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Ver día anteriorMiércoles 24 de abril de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Isocronías

Noticia de Arturo Santana

(c

uando la abuela a quemarropa/ con su demanda apacible abre/ la puerta de la calle justo cuando el alazán/ su jinete cruza la calle y mi existencia en dos/ mira hijo ven ése es tu padre)// muy a mi pesar conservo aún/ la impunidad del fogonazo. Versos como éstos, o quizá estos otros: “Este alarido ha disuelto mi sangre/ sobre el curso de un ácido voraz/ que nunca cesa/ … es una terca ebullición extraña/ que me desborda el sueño/ mientras la lenta crecida de los días rebasa/ tumbo a tumbo el oleaje de la conmiseración”, ejemplos ambos tomados de Paterna vía, de Arturo Santana, yo digo que hacen falta en la antología que de su obra poética hicieron entusiastas José Manuel Velázquez y Benjamín Moreno (las razones: no quisieron fracturar la unidad del texto; se habla de una posible, y cercana, redición).

Bajo el título En el ojo del huracán medida y editada por el Seminario de Creación Literaria, Cosa Nostra y el gobierno de Querétaro, publican su selección de textos del autor nacido en 1949 en El Limón, Jalisco, y avecindado desde hace tres décadas en la capital queretana, donde ha sido editor, coordinador de talleres literarios y es profesor de lengua y literatura en la Universidad Pedagógica Nacional.

“Arturo –dice Velázquez– comenzó a escribir poesía a sus veinticinco años, cuando el Estado le hurtó seis meses de libertad por su militancia política”. Ciertos poemas suyos, indica, tienen a bien cobrar esa deuda. La veta contestataria, agrega, se extiende a otros. Página sucia: Sólo unas manchas de sangre seca/ sobre la loma, anónimas como el tiempo/ que las ha venido velando.// Los fotógrafos, los cronistas, la bruma/ del veintidós de diciembre…// Rondan ahí, cierto brillo las anima como un reguero/ de súplicas mordiendo de raíz la dureza/ de la arcilla.// Desde este lado de los encinos las sedimenta/ un soplo frío, el color del olvido. Todo es esto:// Unas cuantas manchas resecas que el polvo/ de Acteal ha venido borrando.”

A más de la solidaridad con causas sociales y “el recuerdo de aquellos que se atrevieron… a tomar a bardas las palabras”, Moreno encuentra en Santana una vena erótica que es muestra de maestría y humor y, puesto en palabras con las que el autor asentiría, que el poema es un espacio que permite la intersubjetividad. Concesión: Porque el amor nos vence,/ revelado,// con el urgente sitio/ de nuestra desnudez:/ sede es mi cuero,/ sed es tu cuerpo.// Cedemos.