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Se deben asegurar más ingresos tributarios pues hay mucha evasión, elusión y exención

En México, la fiscal es la madre de todas las reformas, dice la Cepal

Se prevé un auge de inversión extranjera directa hacia América Latina, afirma Alicia Bárcena

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El director general de Nacional Financiera, Jacques Rogozinski; la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena y el presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina, Enrique García, durante la conferencia realizada ayerFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Martes 19 de febrero de 2013, p. 31

La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, aseguró que en el caso de México la madre de todas las reformas es la fiscal y la que más se requiere a corto plazo, por lo que respaldó el planteamiento de la Secretaría de Hacienda y dijo que va en la senda correcta.

En breve entrevista al concluir la inauguración de la conferencia La crisis de deuda, 30 años después, la representante de la Cepal dijo: Para mí, la madre de todas las reformas es la fiscal. Si México no da el salto hacia una reforma fiscal eficaz será muy difícil alcanzar tasas de crecimiento importantes.

Afirmó que en esta reforma fiscal se deben asegurar más ingresos tributarios, ya que en México se pagan pocos impuestos y hay mucha evasión, elusión y exención.

Desde finales del año pasado la Cepal ya había externado sus recomendaciones sobre la forma en que se recaudan los impuestos en México, las cuales coinciden con las recomendaciones que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico ha planteado a las autoridades hacendarias del país.

Por otro lado, Alicia Bárcena previó un boom de inversión extranjera directa (IED) hacia América Latina. Ello obedece, dijo, al replanteamiento de algunos países, principalmente de América del Sur, para captar este tipo de inversión en sectores estratégicos como el energético y minero.

Si la inversión extranjera directa está dispuesta a jugar este nuevo papel, de sumarse a las estrategias, al cambio estructural de la región, como es mayor el conocimiento e innovación y no sólo es extraer y vender materias primas, creo que habrá un boom de inversión, aseguró.

Descartó una crisis en América Latina por esta llegada masiva de IED, debido a la mejora en la supervisión financiera. No creo que en América Latina estemos, por lo pronto, en un problema de enorme crisis, porque la supervisión financiera ha mejorado muchísimo.

En su exposición inaugural Alicia Bárcena demandó que Latinoamérica busque un cambio estructural para la igualdad, que privilegie al menos, tres tipos de políticas: la industrial, la macroeconómica y la laboral-social.

Bárcena señaló que la crisis de deuda fue el episodio económico más traumático que ha experimentado América Latina a lo largo de su historia, y representó un punto de inflexión en la historia económica regional.

Esta región aprendió a ser prudente en el área macroeconómica y ese es un valor y un activo al que esta región no está dispuesta a renunciar, indicó.

Actualmente los países latinoamericanos están creciendo en promedio en torno al 4 por ciento anual, pero necesitan mejoras significativas, particularmente una institucionalidad robusta y eficiente.

La región necesita más y mejor Estado, o mejor Estado, a lo mejor no más, pero sí mejor, que sea capaz de regular, orientar, seleccionar e incluso financiar gran parte de las acciones que median entre la propuesta y la realización, agregó Bárcena.

Afirmó que América Latina es aún la región más desigual del mundo, con 167 millones de pobres, 28 por ciento de la población. En los años de la crisis de la deuda el índice de pobreza creció de 44 a 48 por ciento, pero desde esa cota tardó casi 25 años en bajar.

Actualmente sólo el empleo con derechos será capaz de romper la desigualdad, apuntó Bárcena. Existen además profundas desigualdades entre el decil más rico y el más pobre, apuntó. Las últimas estadísticas disponibles para 18 países indican que en promedio el 10 por ciento más rico de la población latinoamericana recibe 32 por ciento de los ingresos totales, mientras el 40 por ciento más pobre recibe sólo 15 por ciento.

Verónica Villarespe, directora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, aseveró que el problema de la deuda de la década de los 80 en América Latina no era el monto, sino su costo, que llegó a representar en 1982 el 53.3 por ciento del producto interno bruto, pero contrasta con la actual crisis de los países ricos, cuyo endeudamiento supera el 90 por ciento del PIB.

La especialista indicó que la crisis fue un problema de balanza de pagos y la denotó las elevadas tasas de interés y la caída en los precios en la materias primas.

La crisis en América Latina fue el pretexto para implementar políticas que permitieron una mayor concentración de la riqueza, advirtió.