Sociedad y Justicia
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Darles calorías vacías sólo agravará el problema: Rivera Dommarco

Obesidad y desnutrición, en hogares beneficiarios de cruzada antihambre
 
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de mayo de 2013, p. 42

En los hogares a los que está dirigida la Cruzada Nacional contra el Hambre se han encontrado problemas de obesidad y desnutrición al mismo tiempo, por lo que esta estrategia más bien debe ser contra la mala nutrición, sostuvo Juan Rivera Dommarco, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública.

Detalló que 30 por ciento de los niños y 70 por ciento de los adultos de esas familias padecen obesidad, de manera que distribuir calorías vacías, como postres o galletas, no es buena idea. Esto debe quedar claro, de otra manera estaríamos agravando el problema.

Explicó que dichos datos se desprenden de un estudio realizado por un grupo multidisciplinario de obesidad de 15 instituciones de diversas disciplinas, en el que participaron 70 investigadores.

Asimismo, refirió que según un análisis del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), al ejercer su gasto, la población más pobre del país busca las calorías más baratas, de manera que tiene acceso a calorías de baja calidad, vacías, como los refrescos y alimentos con bajo contenido de proteínas y nutrientes, pero por la necesidad en que se ven por la pobreza optan por saciar el apetito sin nutrirse bien. De esta manera conviven problemas de obesidad y desnutrición en el mismo hogar.

La Cruzada Nacional contra el Hambre debe dirigir sus esfuerzos a mejorar la alimentación del hogar: tendría que ser cruzada contra la mala nutrición, tanto por déficit como por exceso.

Añadió que en los pasados 24 años el aumento de sobrepeso y obesidad en mujeres fue de 34 a 70 por ciento, en adolescentes pasó de 10 a 35 por ciento y en el caso de escolares fue de entre 25 a 32 por ciento; un verdadero problema que se considera epidemia.

Explicó que se trata de una situación que ocurre en los distintos estratos económicos; aunque en el decil más bajo la prevalencia es menor, el registro es de dos tercios de la población de este grupo. La obesidad se da tanto en zonas urbanas como rurales, y en estas últimas hay datos de que incide en 66 por ciento de la población, lo cual es sumamente alto.

Sobre las causas –dijo–, el resultado de estudios de grupos de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura indican que inciden los estilos de vida sedentarios, por lo que la actividad física debe ser un componente de las acciones que se aplican para atacarla.

También la provocan los alimentos con alta densidad energética, los cuales tienen muchas calorías, azúcares y grasa, y bajos en fibra y agua. La sal y los alimentos salados provocan cáncer y enfermedades cardiovasculares, y lo que protege de esos padecimientos es el consumo de fibra, granos enteros, tortillas y frijoles, los alimentos tradicionales mexicanos tienen baja densidad energética y la lactancia materna ejerce efecto a lo largo de la vida.