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Buscan aislar y caracterizar el hongo Fusarium verticillioides, causante del problema

La UNAM trabaja en proyecto para evitar pudrición del maíz

Equipo de la FQ evalúa la capacidad de diversas cepas colectadas en distintas regiones del país para producir la toxina fumonisina, factor de virulencia, explica Javier Plasencia de la Parra

 
Periódico La Jornada
Jueves 21 de febrero de 2013, p. 2

Investigadores de la Facultad de Química (FQ), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encabezados por Javier Plasencia de la Parra, desarrollan un proyecto para evitar la pudrición del maíz causada por el hongo Fusarium verticillioides.

Los avances del estudio, del Programa Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (MasAgro), cuyo objetivo es incrementar la producción agrícola, fueron presentados en Texcoco, estado de México.

Plasencia, quien trabaja con Vera Vega Ángeles, alumna de la maestría en ciencias bioquímicas, y Eduardo Galeana Sánchez, pasante de la licenciatura de química farmacéutico-biológica, explicó que una limitante en la producción del grano son las enfermedades causadas por hongos, bacterias y virus, entre otros organismos.

El hongo Fusarium verticillioides provoca la pudrición del tallo, la raíz y la mazorca, por lo que los investigadores buscan aislar y caracterizar cepas colectadas en distintas regiones de México, que representan zonas de valles altos, trópicos y subtrópicos.

En el laboratorio, los universitarios identifican esos factores por medio de criterios morfológicos y moleculares. Se estudian algunos de los genes para verificar la especie, pues la taxonomía es compleja, expresó Javier Plasencia de la Parra, jefe del departamento de Bioquímica de la FQ.

También se evalúa la capacidad de esas variedades para producir la toxina fumonisina, que constituye el factor de virulencia.

El trabajo en el laboratorio de este grupo de la UNAM y el de agrupaciones internacionales han permitido determinar que la toxina fumonisina contribuye a que las cepas que la producen sean más agresivas.

Plasencia precisó que tiene efectos sobre el metabolismo de lípidos de la planta, lo que conduce a la muerte celular y facilita la colonización por el patógeno; además es capaz de contrarrestar las defensas de la planta al inhibir las glucanasas, enzimas producidas en respuesta a la infección.

Con este trabajo, comentó, se busca tener cepas provenientes de distintas zonas geográficas del territorio que produzcan esta toxina y se puedan utilizar en los programas de selección de resistencia a la enfermedad. Si se encuentran genotipos de maíz resistentes a las toxinas altamente agresivas, se podrá esperar su adaptación a diversas regiones y plantas más robustas y duraderas.

El Programa MasAgro, impulsado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, en coordinación con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, informó que entre los objetivos está fortalecer la seguridad alimentaria mediante la investigación y el desarrollo.

La iniciativa, presentada en abril de 2011, está integrada por 158 proyectos nacionales –uno desarrollado por el departamento de Bioquímica de la FQ– y su duración es de 10 años.

Asimismo, aprovecha la infraestructura y experiencia de distintas instituciones del país, tanto públicas como privadas, y constituye el primer esfuerzo real y con visión a largo plazo que se ha hecho en México para incrementar la productividad agrícola, aseguró Javier Plasencia.

Además, indicó, MasAgro tiene prevista una estrategia de extensión, que implica el entrenamiento y certificación de especialistas, que contribuyan a transferir la tecnología y las semillas mejoradas hacia los agricultores, para desarrollar sus capacidades productivas a fin de obtener mayores cosechas, mejores ganancias y reducir costos.

Una de las metas del programa consiste en aumentar entre cinco y nueve millones de toneladas la producción de maíz de temporal (la actual es de alrededor de 13 millones de toneladas), mediante el uso de germoplasma y variedades adaptadas a cada región, así como las mejores técnicas de conservación.

MasAgro fue considerado en el Reporte de Agricultura para los líderes de los países del G-20, como modelo que contribuye a la seguridad global alimentaria y mitiga los efectos del cambio climático en la agricultura. En marzo de 2012, la Fundación Bill & Melinda Gates lo describió como el programa más original hasta el momento orientado a la agricultura más frágil a escala mundial.