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Procedente del Centro Pompidou, una retrospectiva del pintor hace escala en Madrid

Muestran un Dalí global y su aporte crucial para el arte del siglo XX

Se trata de volver al creador esencial, con esa visión material y antidealista de su obra, indicó el director del museo Reina Sofía

Fue un generador de metamorfosis, señaló experta

Foto
Retrato de Picasso, 1947, óleo sobre lienzo de Dalí, incluido en la exposición del artista en la capital españolaFoto © Salvador Dalí, Fundació Gala-Salvador-Dalí, VEGAP, Madrid, 2012
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 28 de mayo de 2013, p. 5

Madrid, 27 de mayo.

Salvador Dalí fue un artista singular, polifacético y polémico. Referirse a él es hablar de surrealismo, de excentricidad, de putrefacción, de masturbación, de escupir por placer sobre la tumba de mi madre, de bailar charleston o de inspirarse o imaginar figuras tan inquietantes como un asno podrido, una vaca espectral o una playa antropomórfica.

El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid, inauguró hace unos días una retrospectiva sobre el artista de Figueres con la que pretenden cubrir todas las aristas de un personaje crucial para la historia del arte del siglo XX; desde su condición de creador y rupturista hasta su pensamiento, su literatura y su universo personal.

Dalí nació en un pequeño pueblo de la frontera catalana con Francia, en 1904. Desde los primeros años se mostró inquieto por el arte y el dibujo; con tan sólo 15 años participó en su primera exposición colectiva y ya escribía sobre los grandes genios de la pintura.

La precocidad de Dalí fue una de las constantes en el artista, así como la polémica que lo rodeó hasta sus últimos años –murió en 1989–, tanto por su capacidad artística indiscutible celebrada a escala mundial, como por su oscura relación con la dictadura de Francisco Franco, la misma que asesinó u obligó al exilio a algunos de los que fueron sus compañeros de generación y amigos íntimos, como Federico García Lorca y Luis Buñuel.

De Francia a España

Para abarcar la compleja personalidad de Dalí, el Centro Pompidou, de París, se dio a la tarea de recrear en una gran retrospectiva todas las aristas, inquietudes y ángulos del artista, situándolo como uno de los grandes personajes en la historia del arte contemporáneo, cuyo influjo en las generaciones venideras es todavía latente.

La exposición Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas propone extraer de la imaginación de Dalí sus afirmaciones poéticas, sus muchos miedos, inquietudes, fobias, filias y obsesiones.

El director de la pinacoteca madrileña, Manuel Borja-Villel, explicó que la muestra es un intento por reflejar al Dalí global, pues es una figura compleja y polémica que supo interpretar el papel cambiante del artista, al tiempo que entendió la importancia de los medios de comunicación, la publicidad y lo popular. La intención es volver al Dalí esencial y fundamental para el arte del siglo XX, con esa visión absolutamente material y antidealista de su obra, su rechazo de la totalidad y apuesta por la fragmentación y por la teatralidad, así como su interés por la ciencia como manera de superar la visión romántica del arte.

La exposición reúne 200 obras procedentes de colecciones privadas y públicas, organizadas en 11 grandes campos temáticos, que hablan de la dimensión de la obra del artista catalán; como los autorretratos, sus primeras incursiones en la vanguardia o el cubismo, su aportación al surrealismo, vital para esta corriente artística; sus reflexiones y angustias teológicas, el terror y la miseria de la guerra o su vida sexual más secreta.

Foros de discusión

Montse Aguer, comisaria de la exposición, explicó: Dalí siempre quiso ir más allá de la pintura, con un deseo insaciable por todo lo nuevo. Fue un gran transformador de la realidad, un generador de metamorfosis.

Por eso en la muestra hay soportes y formatos tan diversos; pinturas y dibujos, material documental, fotografías, manuscritos del artista, revistas y películas para entender el complejo universo del artista.

Respecto de su relación con el régimen franquista –al que aduló y celebró hasta el último momento–, el poeta catalán Pere Gimferrer explicó su visión de esta postura política tan polémica.

Según Gimferrer, “cuando Pound escribe sobre Mussolini, parece bastante claro que nunca perdió la fe en la persona del Duce. En cambio, es muy dudoso que Dalí se tomara en serio a ninguno de estos personajes, da igual que sea Franco, Lenin o Hitler; tengo la impresión de que los trata como íconos, del mismo modo que lo era Shirley Temple. Desde luego, esto es demasiado sutil cuando hay por medio 23 millones de muertos en una guerra mundial, porque aquí estamos jugando con sangre y fuego, pero trato de explicar el proceso sicológico”.

El crítico francés Jean Hubert Martin lo evalúa desde otro ángulo: La adhesión de Dalí a Franco, sus recurrentes visitas al dictador y su apoyo al régimen no tienen disculpa. Robert Filliou afirmaba que había decidido poner el compromiso social de su arte (cuya absoluta libertad para la elección formal reivindicaba) al servicio de las artes plásticas, a pesar de que Dalí pertenecía a la misma categoría profesional. Muchos otros artistas, aun teniendo un auténtico sentido de la política, también intentaron acercarse a él o que los apadrinara, porque representaba un modelo de libertad absoluta, ajena a cualquier compromiso con cualesquiera convenciones y prejuicios. La convicción, realmente paranoica, de que su ego estaba por encima de las contingencias políticas no era precisamente la más apropiada para convencer a las víctimas de la política de Franco.

Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas, que terminará el 2 de septiembre, incluye coloquios y foros de discusión para despejar numerosas dudas que prevalecen en el universo de Dalí.