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La toma de rectoría

Entablan debate con grupos que los apoyan y que repudian su actuación

Los inconformes insisten en dialogar con el rector y la directora de CCH

Por primera vez no demandan el retiro de sanciones contra los alumnos suspendidos

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Estudiantes de diferentes escuelas y facultades de la UNAM dialogaron con varios de los jóvenes que tomaron la torre de rectoríaFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de abril de 2013, p. 3

La tarde de ayer, en la explanada de la rectoría de la UNAM se vivió un debate insólito cuando se encontraron grupos de activistas y estudiantes que se manifestaban en contra y en favor de la toma del edificio, llevada a cabo por jóvenes encapuchados el viernes pasado. En ese contexto, por primera vez y luego de que el Tribunal Universitario determinó expulsar a cinco alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Naucalpan, no apareció la demanda de reinstalación, motivo de la ocupación.

En cambio, los inconformes insistieron en que para retirarse del inmueble se garantice que no habrá represalias en su contra y se dé un diálogo público y resolutivo con las autoridades universitarias.

Luego de una reunión espontánea en la explanada de la rectoría de la UNAM, en la que debatieron unos 400 estudiantes de diferentes planteles, sobre todo de las facultades de Ciencias Políticas y Sociales y de Derecho, los ocupantes del vestíbulo del edificio dijeron que si se cumplen los dos puntos entregarían el inmueble este miércoles a las 5 de la tarde.

Solicitaron que en el diálogo –que se realizaría el jueves 25 a las 13 horas, en las llamadas islas del campus– estén presentes el rector José Narro Robles; el abogado general, Luis Raúl González Pérez, y la directora general del CCH, Lucía Laura Muñoz Corona.

La reunión se realizó de las 17:30 a las 20 horas y fue precedida de breves diálogos y debates entre pequeños grupos de estudiantes de diferentes escuelas y facultades, y de éstos con varios de los jóvenes que mantienen tomado el inmueble.

Manifestantes en pro y en contra

Temprano, dos convocatorias llamaron la atención. A las 13 horas se realizó una asamblea en la explanada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS), convocada por consejeros técnicos estudiantes. A ésta se sumaron decenas de alumnos de Economía, Ingeniería, Filosofía y Letras y Derecho.

Más de dos horas después acordaron marchar a la rectoría. Llegaron antes de la 5 de la tarde y leyeron un pronunciamiento en el que plantearon a los jóvenes que mantienen ocupado el edificio: Los invitamos a que sigamos juntos en busca de una solución a los problemas que ustedes han visibilizado, pero no vemos en la toma de rectoría el camino.

Mientras, en la Facultad de Derecho se convocó a una movilización hacia el mismo punto para exigir a los inconformes el desalojo del edificio patrimonio cultural de la humanidad. La marcha partió después de las 5 de la tarde, en medio de la tensión y expectativas por el inminente encuentro entre los grupos con posiciones divergentes.

Dime cuáles son tus demandas, infórmame; No pueden tener en su poder las instalaciones, devuélvanlas; Vayan a nuestra facultad y explíquenos sus puntos; si son buenos, los vamos a apoyar, eran algunas demandas de los estudiantes de derecho.

¡Diálogo, diálogo!, gritaban desde la terraza de la explanada los estudiantes que ya estaban ahí, muchos de ellos de la FCPS, y pedían a los futuros abogados subir a ese lugar. Aunque dudaron, finalmente aceptaron.

Tras cierto desorden, recriminaciones recíprocas y discrepancias sobre cómo iban a dialogar, acordaron instalar una mesa con los encapuchados. Quítense las máscaras, pedían unos. Ustedes quítense los trajes, respondió una joven de Ciencias Políticas, lo que causó la risa general y consiguió relajar el ánimo. De esta forma acordaron que cada parte expresaría sus razones vestida como quisiera.

La que sería una reunión entre los jóvenes de derecho y los ocupantes del edificio se convirtió en un debate plural, al que se sumaron de manera espontánea todos los presentes. La mayor parte de las casi tres horas de discusión se dedicó a un informe de los jóvenes embozados, quienes expusieron sus problemas.

Pese a las divergencias sobre la toma de rectoría, los estudiantes lograron algunos consensos, como rechazar el ingreso de las fuerzas policiacas a Ciudad Universitaria. Incluso varios de ellos, de diversos planteles, dijeron que pernoctarían ahí.