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Presentan libro de la investigadora sobre esa generación, publicado por el FCE

Lelia Driben incluye a Toledo en la decantación de los artistas de la Ruptura

Ahora ocurre un fenómeno similar: la nueva pintura está en las galerías y poca en museos, dice

Foto
Lelia Driben durante la entrevistaFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Jueves 4 de abril de 2013, p. 7

El hecho de que la generación de la Ruptura haya nacido en las galerías de arte y no en sitios oficiales propició estigmas y prejuicios. Sin embargo, los espacios públicos les estaban vedados y dominados por la Escuela Mexicana de Pintura, expresa la investigadora Lelia Driben, autora del libro La generación de la Ruptura y sus antecedentes (Fondo de Cultura Económica, FCE), el cual será presentado hoy a las 19 horas en la librería Rosario Castellanos (avenida Tamaulipas 202, colonia Condesa).

Finalizada la batalla, todavía quedan prejuicios e ideas anquilosadas. Incluso, hoy día el debate continúa en algunas personas.

La crítica de arte destaca que en este momento se produce un fenómeno similar. La nueva pintura está en las galerías y muy poca en los museos. Y, si no, tiene que estar en museos marginales.

El presente no es un libro de historia, sino un conjunto de ensayos que se introduce en la obra de los artistas incluidos, con el análisis, comentario y la escritura creativa. Les llamaría también la función poética del lenguaje.

Integrado por tres partes, una sobre el muralismo, otra alusiva a los modernistas solitarios y la tercera denominada Maestros y protagonistas, entre estos últimos Driben incluye a Gilberto Aceves Navarro, Lilia Carrillo, Arnaldo Coen, Pedro Coronel, José Luis Cuevas, Enrique Echeverría, Manuel Felguérez, Fernando García Ponce, Alberto Gironella, Roger von Gunten, Rodolfo Nieto, Brian Nissen, Tomás Parra, Gabriel Ramírez, Vicente Rojo, Kazuya Sakai y Francisco Toledo.

Si algunos nombres hacen levantar las cejas, la entrevistada incluyó a Aceves Navarro, quien no estuvo en el grupo de amigos que constituyó la generación, pero su forma de pintar, su articulación icónica sí está vinculada.

En el caso de Toledo explica que la propuesta estética del artista confluye con las de la generación, aunque él nada tuvo que ver con ella; incluso, cuando ésta se desarrolló, él estaba en Francia. Rojo llama a Toledo el último de los rupturistas. Acota que debió convencer a Toledo para que se dejara incluir y finalmente quedó muy contento.

Viejo anhelo

Autora de libros sobre Vicente Rojo, Alberto Gironella, Fernando González Gortázar y Melecio Galván, Lelia Driben habla de su viejo anhelo de escribir sobre el tema: “Cuando llegué a México en 1977 (procedente de Argentina) la generación de la Ruptura estaba en su apogeo y había otra emergente: la de los Castro Leñero, Gabriel Macotela, Irma Palacios, Ilse Gradwol, Miguel Ángel Alamilla. Sin dejar de atender a otros artistas que no estaban en pleno escenario, me aboqué a estudiar y reseñar la obra de estas dos generaciones.

“Por otra parte, la generación de la Ruptura está en el aire, dijo alguien en cierto momento. Hace poco se cumplió el medio siglo de este movimiento –los historiadores o críticos dan varias fechas como su inicio–, que ubico en 1952-1953. A esta altura de los tiempos la Ruptura es nuestra historia más reciente. Entonces, me pareció relevante agrupar en un solo libro a todos los artistas de la generación, más cuatro que elegí con base en una decantación que se hizo en los años recientes. Quise tomar los antecedentes, así que tomé el muralismo porque el proyecto original era modernidad y vanguardia en México. El segundo momento de la vanguardia en México está formado por la generación de la Ruptura.”

Sin estar de acuerdo con el término ruptura –propuesto por Teresa del Conde, quien lo tomó de una reflexión hecha por Octavio Paz–, lo tuvo que emplear porque es el que ha quedado estipulado.

Agrega: Ruptura es un nombre que queda muy pegado a la Escuela Mexicana de Pintura, entonces no habla del movimiento en sí mismo. Rojo la nombró generación de la apertura y posiblemente yo hubiera podido usar ese término y habría sido más feliz.

–¿Fueron un grupo?

–No fue un grupo compacto en torno a una sola propuesta visual, sino un conjunto de individualidades con obras marcadas por la diversidad.

–¿Cambiaron el concepto del arte mexicano?

–La generación inmediatamente posterior a la suya fue opacada por el protagonismo de la Ruptura. Pero la de los que nombré antes, y otros posteriores, tienen una influencia como sedimento de estos nuevos tipos de formas artísticas que definieron ese cambio en el arte mexicano del siglo XX. En algún momento Luis Argudín me dijo que en su serie dedicada al diluvio hay influencia de Gironella. Las formas abstractas, dinámicas de Macotela pueden estar vinculadas con las primeras etapas de la producción de Felguérez y de Aceves Navarro.