Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 10 de marzo de 2013 Num: 940

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Los empapelados de las granjas Peri & Sons
Agustín Escobar Ledesma

América Latina,
juventud y libertad

Marcos Daniel Aguilar

Poesía para romper
los límites

Ricardo Venegas entrevista
con Floriano Martins

Clientes frecuentes
Edith Villanueva Siles

El arte de seleccionar:
de los 10 mejores a la construcción del Yo

Fabrizio Andreella

Del suicidio al accidente: tropezar con
la propia mano

Marcos Winocur

Leer

Columnas:
A Lápiz
Enrique López Aguilar
La Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Prosaismos
Orlando Ortiz
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Los empapelados de las granjas Peri & Sons

Agustín Escobar Ledesma

“Una tarde de 2008 echaron químicos a la cebolla y con la nevada de la noche se congelaron; luego, al otro día por la mañana, cuando andaba la gente en el field, unas ochocientas personas, a la hora que salió el sol, el químico se descongeló y se evaporó; me tocó ver a más de ciento cincuenta trabajadores que cayeron intoxicados por la nube del químico. Entre más corrían más resollaban y más les afectaba; me salvé porque yo había trabajado en la noche y a las siete de la mañana, cuando apenas me iba a dormir, vi el tiradero de gente en el field; no hubo muertos pero sí más de ciento cincuenta compas que cayeron fumigados y a los que tuvimos que acarrear en camiones a los hospitales.”

El semidesierto

La dantesca escena, ocurrida en 2008 en los campos de cultivo de cebolla de la empresa agroindustrial Peri & Sons Farms, de Yerington, Nevada, fue testimoniada por José Dolores González Regalado, campesino oriundo de San Miguel Palmas, Peñamiller, un oasis enclavado en medio del semidesierto queretano curtido de piedras y cactáceas, y ayuno de fuentes de empleo.

José Dolores González es un hombre viejo, delgado y correoso; a sus setenta años resiste más que los jóvenes de treinta. Otra característica suya es su buen humor, porque aún ante la tragedia ocurrida se muestra sonriente; para él, trabajar al ritmo del neoliberalismo –de siete de la mañana a las diez de la noche– es una realidad que supera con mucho a las jornadas porfiristas de sol a sol.

La huelga

La intoxicación de centenares de trabajadores binacionales con agroquímicos en 2008 fue la gota que derramó el vaso de las injustas condiciones laborales de los empleados agrícolas de Peri & Sons Farms, quienes también vivían hacinados en barracas y sin servicios médicos, de acuerdo con el testimonio de José Dolores González Regalado: “Yo miraba que a las altas horas de la noche la empresa mandaba quemar los envases de los químicos; el contacto con esos químicos nos afectaba, nos salían ámpulas primero en el ombligo y luego más arriba de la panza y en las manos salían ronchas; no había médico ni medicinas pa’ las ronchas; nomás los mayordomos nos arrimaban pomadas que traían en la bolsa; sólo que alguien de a tiro estuviera muy mal, lo llevaban al doctor.”


Fotos: periandsons.com

A raíz de la intoxicación sufrida por los jornaleros en Yerington, éstos realizaron una huelga que duró dos semanas, en la que participaron alrededor de mil 400 empleados de Peri & Sons Farms, con visas de trabajo temporales H-2A, oriundos de diferentes estados de la República Mexicana, siendo trescientos de ellos de los municipios de Cadereyta, Ezequiel Montes, Tolimán y Peñamiller, enclavados en el semidesierto queretano.

Los empapelados

Los primeros trabajadores de San Miguel Palmas, Peñamiller, que fueron a Yerington para trabajar en la pizca de la cebolla, llegaron durante la segunda guerra mundial, cuando los estadunidenses requirieron de mano de obra barata y establecieron, con el gobierno mexicano, el Programa Bracero, de 1944 a 1962. Actualmente, en el semidesierto queretano existen cientos de braceros que cuentan con visas de trabajo temporal H-2A, y son conocidos en la región como los empapelados (por su condición de contar con papeles para trabajar en Estados Unidos), que emigran a la pizca de cebolla a Yerington, donde trabajan de agosto a diciembre. Los empapelados viajan por su cuenta a Hermosillo, Sonora, y de ahí a Yerington la Peri & Sons Farms se encarga de costear los gastos que el viaje les genera.

La demanda

En 2008, la Secretaría de Relaciones Exteriores del gobierno mexicano, como parte de su Programa Técnico Jurídico Especializado para Mexicanos en el Exterior, contrató los servicios del bufete de abogados Hughes, Socol, Piers, Resnikc & Dym (HSPRD), con sede en Chicago, Illinois, para demandar a la citada empresa agroindustrial.

Después de varios años, en 2012, dicho bufete de abogados ganó la demanda a la empresa especializada en cebolla por más de dos millones de dólares, para indemnizar a los trabajadores temporales pertenecientes, principalmente, a los estados de Querétaro y Guanajuato, con montos que van de los doscientos a los 7 mil dólares por jornalero.

Don Lole se muestra compungido porque, a pesar de que desde 1989 trabaja en la pizca de cebolla en la referida empresa agroindustrial, sólo le corresponden 260 dólares de indemnización, cantidad con la que no está de acuerdo porque trabaja más que los jóvenes de treinta: “Sabe que pasará –se pregunta y se responde a sí mismo-; ¿será que cuando fue la huelga yo no estuve allá? No sé. Yo siempre he trabajado de doce a quince horas diarias de lunes a domingo, orita me pagan la hora a 12 dólares porque tengo un trabajo especializado, no diré que de mucha ciencia, pero sí es de aguante, porque ha habido ocasiones en que han cambiado hasta a cuatro o cinco trabajadores porque no resisten. Allí no nos pagan horas extras; en unas ocho horas uno tiene que llenar diez costales de cebollas, sólo las que uno quiera trabajar, ocho como mínimo; a otros les pagan la hora a 10.48 dólares, pero lo que el gobierno establece es de 7.80.”

Por su parte, Antonio González Rivas, quien al igual que don Lole es de Misión de Palmas, Peñamiller, menciona que a él Peri & Sons Farms lo indemnizará con 6 mil dólares, razón por la que se da por bien servido, además de que, a partir de la huelga, los trabajadores cebolleros con visas de trabajo H-2A mejoraron sus condiciones laborales y el pago por hora: “Antes de la demanda nos pagaban la hora a 5.25 dólares en la bodega, en el empaque, y en la cosecha a 6.25, y ora nos pagan a 10.43 la hora.”