de las nuevas etapas de La Cima y Cañada San Lorenzo, y continúan talando, excavando y removiendo suelo forestal para el drenaje que presumiblemente desembocará en el Arroyo Seco, cercano a la zona boscosa dentro del hospital Ángel Leaño. Aunque los dos fraccionamientos han incurrido en delitos ambientales, pues no cuentan con cambios de uso de suelo federales, la destrucción realizada por La Cima ha sido mayor.

Y por eso el llamado del comité a detener el avance y a establecer una franja que ponga distancia (amortigüe) a los fraccionamientos.