Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 17 de marzo de 2013 Num: 941

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Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

La entrevista perdida
con John Lennon
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Tariq Alí y Robin Blackburn

Emily Dickinson vista por Francisco Hernández
Marco Antonio Campos

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Ricardo Venegas
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Ricardo Venegas

Contel y las artes visuales en Morelos

Al igual que muchos artistas de su generación, Cristo Contel (México, DF, 1974) no nació en Morelos pero ha desarrollado su obra en el estado, amén de haber sido becario del Fonca (2000). Algunas de sus exposiciones más significativas son las que ha concretado en Polonia (Galería Szuki Lodzi Panswowe, 2004) y en Estados Unidos (Instituto Cultural de México en Miami, 2011; actualmente sostiene varios proyectos en Nueva York) y las realizadas en gran parte de México.

Si volviéramos la vista veinte años atrás, observaríamos que Morelos era un estado que comenzaba a fraguar la vena de los jóvenes que ahora se dedican con oficio a las artes plásticas. Entidad privilegiada por sus campiñas (de Cuernavaca se dice que hay un pintor en cada esquina), Morelos ha visto emerger a una generación que, más allá del paisaje, expone sus distancias con la realidad, como afirma Contel: “Vengo de una tradición diferente y, en todo caso, por el momento no puedo hacer nada más, estoy seguro de que la pintura es una de las capacidades humanas más básicas, como el baile y el canto, que tiene sentido, que se queda con nosotros.”

Testigo de la descomposición social, Cristo Contel medita en el suceso visual y lo registra: “Para mí el arte proporciona consuelo, esperanza, así que tiene sentido ser parte de eso […] siempre estoy tratando de pintar un cuadro de lo que he visto.”

Para sorpresa de muchos, quienes hoy definen el porvenir artístico de Morelos, en su mayoría no son oriundos sino avecindados. ¿Qué haríamos si fuéramos sólo patrioteros del terruño?

Imágenes que van del casco de un motociclista como metáfora del astronauta terrestre con fondo abstracto (que muestra la nostalgia de una ciudad tan vieja como Cuernavaca, la de Malcolm Lowry), al pasaje mítico en donde el corazón es desterrado, o bien, el rostro de nuestra intelección del mundo: los guantes colgados después de la batalla. En todo caso, el cuerpo de estas obras halla sentido a su presencia.

Contel diseña el mapa de su obra en el derrumbe de la realidad. Define la geografía de ese territorio que es su creación: “Hay períodos de lo que llamo pintar sin pintar; no se crea matéricamente, todo va entrando en el proceso mental, hay que meter las ideas en una licuadora y después ver el resultado.”

Desde los frescos de Diego Rivera en el Palacio de Cortés, la residencia de pintores como la polaca Tamara de Lempicka, el español Josep Renau y el propio Dr. Atl, hasta los murales de José Reyes Meza en el Casino de la Selva, destruidos por mercaderes, Morelos tiene una sólida tradición plástica.

Como muchos creadores y ciudadanos, Contel opina que es urgente evitar que la minera Esperanza Resources Corporation se instale para explotar una mina de oro y plata en la comunidad de Tetlama, en el municipio de Temixco, por el impacto ambiental que representa –y sus efectos nocivos a la cultura–, ya que colinda con la zona arqueológica de Xochicalco, la más concurrida en Morelos.