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En el bar donde fue asesinado el nieto de Malcolm X se ejerce prostitución, acusan vecinos

The Palace, de academia de baile a antro tolerado por autoridades

Denuncian que en los alrededores de la plaza de Garibaldi hay al menos otros 10 giros negros

Para los turistas es fácil entrar a cualquiera, lo difícil es salir: comerciantes establecidos

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Fachada del bar donde el nieto de Malcolm X fue golpeado, en la plaza GaribaldiFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de mayo de 2013, p. 29

The Palace, bar donde fue golpeado Malcolm-Latif Shabazz, nieto de Malcolm X, célebre defensor de los derechos de los afroestadunidenses, es identificado por vecinos como un establecimiento donde se ejerce la prostitución, hay venta de drogas y se cometen una serie de abusos a turistas y extranjeros que buscan diversión.

El negocio, que carece de medidas de seguridad, funcionó por varios años como academia de baile. “La escuela –recordó una de las ex alumnas– tenía el nombre de Balderas y gozaba de reconocimiento”. Lo describe como un espacio pequeño que consta de tres habitaciones y una oficina, además de un baño compartido.

La descripción no dista mucho de la que Miguel Suárez, amigo de Malcolm-Latif, dio a una agencia internacional de noticias cuando narró los hechos. Manifestó que luego de ser golpeados y amenazados con un arma de fuego, a él se lo llevaron a otro de los cuartos, de donde logró escapar.

Sin embargo, los vecinos de la zona informaron que el inmueble, localizado en Eje Central número 32 de la colonia Guerrero, de academia se convirtió en table dance y luego en antro.

Pero no es el único que tienen identificado. Integrantes de la Asociación de Comerciantes Establecidos de la plaza Garibaldi señalaron que en las cercanías de la conocida Plaza del Mariachi, hay por lo menos 10 giros negros que son tolerados por las autoridades de la delegación Cuauhtémoc.

Funcionan de un día para otro y cuando se les sanciona sólo cambian de nombre o razón social para seguir operando, comentaron los comerciantes establecidos, quienes a pesar de tener negocios por varios años en la zona, prefieren omitir sus nombre por temor a las represalias.

Expusieron que saben donde están y los han denunciado, pese a ello continúan por el pago de cuotas.

Mencionaron, además de The Palace que sólo se distingue por el nombre colocado con unas pequeñas letras de luz fluorescente, al Antrax y el Waguis.

Los establecimientos son recomendados por guías y tarjeteros a cambio de un pago de entre 50 a 200 pesos por botella que consuma el cliente. Es fácil entrar a cualquiera, lo difícil es salir, comentaron.