Opinión
Ver día anteriorLunes 8 de abril de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Juego Limpio

Una guerra con un posible buen fin

L

a guerra de las telecomunicaciones en México también tiene un matiz deportivo. Un nuevo integrante llega al futbol nacional. Televisa y Tv Azteca dominaban el mercado, no sólo por transmitir los partidos de la mayoría de los equipos, sino porque además son dueños de distintos equipos.

¿Será un beneficio para el futbol nacional? La incorporación podría ser beneficiosa si ayuda a desarrollar las cualidades formativas de los futbolistas. El impulso económico puede ir acompañado de medidas que ayuden a los futbolistas en algo que desde hace muchos años necesitan. Aún no existen programas de formación de carrera donde los deportistas puedan desarrollarse en distintas áreas más allá de las exclusivamente deportivas, como, por poner un ejemplo, la académica. Muchos de los equipos piden a sus jóvenes que dejen los estudios para continuar con el futbol de manera exclusiva, un riesgo gigante para la persona en cuestión. Una lesión o nunca llegar al máximo circuito son situaciones típicas. Los futbolistas viven su carrera con un cuchillo entre los dientes, ya que pueden perderlo todo en la siguiente acción deportiva.

Hacer las cosas bien

La oportunidad que se le presenta ahora a Carlos Slim va más allá de lo económico; hoy tiene la oportunidad de hacer las cosas bien, dar a los futbolistas la posibilidad de desarrollarse de manera global, con crecimiento en múltiples áreas. Esta condición podrá generar otro tipo de deportistas: mejor preparados y, gracias a ello, con un mayor equilibrio y aporte social.

Un deportista enfrenta diversas transiciones a lo largo de su carrera, las cuales ocurren paralelamente en distintas áreas: deportiva, psicológica, académica y socio-cultural. Cuando los deportistas pueden desarrollarse en esas distintas áreas, integran la carrera deportiva a su vida y no al revés, lo que permite el control de sus siguientes pasos y una gestión personal más efectiva.

Muchos futbolistas son ídolos sociales sin escuela integral que les ayude a formarse. El establecer una escuela deportiva en semejanza a la de otros países como Australia, donde el apoyo global comienza desde la educación primaria, permitiría ensanchar los horizontes de nuestra cultura deportiva.