Coatzacoalcos, Ver., 2 de mayo.

Nadie viaja si no hay pago, advirtió uno de los hombres armados con pistolas y machetes a los más de 600 migrantes que viajaban encaramados en el techo de las 45 góndolas del tren que cubre la ruta Coatzacoalcos-valle de México. A los que se negaban o no traían para pagar comenzaron los golpearon o los arrojaron del ferrocarril en movimiento.

Una mujer embarazada a quien exigían 100 dólares para continuar el viaje fue obligada a tirarse del carguero y está desaparecida.

Otros 20 migrantes fueron hospitalizados, la mitad en el hospital civil comunitario Valentín Gómez Farías de Coatzacolacos y otros tantos en el hospital General de Minatitlán, de donde ya fueron dados de alta casi todos, informó la policía intermunicipal en Cosoleacaque, que recogió testimonios de los agredidos.

Uno tiene un balazo en la pierna izquierda y otro una herida de arma blanca. Ambos se encuentran graves.

El asalto se inició aproximadamente a las 17 horas del miércoles, cuando el tren circulaba a las afueras del poblado Barrancas, municipio de Cosoleacaque, unos 600 kilómetros al sureste de la capital del país, donde se congregaron más de 300 centroamericanos que fueron obligados a abandonar La Bestia o saltaron.

Un hondureño que se refugió en el albergue de migrantes La Lupita, en Acayucan, relató que cuatro hombres que se encontraban mezclados entre el grupo de migrantes se pusieron de pie cuando el tren estaba en movimiento. Nos dijeron que había que pagar 100 dólares y que si no pagábamos nos iban a tirar del tren, y no fue broma. Todo mundo, antes de que ellos los tiraran, mejor se aventaban.

“Fue un horror. La máquina iba muy rápido y los cuerpos rebotaron como pelotas de futbol. Luego siguió una tirazón (disparos), se escucharon los gritos de las mujeres y los niños. Yo grité: ¡bajémonos, porque ya están haciendo lo que nos advirtieron! Ellos iban tirando gente. Conté como a cinco que aventaron, y ya no pude ver más porque traté de salvar mi pellejo.

“(A los agresores) no los conocemos, venían entre nosotros infiltrados. Traían machetes, pistolas. A veces uno medio los detecta, pero no decimos nada, nos alejamos, pero otras veces los descubrimos cuando sacan su arma y dicen lo que quieren.

Me duele por los niños y las mujeres, que no deben nada; nosotros aguantamos lo que nos pasa, pero ahora exageraron tanto...

Más de 200 de los 300 que fueron bajados en Barranca recibieron atención de autoridades ejidales y de la población antes de que arribaran elementos del Ejercito Mexicano, policías estatales y funcionarios del Instituto Nacional de Migración (INM).

Otros 300 migrantes lograron llegar a la estación Medias Aguas, en el centro de Veracruz, de donde pretenden continuar hacia el norte del país.

En Boca del Río, el gobernador Javier Duarte de Ochoa atribuyó lo ocurrido al sur del estado a una riña entre migrantes centroamericanos que viajaban a bordo de un tren, aunque pidió no descartar la participación de la delincuencia organizada.

Al arribar a un hotel donde inauguró el Congreso Interamericano de Derecho Administrativo, el mandatario estatal dijo que sólo nueve migrantes fueron heridos, ninguno de bala, sino por armas punzocortantes; fueron atendidos de inmediato y ya están investigando la Procuraduría General de la República (PGR) y el INM.

No hubo detonaciones ni explosiones en la vías del ferrocarril. Lamentablemente imperan las olas de rumores, mucha desinformación, pero en estos momentos ya todo está normalizado, dijo sin entrar en detalles.

El INM indicó que el mismo miércoles fueron dados de alta del hospital de Minatitlán nueve personas: Medardo Herrera Hernández, José Alexander Rosales Alcántara, Gustavo Adolfo Barnica, Henry Alexis Murillo Mencías, Raúl Alberto Ramos Martínez, Fausto Boameges Pineda Fúnez, Elías Manuel Vaquiz Rodríguez, Saúl Roque y Julio Martínez Gómez.

Agregó que Ender Eladio Chávez Venegas permanece bajo observación en ese nosocomio.

Tomás Carrillo, delegado del INM en Veracruz, dijo que una vez que fueron dados de alta, los heridos se negaron a la repatriación voluntaria y que 100 de ellos fueron trasladados a un albergue de Acayucan, sanos y salvos.

(Con información de Fabiola Martínez)