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Urs Jaeggi explora el tema de los estupefacientes en De paraísos artificiales y de infiernos

Mi droga es la música de jazz; con ella pinto y dibujo

Millones los consumen para evadir la realidad o como búsqueda estética, indica el artista suizo

Equipara la prohibición de la venta de alcohol en Estados Unidos, en los años 30 del siglo pasado, con “la guerra contra los narcos” en México

Inevitable, legalizarla por etapas, opina

Foto
Urs Jaeggi, junto a algunos de sus dibujos, en la Casa de la Primera Imprenta de AméricaFoto cortesía del recinto
 
Periódico La Jornada
Sábado 30 de marzo de 2013, p. 2

Mi droga es la música de jazz, con la que pinto y dibujo, cuyo ritmo me lleva a un estado casi inconsciente, desde el cual mantengo todavía algún control como para trabajar, expresa el artista suizo Urs Jaeggi (Solo-thurn, 1931).

En De paraísos artificiales y de infiernos, exposición montada en la Casa de la Primera Imprenta de América, explora el tema de las drogas.

Durante tres décadas, Jaeggi fue profesor universitario de ciencias sociales en Suiza, Alemania y Estados Unidos.

Sin embargo, en esos años incursionó en el arte como una necesidad vital, señala Víctor Muñoz., director de Artes Visuales y Escénicas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Se manifiesta impresionado con la conducta de Jaeggi frente al arte y el mundo, en la medida en que la actitud de un artista es central en el conflicto contemporáneo de las artes, entre la parte de la estética, la ética y la necesidad de la construcción de nuevos lenguajes. Allí es donde me he encontrado con Urs.

Panorama difícil

Para Urs Jaeggi, quien propuso su proyecto al comité de arte de la UAM, el espacio desencadena en su mente ideas y problemas que quiero presentar.

En los dos niveles de la Casa de la Primera Imprenta de América ha hecho pintura mural improvisada con música y también dibujos sobre papel in situ; una instalación que evoca el espacio público, con base en ampliaciones fotográficas sobre tela tomadas de la prensa escrita, y algunos objetos, además de documentación que me impactó a lo largo de mi investigación.

También ha generado “un espacio íntimo relacionado con el consumo de drogas, al utilizar elementos cotidianos, como un colchón, ropa o un espejo.

“Millones de personas usan drogas, por diferentes motivos, lo normal es para evadir la realidad o como búsqueda artística. Para los viejos de mi generación, la droga más conocida fue el alcohol.

“Los artistas –agrega– han utilizado las drogas, pocos como Henri Michaux para experimentar los efectos y por curiosidad. Lo más habitual y difundido ha sido el uso para estimular el trabajo, aumentar la inspiración, arriesgando todo: la ansiedad, el miedo, pero también el buscado estado entre la conciencia y la inconciencia.”

Jaeggi equipara la prohibición de la venta de alcohol en Estados Unidos, en los años 30 del siglo pasado, con la llamada “guerra contra los narcos” en México, y dice: “una liberación de las drogas (en etapas) me parece inevitable.

En el difícil panorama actual, establecer una organización de la producción y de la distribución de drogas surge como posibilidad prometedora, plantea.

Asimismo, “organizar la producción en cooperativas sostenidas y controladas por el Estado, pero no dirigidas por él. Se controlaría estrictamente que los cárteles no puedan invertir sus millones y su capacidad de organización ni infiltrar las cooperativas”.

Urs Jaeggi afirma que el arte no está limitado a una élite; muchas más personas pueden participar, claro, con educación.

En México, “donde quiera encontramos ‘instalaciones naturales’ en mercados, cantinas, viviendas populares en construcción, en el modo de pintar las casas, en las improvisaciones para reparar las casuchas. El arte está en todas partes, producido también por no artistas.

El arte debe ser independiente del mercado, hay artistas que saben que éste los limita. Lejos del mercado, ellos pueden ser mucho más libres. Esa es mi intención.

De paraísos artificiales y de infiernos, exposición montada en el recinto de Licenciado Primo de Verdad 10, Centro Histórico, concluirá el 30 de abril.