Opinión
Ver día anteriorLunes 13 de mayo de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Juego Limpio

Ninis al cubo

E

l deporte es un lujo en las condiciones socioeconómicas de nuestro país. El gasto de una familia para que uno de sus integrantes desarrolle habilidades competitivas es enorme. Tómese en cuenta que no es un gasto aislado, sino lleva años de inversión. Se requieren alrededor de diez años de inversión en entrenamientos, cursos, torneos y viajes hasta llegar a la maestría deportiva.

Las clases económicas menos favorecidas –la mayoría en el país– enfrentan barreras insalvables y se ven forzadas a abandonar la práctica deportiva. A pesar de lo anterior seguimos caminando en el sentido opuesto. Sería lógico pensar que la mayoría de los recursos se destinen a cubrir las necesidades elementales del país. Los lastres de la obesidad y el sedentarismo representan un gasto que arruinaran a los servicios de salud. Sólo en 2008 se calculó el costo de la obesidad en 67 mil millones de pesos y se cree que en 2017 será de entre 151 mil millones y 202 mil millones de pesos. Si no actuamos ya, el costo a pagar en las siguientes tres décadas será mucho mayor a la inversión requerida para llevar a cabo acciones correctoras. Sin embargo, las personas que desean hacer deporte tienen que pagar por ello. Los muy pocos parques públicos dejan de serlo debido a la inseguridad y cuando son seguros no tienen las instalaciones necesarias, canchas de voleibol sin red o tableros de baloncesto sin aros.

Salud antes que medallas

Las cargas desmesuradas que el sistema de salud habrá de enfrentar sólo podrán corregirse con prevención. La práctica deportiva representa una alternativa digna de atender. Distintas federaciones internacionales como la de tenis y de atletismo, han entendido esta necesidad y adaptado sus prácticas a la población objetivo, facilitando la adherencia al deporte desde edades tempranas. El capital deportivo de un país no debe entenderse por las medallas ganadas, sino por la práctica deportiva y la salud de los ciudadanos.

Las condiciones sociales en el país han ocasionan que los jóvenes vean reducidas sus posibilidades de estudio y de trabajo; el término ninis intenta describir su situación. No podemos permitir un ni más –el del deporte– no sólo porque nos faltaría dinero sino por una responsabilidad social imperativa.