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Habrá más obreros muertos que futbolistas en las canchas

Qatar trata a sus trabajadores como esclavos, acusa la CSI

El país, sede del Mundial 2022, fue acusado de corrupción en 2010

 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de marzo de 2013, p. a15

Berlín, 27 de marzo. El Mundial de futbol Qatar 2022 tiene una pesada sombra que lo persigue: primero fue la acusación de corrupción en 2010 y ahora de ser un país que trafica con esclavos y que posiblemente hay un mayor número de trabajadores muertos que de futbolistas que pisen el césped durante la Copa del Mundo.

La Confederación Sindical Internacional (CSI) hizo sonar las alarmas del país árabe al asegurar que explota a sus trabajadores como si fueran sirvientes.

Qatar es un país traficante de esclavos. Para construir todas las infraestructuras morirán posiblemente más obreros que los 736 futbolistas que estarán sobre el césped en el Mundial, dijo la secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, según publicó hoy el diario alemán Bild.

De acuerdo con la CSI, muchos trabajadores laboran en condiciones inhumanas. El llamado patrocinio del visado permite la imposición de trabajo forzoso y la retención de los pasaportes de los obreros extranjeros, la mayoría procedentes de Nepal o Filipinas.

Además, los pagos y salarios prometidos muchas veces no se cumplen y los trabajadores tienen que vivir hacinados en sucios campamentos.

La acusación de esclavitud llega apenas dos meses después de que la revista France Football aseguró que Qatar compró en 2010 la votación en la que fue elegida sede del Mundial 2022.

La FIFA aseguró que el respeto a los derechos humanos y a las normas internacionales forman parte de sus actividades. Por eso el ente rector del balompié mundial dijo que inició conversaciones con diversas organizaciones de trabajo y de derechos humanos para garantizar condiciones de empleo seguras y decentes en los países anfitriones del Mundial.

Sin embargo, según la CIS, parece que no ocurre así. En el último año se presentaron 6 mil quejas sobre las condiciones de trabajo. El gobierno qatarí reaccionó al problema inaugurando una comisión que velaría por el cumplimiento de la normativa, pero no tuvo mucho éxito.

Según la ley actual los empleadores tienen el control total sobre el trabajador. Ellos deciden por sí solos si un obrero cambia de puesto, deja el país o se puede quedar en Qatar, criticó Burrow, quien pidió nuevas regulaciones para el país del Golfo Pérsico.

Según el visado de patrocinio, los extranjeros necesitan un patrocinador –que debe ser propiedad del estado– para comenzar a trabajar en Qatar.

La CIS calcula que se necesitarán 1.2 millones de trabajadores inmigrantes para construir los estadios y otros proyectos en un país en el que sólo hay 300 mil personas de nacionalidad qatarí. Los empleados, además, no pueden afiliarse a un sindicato en la península.

Qatar recibió así otro duro golpe dos meses después de ser acusado de comprar la votación del 2 de diciembre de 2010. Incluso el francés Michel Platini, presidente de la UEFA, tuvo que dar explicaciones sobre su voto para Qatar.

El pequeño y rico emirato se impuso 14 votos a ocho sobre Estados Unidos, que era favorito. Pero ese no es el último problema de Qatar, pues la disputa de la ronda final ya da quebraderos de cabeza a los organizadores.

En el verano, cuando está previsto que se dispute el Mundial, el desértico país puede alcanzar 50 grados Celsius de temperatura, por lo que Qatar debatirá con la FIFA si puede reubicar el torneo en los meses de invierno.