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Recogen en un libro la poesía no sólo de las vacas sagradas, sino de otros menos famosos

La lucha beatnik “tiene mucho que ver con el neoliberalismo y el individualismo”

‘‘Eres lo que puedes comprar con tu tarjeta de crédito”, dice a La Jornada John Burns, recopilador y traductor de la antología bilingüe inglés/español

En una lista de 15 poetas, figuran tres mujeres

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En el orden de las manecillas del reloj, Joanne Kyger, Anne Waldman y Diane di Prima, poetas de la generación beatnik
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Periódico La Jornada
Sábado 16 de marzo de 2013, p. 3

Monterrey, NL, 15 de marzo.

Una bañera en el centro de la cocina del poeta Allen Ginsberg rompía el espacio doméstico de su departamento en Nueva York, tal como la generación beatnik irrumpió contra el estilo de vida y desafió la rígida sociedad estadunidense en los años 50 del siglo pasado.

Esa lucha en contra de la normatividad tiene mucho que ver con lo que está pasando hoy con el neoliberalismo y el individualismo rampante: eres lo que puedes comprar con tu tarjeta de crédito, afirma John Burns, compilador y traductor de Una tribu de salvajes improvisando a las puertas del infierno: antología beat, editada por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y Aldvs Poesía.

El libro reúne la poesía no sólo de las vacas sagradas de ese movimiento, también incluye a otros menos famosos, como John Wieners (1934-2002), de quien hay escasas traducciones al español o Tuli Kupferberg (1923-2010), figura importante en la cultura estadunidense, admirado por Matt Groening, creador de Los Simpsons, quien lo reconoce como una influencia en su sentido del humor, explica Burns en entrevista con La Jornada.

De igual forma, añade, tres mujeres están presentes en la antología, no obstante haber sido Ginsberg algo misógino, pero ellas fueron figuras importantes: Diane di Prima (neoyorquina, además de poeta, artista visual, pionera de la sicodelia, estudiosa del budismo, actualmente de 79 años), Joanne Kyger (californiana, actriz en Japón donde se inició en el budismo zen, también de 79 años) y Anne Waldman (originaria de Nueva Jersey, activista por los derechos humanos y del medio ambiente, feminista, cuyos recitales de poesía continúan siendo todo un acontecimiento cultural en Estados Unidos, hoy tiene 68 años).

Ellas fueron llamadas ante las puertas del infierno como creadoras poéticas y no, como en otros casos, ligadas a los beatnik sólo por ser sus compañeras, amantes, cómplices, archivistas o biógrafas, sino dando su propia voz creadora, en la que rompieron con la tradición masculina que incluso critican, se explica en el libro realizado por Burns en colaboración con el poeta mexicano Rubén Medina.

Entre los dos conformaron una lista de 15 autores en la que aparecen Gregory Corso (1930-2001), Lawrence Ferlinghetti (Nueva York, 1919), Allen Ginsberg (1926-1997) y Jack Kerouac (1922-1969), al igual que autores afroestadunidenses: “La idea fue tener una visión más panorámica de la generación beat, presentarla en otra dimensión, porque fue un grupo heterogéneo, había cierta universalidad en ellos que no se ve en otras antologías”.

Si bien en el grupo predominaban los hombres blancos, autores como LeRoi Jones (dramaturgo, ensayista, profesor universitario y activista, conocido también como Amiri Baraka, nacido en Newark en 1934) y Bob Kaufman (1925-1986, de madre negra y padre mitad afroestadunidense y mitad judío) participaron en la rebelión de un movimiento que no atendió a las particularidades raciales.

“Los beats en los años 50 del siglo pasado lidiaban con una problemática que venía de la posguerra en Estados Unidos: el macartismo, el consumismo y los grandes cambios”, reitera Burns a propósito de los 15 integrantes del grupo de agotados, vaciados, al mismo tiempo abiertos y receptivos, según el significado de beat que recuerda los sonidos del jazz.

Visiones originales

John Burns y Rubén Medina realizaron la traducción de los poemas que aparecen en el libro en versión bilingüe inglés/español, acompañados de una nota biográfica de cada uno de los poetas.

Burns acepta que incluyó algunos por el placer de traducir los textos, así que de fondo hay razones egoístas aunadas a las literarias: Más que incluir los poemas clásicos de esos autores, queríamos otros que no circulan y que no tuvieran versiones en español. Son los poetas menores del movimiento que también aportan mucho, con visiones originales y muy diferentes a la poesía tradicional de Estados Unidos.

Burns nació en Maine en 1977, en plena adolescencia efervescente recibió los primeros consejos poéticos de propia voz de Ginsberg.

Con 14 años de edad, a principios de los años 90, conoció al autor de Aullido en un recital de poesía en su universidad. Famoso gurú, Ginsberg invitó a Burns y otros amigos a su cuarto de hotel, donde el paciente viejito compartió versos y consejos.

Ahora, autor de varios libros, John Burns no sólo visitó Monterrey para presentar su antología beat, sino para impartir un taller de poesía (en la tercera feria universitaria del libro UANLeer), en su mayoría a jóvenes universitarios, en quienes encontró una buena experiencia, con preguntas inteligentes que denotan que han leído y tienen interés.

Al mencionar a su nación natal, la misma de la generación beat, opina que “estamos hablando de un país súper conservador. No hay una articulación de los movimientos de izquierda en Estados Unidos: tenemos a los republicanos que son de extrema derecha y a los demócratas que son más o menos centro derecha. La izquierda no existe. La disidencia tiene valor todavía, porque es un país, además de conservador, en general un poco cerrado en muchos sentidos culturales, como el racismo y la homofobia. Entonces, los beats responden a cierto deseo de superar esto”.

El de los beats, escriben los compiladores en la presentación del volumen, es además un movimiento literario-estético-cultural de gran alcance, más allá de sus fronteras nacionales. De hecho, su influencia en la conformación de la nueva figura del poeta como aventurero, visionario, forastero, provocador intelectual, al margen de las academias y universidades, y a la vez estudioso del budismo y de las nuevas corrientes ecológicas, también influye a muchísimos poetas del mundo hispánico, tanto en España como en el resto de América, marca e informa de manera determinante a varios movimientos neovanguardistas en América Latina desde los años 60, como al grupo El techo de la ballena en Caracas, a los Tzántzicos en Quito, al movimiento Hora zero en Perú y al Infrarrealismo en la ciudad de México.

Carta revolucionaria #10

Diane di Prima

Estos son años transitorios y las cuotas
serán cuantiosas.
El cambio es rápido pero la revolución
tomará tiempo.
América ni siquiera ha empezado todavía.
Este continente es una semilla.

De Revolutionary Letters (1971)

Carta revolucionaria #21

Diane di Prima

¿Podrías
ser dueño de la tierra,
ser dueño de una casa,
poseer el derecho del trabajo de otros
(dar préstamos con intereses o acciones
o fábricas o dinero)?

¿Qué tal
si cedieras lo mismo, cosechas, autos,
aviones lanzando bombas, podrías
ser dueño de bienes y raíces,
así que los otros te pagaran renta?
¿A quién pertenece el agua, a quién
le pertenecerá el aire mientras se enrarece?
Los indios americanos decían que un hombre
podría ser dueño de no más de lo que pudiera llevar
en su caballo.

De Revolutionary Letters (1971)

Poemas de la autora incluidos en Una tribu de salvajes improvisando a las puertas del infierno: antología beat, coeditada por la UANL/Aldvs Poesía