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México, contaminado por plástico
Hace cuatro años, y con el objetivo de redoblar esfuerzos para reducir la contaminación que ocasiona el uso de bolsas de plástico, el Congreso del Estado de Michoacán se sumó, a propuesta la Comisión de Recursos Naturales y Medio Ambiente, al llamado del Congreso de Quintana Roo para que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) expidiera políticas públicas para afrontar el problema. Los diputados michoacanos consideraron en ese entonces que la propuesta era viable, porque el problema de las bolsas de plástico ha aumentado considerablemente, lo que multiplica su nocivo impacto ambiental al ser utilizadas una sola vez, lo que genera una masa de residuos no degradables imposibles de controlar. En ese sentido, los legisladores michoacanos explicaron que la mayoría de los desperdicios producidos por los hogares del mundo proviene de bolsas de plástico y envases utilizados y no reciclados, además de que el perjuicio ambiental es que dichos plásticos, ya sea el polietileno o el propileno, son materiales no biodegradables. También indicaron que las bolsas de tela para realizar las compras diarias son una posibilidad que disminuiría la contaminación producida por las bolsas de plástico. Empleando esta metodología, cada persona ahorraría 288 bolsas al año. El objetivo, señalaron, es que las bolsas de un solo uso, conocidas como de comercio o de camiseta, se sustituyan progresivamente por las biodegradables o reutilizables. Sin embargo, ante el reducido efecto de las campañas de concientización, algunos han tomado medidas más drásticas, como la prohibición en San Francisco, China o Singapur. O el cobro de un impuesto por bolsa en Irlanda y algunos grandes supermercados en Francia, con lo que se ha reducido el consumo en un 90 por ciento. Los diputados estatales de Michoacán eran partidarios de prohibir en la entidad que los establecimientos mercantiles otorguen a título gratuito bolsas de plástico para la transportación, contención y envase de los productos y servicios que presten o comercialicen bolsas de plástico. Por ese motivo se pronunciaron a favor de que se expidan, a nivel federal y estatal, políticas públicas tendientes a reducir el uso de las bolsas de plástico, así como a promover el uso racional de las mismas. Lamentablemente, esas políticas públicas han quedado en suspenso. Como en el Distrito Federal, donde en un principio se iba a cobrar por tales bolsas. Finalmente no se hizo para, se dijo, no afectar la industria que produce tales bolsas. Cabe agregar que las playas del país son un buen ejemplo de la contaminación citada, lo mismo que los ríos y lagunas. En varias ocasiones, grupos de escolares de los 17 estados costeros han realizado la “limpieza” de sus playas. Y la basura mayoritaria ha sido precisamente de plástico. La prohibición de las bolsas de plástico en el Distrito Federal La Asamblea Legislativa del Distrito Federal acordó hace justo cuatro años prohibir que los establecimientos mercantiles regalen bolsas de plástico con el fin de disminuir el uso de tales empaques. En su lugar, los comercios deberán ofrecer a bajo costo bolsas de tela o biodegradables. En las reformas a la Ley de Residuos Sólidos, el pleno determinó que el gobierno del Distrito Federal tendrá que aplicar un programa de apoyo para que las empresas que producen ese tipo de bolsas puedan adecuar las tecnologías que tienen y atiendan las demandas ambientales y legales establecidas en la modificación. El objetivo de la reforma es sustituir las bolsas no biodegradables por otras que tengan una vida útil de 90 días. A partir de que el acuerdo fue publicado, los comercios tendrían 12 meses antes de que comiencen a aplicarse las sanciones, que prevén arrestos de 36 horas y multas que van de mil a 20 mil días de salario mínimo vigente. Para el entonces presidente de la delegación de la Confederación Patronal de la República Mexicana en la capital del país, Juan de Dios Barba Nava, antes de que la reforma fuera aprobada debió existir una campaña de convencimiento hacia los sectores sociales afectados y presentar otras alternativas, ya que previó pérdidas para la industria del plástico. “Habrá empresas que no tendrán la capacidad tecnológica para generar bolsas biodegradables”, advirtió. La Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México no descartó en ese entonces iniciar un juicio de amparo. Con o sin juicio, lo cierto es que las bolsas de plástico siguen reinando en el comercio de la capital del país. Y se desconoce cuándo la industria estará en capacidad de producir las bolsas biodegradables. Las autoridades citadinas sostienen por su parte que ha habido un avance importante en cadenas de tiendas de autoservicio y departamentales, las cuales cuentan con algún tipo de tecnología para biodegradar y medidas para promover el reciclaje e impulsar la reducción del uso de la bolsa. Y que además se ha fomentado el reúso. Quienes deseen saber más sobre el tema en la Ciudad de México pueden acudir a la Secretaría del Medio Ambiente: Plaza de la Constitución núm. 1, 3er piso, col. Centro; al teléfono 52789931 extensión 6536 y al correo electrónico [email protected] |
