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Ver día anteriorSábado 6 de abril de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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La luz del futuro: los leds
P

rimero fueron las fogatas, después las antorchas, posteriormente vinieron las lámparas de aceite; luego tuvimos las lámparas de gas, que llegaron hasta principios del siglo XX.

El antecedente de los focos actuales se remonta a 1803, cuando el científico inglés Humphrey Davy produjo la primera luz eléctrica o lámpara de arco, con dos varillas de carbón unidas a una gran pila que producía una enorme descarga que iluminaba todo. El problema es que duraba muy poco. Fue necesario que pasara casi un siglo para que el gran inventor de todos los tiempos Thomas Alva Edison produjera la bombilla con filamento incandescente, o foco, y que iluminara Pearl Street en Nueva York, en 1886. Hoy en pleno siglo XXI se siguen utilizando los focos comunes en muchas casas. Cabe señalar que Edison y Swan se pelearon por la patente de los mismos. Y antes de que se realizara el juicio por la primacía del invento se unieron y formaron la Edison and Swan United Electric Company, que más tarde se convertiría en la General Electric.

En los focos comunes la mayor parte de la energía se disipa en forma de calor. Por ello, vemos que en muchas taquerías se emplean focos para calentar las carnitas. Y basta tratar de cambiar un foco prendido para darse cuenta. En unas cuantas palabras, los focos comunes y corrientes son poco eficientes y consumen mucha electricidad.

A mediados del siglo XX aparecieron las lámparas fluorescentes, en las cuales a partir de una descarga eléctrica en un gas (vapor de mercurio) se ilumina todo el tubo, que posee un recubrimiento fluorescente. De ahí surgieron los llamados focos ahorradores o fluorescentes con una eficiencia cuatro veces mayor y que hoy se recomiendan en todas las casas (a pesar de que su desecho puede ser peligroso si se rompe el tubo, porque el vapor de mercurio es tóxico). En este caso, un foco ahorrador de 15 vatios es equivalente a un foco común de 60 vatios. Para decirlo en términos claros, cada vez que usamos un foco ahorrador consumimos la cuarta parte de electricidad para tener la misma luz. Un ahorro muy importante.

Pero, ¿qué tal que ahorramos todavía más? ¿Será posible?

La respuesta es sí: ¡con los focos de leds ( light emision diode, en español diodo emisor de luz) ahorramos todavía más! Y en México no sólo se deberían producir ya a gran escala focos de leds para todas las casas, sino utilizarlos ampliamente en la industria y el transporte. Los focos de leds hoy son muy caros, pero no contaminan y tienen una gran duración (cuatro veces más que un foco ahorrador). Si un foco normal consume 60 vatios, uno ahorrador consume 15, y uno de leds consume 12.5. Y se espera que para el año 2017, según el Departamento de Energía de Estados Unidos, consuman 6.1 vatios, es decir, serán aproximadamente 10 veces más eficientes.

La historia de los leds se inicia en 1907 con los primeros indicios de la luz que producen éstos reportados por Henry J. Round, asistente de Guglielmo Marconi, y el descubrimiento del fenómeno que hizo Oleg Vla­dimirovich Losev, en 1920. Pero no fue sino hasta 1962 cuando el ingeniero de la General Electric Nick Holonyak fabricó los famosos leds rojos que empleaban los relojes y las calculadoras. En 1973 se empezaron a producir los leds verdes. Y ahora fal­taba lograr producir los azules, para tener rojo, verde y azul, cuya combinación produce la luz blanca. Y eso ocurrió en 1992 gracias al técnico japonés Shuji Nakamura. Éste trabajaba en una fábrica de productos químicos y el dueño, Nobou Ogaza, lo apoyó con un millón de dólares para que produjera el led azul, cosa que logró. A partir de ahí con tres leds, uno de cada color, se empezó a producir luz blanca. Sin embargo, después se descubrieron otras formas más eficientes de producir luz blanca, una a partir de leds azules y ultravioleta, con filtros y lentes ( phosphor converting led), y otra híbrida con leds amarillos y rojos combinados con los anteriores ( hybrid method led).

Hoy vemos que se emplean los leds en los semáforos, en las calaveras y luces de los coches, en los adornos navideños, y en las pantallas de los televisores, los teléfonos y las computadoras. Sin embargo, se necesita utilizarlos ampliamente en el alumbrado público y en los focos de las casas. Los leds son la luz del futuro.

* Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM