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El negocio sindical, propiedad de líderes como Víctor Flores y Carlos Romero Deschamps

Jeques del sector obrero se enriquecen a costa de trabajadores, gobiernos y empresas
 
Periódico La Jornada
Martes 30 de abril de 2013, p. 24

Líderes sindicales conocidos como los jeques del sector obrero, que dirigen centrales como el Congreso del Trabajo, el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (Suterm), el Sindicato Ferrocarrilero, el petrolero y algunos gremios de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), han hecho de sus dirigencias negocios millonarios. Detentan las cuotas sindicales de cientos de miles de trabajadores; reciben hasta 10 o 15 por ciento de los montos de contratos de servicios; administran fondos mutualistas y las entregas de fondos gubernamentales.

En gremios donde la patronal es una empresa paraestatal, reciben una participación de las firmas privadas para que las dejen operar con su personal; administran empresas propias que dan servicios como transporte y limpieza. Tienen en sus manos los fondos de pensiones de los trabajadores, las aportaciones por defunción, los múltiples apoyos para educación, becas. Reciben además millones anuales de apoyos a sus revisiones anuales y sus congresos.

El negocio sindical para dirigentes como Víctor Fuentes del Villar, Víctor Flores Morales, Carlos Romero Deschamps, no tiene fin, según documentos, información y declaraciones de sus propios gremios.

Información documental en­tre­gada por miembros del Suterm señala que el gremio que dirige Fuentes del Villar recibe cada catorcena 2 por ciento de los salarios de los trabajadores afiliados por cuotas sindicales, más de 5 mil millones de pesos de 2005 a 2012. Según el contrato colectivo, las empresas contratistas le tienen que entregar también 2 por ciento del monto del contrato que firman con la Comisión Federal de Electricidad, pero en la práctica el porcentaje es de 10 o 15 por ciento, lo que deja al sindicato un promedio de 700 millones de pesos al año.

La Coordinadora Nacional de Electricistas –agrupación disidente del Suterm– documentó que desde hace 12 años esa dirigencia se apropió del fondo mutualista de los electricistas y lo cambió por un seguro comercial. Mediante ese concepto, cada año recibe más de 135 millones de pesos. También maneja el traslado de trabajadores en el interior del país, por lo que la CFE le entrega más de un millón 500 mil pesos anuales; un fondo común de préstamos de 9 millones de pesos; el fondo de habitación por 3 millones de pesos.

En el caso del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, cuyo dirigente, Víctor Flores Morales, también lidera el Congreso del Trabajo, los jubilados han presentado denuncias por el desvío de cerca de 13 mil millones de pesos del Fideicomiso Ferronales Jub 5012-6. La Federación Nacional de Ferrocarrileros Jubilados incluso ha solicitado recursos para fondear ese fideicomiso, el cual quedó desfalcado.

Sin embargo, por la administración del mismo se obliga a los fideicomisarios a seguir pagando un millón 548 mil pesos mensuales a Víctor Félix Flores, lo que a decir de los trabajadores es totalmente absurdo. Los jubilados además siguen pagando cuotas sindicales: 45 millones de pesos al año en promedio.

En tanto, en el ya documentado caso del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (Stprm), la Gran Alianza Petrolera –disidente del gremio– señala que la dirigencia de Carlos Romero Deschamps también recibe un porcentaje sobre los montos de los contratos de servicio que Pemex firma con empresas privadas, de los cuales no se rinden cuentas. Añaden que este dirigente es la mano detrás del Sindicato de Trabajadores de Compañías Extranjeras (Sitrace), organización de empresas fantasmas, desde donde pacta contratos de servicio con empresas; incurre en venta de plazas; recibe recursos federales de más, como los 500 millones de pesos para supuesta construcción de viviendas.

El líder de esta alianza, Jorge Fuentes García, señala que en el gremio petrolero hay una triangulación de miles de millones de dólares de este sindicato a bancos en el extranjero, que son devueltos a cuentas de filiales en bancos mexicanos.

En tanto, la Coalición Petrolera –grupo identificado con el ex lider petrolero Joaquín Hernández Galicia, La Quina– entregó copias de acuerdos sindicales, a través de los cuales Pemex entregó a la dirigencia de Romero Deschamps más de mil 400 millones de pesos por apoyos a gastos de las revisiones de contrato colectivo de trabajo durante las dos pasadas administraciones panistas para las celebraciones del 18 de marzo y del 1º de Mayo. Incluso el gobierno de Peña Nieto entregará este año 141 millones al sindicato por esos conceptos.

En la CTM la información que se encontró en este senti­do es contradictoria, pues las fuentes consultadas señalan que de 1995 a la fecha los sindicatos y federaciones que integran esta confederación han disminuido el pago de cuotas hasta en 40 o 50 por ciento. La central incluso se está comiendo sus reservas y ha vendido bienes.

Eso no significa que no haya negocio sindical. Ahora en la dirigencia de Joaquín Gamboa Pascoe, la moda de muchas organizaciones es utilizar a la CTM como marca. Así, los tres sindicatos de la construcción que integran esta central han extendido una red en todas las ciudades para cobrar a empresas y particulares que construyen cuotas sindicales extraordinarias según el número de trabajadores en la obra y el monto de la misma.

Las fuentes de la CTM señalaron que estos sindicatos han hecho un negocio millonario porque prácticamente cobran por contrato con cada constructora y obra; "a los gobiernos estatales, municipales y federales, a los particulares; arreglan contratos a ciertas constructoras a cambio de comisiones. Llegan a a extorsión porque paran las obras que no le entran”. Estima la propia central que sólo estos gremios obtienen cientos de millones de pesos anualmente.