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El Barzón pide centrar acciones en la producción de alimentos

Demandan ONG sacar del proyecto a los fabricantes de comida chatarra
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de abril de 2013, p. 5

La Cruzada Nacional contra el Hambre no debe incorporar en su esquema a las grandes empresas del sector alimentario, porque justamente ellas han causado una crisis de salud pública por promover desnutrición y obesidad con tal de obtener más ganancias, alertaron activistas de organizaciones especializadas en el tema.

Adriana Labardini, directora ejecutiva de Alconsumidor, señaló que el gobierno del país no puede considerar el tema del combate al hambre como una oportunidad de negocios, sino como una obligación de cumplir los derechos a la salud y la alimentación, y para ello es indispensable dejar fuera a las empresas mexicanas o extranjeras responsables de la obesidad y la desnutrición.

El incentivo de esas compañías es vender a volúmenes masivos hasta en el último rincón del país y, por tanto, no podemos dejar el futuro, la vida y la salud de muchas generaciones a lo que buenamente nos quiera dar una empresa de refrescos que hace a los niños adictos al azúcar, enfatizó.

Permitir la entrada de dichas empresas en la Cruzada Nacional contra el Hambre significa que muchas familias sigan basando su dieta en alimentos chatarra y consuman cada vez menos agua, proteínas y fibras naturales. No se les puede patrocinar ni dejar que se autorregulen, porque cuando el mercado dicta las reglas, se acabó el Estado y el interés público, advirtió.

Alejandro Calvillo, director general de El Poder del Consumidor, enfatizó por su parte que los malos hábitos alimentarios generados por la comida de bajo contenido nutricional propician que cada año 10 mil personas mueran por desnutrición, al mismo tiempo que otras 90 mil fallezcan por enfermedades causadas por el sobrepeso, como la diabetes.

Hay un deterioro brutal de los hábitos de alimentación en el país, generado en buena medida por la presencia masiva y no regulada de alimentos no saludables y no nutritivos que han desplazado a los naturales y a las tradiciones culinarias de muchas regiones, deploró.

En muchas comunidades, dijo, se han documentado casos de desnutrición o anemia de gente que tenía a su disposición alimentos como quelites o calabazas, pero prefería consumir refrescos o frituras, y en todo ello también hay una responsabilidad de las empresas que generan dichos productos.

Al asociarse con esas compañías, advirtió, el gobierno se expone a un doble riesgo, porque dejará de regular sus actividades y al mismo tiempo no va a combatir la desnutrición. En el proyecto Hambre Cero, de Brasil, al principio estaba Nestlé, pero después el gobierno le pidió que se retirara porque no puedes enfrentar el hambre con comida chatarra, manifestó.

Por su parte, Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente de El Barzón, se pronunció por que se replantee la cruzada contra el hambre, después de la incorporación de Pepsico y Nestlé al programa.

Resulta ridículo que acabe de sacarse una reforma en materia educativa, donde la Constitución establece que debe salir la comida chatarra de las escuelas, y la columna vertebral de la cruzada ahora tiene a las empresas que controlan 90 por ciento de esas comidas en las escuelas, afirmó en entrevista.

Integrante del Frente Amplio Campesino (FAC), Ramírez Cuéllar señaló que no es correcto que en vez de crear un verdadero sistema de abasto y de distribución, tengan como patrocinadores fundamentales (del esquema) a los distribuidores de Coca-Cola, a la Pepsi o a Nestlé, cuando el acento fundamental tiene que ser una estrategia para la producción de alimentos en el país.

Con información de Alma Muñoz