Sociedad y Justicia
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Comunidades campesinas presentaron demanda ante el Tribunal Permanente de los Pueblos

El Estado viola la ley por permitir que se plante maíz transgénico

Ha desatendido convenios internacionales sobre biodiversidad, derechos humanos y de los pueblos indígenas, señalan

Advierten sobre cultivos con malformaciones y baja productividad

Enviada
Periódico La Jornada
Sábado 27 de abril de 2013, p. 33

Oaxaca, Oax., 26 de abril

La introducción de maíz transgénico en México ha provocado violaciones sistemáticas a la legis­lación nacional y convenios internacionales en materia de protección de la biodiversidad, derechos humanos y de los pueblos indígenas. Esta es la base de la demanda que comunidades campesinas presentaron en la preaudiencia nacional sobre la contaminación transgénica del maíz nativo en el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP).

Esta sesión se realiza en medio de la incertidumbre sobre la decisión que tomará el gobierno federal ante las solicitudes de Monsanto y otras empresas para cultivar de forma comercial en alrededor de 12 millones de hectáreas en Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Tamaulipas y Durango.

Convocada por la Red en Defensa del Maíz y el Espacio estatal en defensa del grano nativo de Oaxaca, la preaudiencia comenzó con la presentación de la demanda y los testimonios de comunidades locales y de otros estados acerca de cómo han visto afectados sus cultivos con la semilla modificada. Plantas con malformaciones, baja productividad, desaparición de pequeños productores y promoción de semillas mejoradas a través de programas gubernamentales, fueron algunos de los planteamientos.

La demanda, que fue leída por representantes de las comunidades, menciona que entre los agravios que el Estado mexicano ha cometido están la violación a las disposiciones nacionales e internacionales de protección a la biodiversidad, al permitir la entrada de transgénicos y las siembras experimentales y piloto a campo abierto, con lo cual se amplía la situación de riesgo al poner en peligro inminente la integridad de varios ecosistemas y agroecosistemas, así como la biodiversidad asociada al maíz nativo.

Además, agrega, se violenta el principio precautorio que establece el Convenio de Diversidad Biológica, protocolo internacional suscrito por México, así como la obligación de crear un régimen especial de maíz nativo que establece la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados.

También, al autorizar los permisos, el gobierno creó una regulación nacional violatoria de principios internacionales que promueve el uso de transgénicos. Y a esto se suma que impone un control bio­lógico violento, despojando a los pueblos de sus semillas y obligándolos a introducir paquetes tecnológicos nocivos que erosionan la tierra y encarecen la actividad agrícola.

Ante el comité dictaminador del TPP –integrado por Camila Montesinos de Grain, de Chile; Joel Aquino, dirigente campesino, y Gustavo Esteva, que reflexiona sobre la autonomía y profundidad del pensamiento de los pueblos– y la activista ambiental Vandada Shiva, de India, como invitada especial, se presentó la demanda, en la cual se argumenta que México está sustentado en los pueblos origi­narios herederos de la cultura del maíz y el país es centro de origen, por ser región donde las culturas se desplegaron con el grano y siguen cobrando vigencia histórica.

Señala que en todo el mundo las grandes corporaciones se han propuesto desplazar el intercambio de semillas, que se da con libertad y autonomía, por la certificación y comercialización de transgénicos, promueven leyes para dar certeza a sus inversiones y, a pesar de los hallazgos en México de presencia de transgenes en maíces nativos, el gobierno desalienta la actividad campesina y entrega permisos de siembra para el cultivo de organis­mos genéticamente modificados.

El contraste entre una zona agrícola con técnicas importadas y donde aún se cultiva maíz nativo fue evidente en los testimonios de representantes de Guanajuato y la sierra sur de Oaxa­ca. Mientras los guanajuatenses, representantes de la Coalición en Defensa de la Cuenca Independencia, ubicada entre la Laguna Seca y el Alto Laja, dijeron que en esa zona el maíz criollo prácticamente ha desaparecido, ya que prolifera la agricultura industrial y están en extinción los pequeños productores, además de que a través de Procampo se impulsa la compra de semillas, Modesto Inclán, agente municipal de San Miguel Chongos –en la sierra sur de Oaxaca–, dijo que en esa región hay diversas variedades de maíz, entre ellas el morado, el tempranero, elotillo y maíz grande, y que esta cultura será la herencia viva que dejarán a sus hijos.