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Hispanos y latinos, ¿liberales o conservadores?
L

a tradición señala que los hispano-latinos en Estados Unidos son conservadores y el argumento se sustenta en su espíritu familiar, su autoridad patriarcal y su profundo catolicismo. Sin embargo, datos recientes muestran un cambio significativo, en el que la mayoría se pasa al bando de los liberales.

Parece que el cambio ha sido gradual, pero puede calificarse como tendencia si nos atenemos a los indicadores electorales y si estamos de acuerdo con que los liberales son demócratas y los conservadores republicanos, lo cual puede ser discutible.

En las elecciones de 2004 (Kerry-Bush), 53 por ciento de los latinos votaron por el candidato demócrata y 44 por ciento por el republicano. En 2008 la brecha se ensanchó a 67 por ciento por Obama y 31 por ciento por McCain. Finalmente, en 2012 votó por Obama 71 por ciento y 27 por ciento por Romney. En ocho años los demócratas ganaron 18 puntos porcentuales del voto latino, por lo que se dice que los hispano-latinos le dieron el triunfo a Obama.

Determinar quién es hispano o latino ha sido una tarea complicada que ha llevado décadas dilucidar. El término hispano se origina primero en el comercio y se refiere al mercado de habla hispana, del cual se tenía poca información.

Como categoría censal, el término es reciente y se remonta a 1970, cuando se preguntó por primera vez el origen hispano de la persona y sus ancestros en términos generales y utilizando las categorías: mexicano, puertorriqueño, suda­mericano y centroamericano. En aquella ocasión se contabilizaron 9.1 millones: la pregunta no funcionó muy bien. Aunque usted no lo crea, muchos ciudadanos del sur y el centro de Estados Unidos marcaron el casillero, al fin y al cabo Kansas es el centro de América.

En 1980 se cambió la fraseología y se registraron 14.6 millones. La pregunta era sobre el origen español o hispano ( spanish o hispanic), lo que resultaba complicado, porque españoles son muy pocos, aunque en Nuevo México algunos gustan llamarse así y el término hispano todavía no se había difundido masivamente.

En 1990 la pregunta sigue igual, dejando de lado las geográficas que crearon problemas y se lograron contabilizar 22 millones. En 2000 se introducen tres categorías “ spanish, hispanic y latino” y se captan 35 millones. Finalmente, en el año 2010 el censo cambia el orden y pone en tercer lugar la categoría spanish.

El censo de 2010 parece que ya no ha tenido problemas y ha identificado a 50.5 millones de hispano-latinos, el 16.3 por ciento del total de la población radicada en Estados Unidos. Los de origen mexicano son mayoría (31.7 millones) y representan 63 por ciento de los hispanos.

Según una encuesta de The New York Times de 2005 las preferencias del público por autoidentificarse van en ese orden, primero hispano (42 por ciento), luego latino (17 por ciento), aunque hay un grupo importante (34 por ciento) al que le es indiferente.

La popularidad del término hispano sobre el latino tiene que ver con el mercado y las políticas editoriales. No se puede decir música hispana, es más bien música latina, igual para el baile y la comida (sabor). Pero el mercado es hispano, al igual que la televisión y la radio. Para evitar confusiones, las grandes casas editoriales han fijado una posición, Los Ángeles Times optó por el término latino y The New York Times por el de hispano.

Hay, por tanto, opciones y preferencias regionales que también podrían ser políticas. El término hispano tiene una connotación conservadora y se relaciona más con los cubanos y puertorriqueños, que se concentran en la costa este, son hispanófilos y en el pasado votaban en su mayoría por el Partido Republicano.

Por el contrario, el término latino tiene, desde su origen francés, cierta connotación anti-anglo y regionalmente se utiliza en la costa oeste, con predominancia de población de origen mexicano, donde surge el movimiento chicano y hay un discurso que retoma deudas históricas. A pesar de todo, sería arriesgado afirmar que los que se autodefinen como hispanos son más conservadores que los latinos.

Incluso hay hispano-latinos que se autodefinen como blancos, aunque el censo con la pregunta sobre los ancestros los encasilla donde les corresponde.

Una vez definidos, más o menos, quiénes son los hispano-latinos, podemos volver al principio: son liberales o conservadores en términos estadunidenses. Según datos de The New York Times y el Pew Hispanic hay dos indicadores importantes que señalan posiciones liberales entre los hispano-latinos. El 59 por ciento están de acuerdo en los matrimonios entre personas del mismo sexo, mientras que sólo lo apoyan 48 por ciento del total de votantes. De igual modo, 66 por ciento de los latinos apoyan el aborto, mientras que entre todos los votantes sólo 59 por ciento.

Las viejas generaciones de mexicanoestadunidenses y cubanoestadunidenses ya están de salida: ahora los jóvenes ya no se identifican tanto por su lugar de origen o el de sus ancestros, sino como latinos o hispanos.

Por otro lado, el comportamiento típico del migrante mexicano que buscaba a la noviecita santa de su pueblo es asunto del pasado. Ahora son las jóvenes las que se van a trabajar al norte y buscar novio al otro lado, no importa que sea mexicano, boricua, catracho o coreano.